La CEE estudiar¨¢ hoy los casos de Espa?a, Grecia y Portugal

Espa?a, Grecia y Portugal figuran en el orden del d¨ªa del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la CEE, que se reunir¨¢ hoy en el centro europeo de Kirchberg, en el gran ducado de Luxemburgo.Los nueve deben decidir, en relaci¨®n con Espa?a, la posibilidad de conceder un mandato a la Comisi¨®n Europea, para adaptar el acuerdo comercial de 1970, v¨¢lido para los seis pa¨ªses fundadores de las Comunidades Europeas, a la actual CEE de los nueve. Se habla de un mandato en dos etapas. La primera, de car¨¢cter jur¨ªdico, ampliar¨ªa el contenido del acuerdo de seis a nueve, a partir del 1 de julio. La segunda, de tipo econ¨®mico, se negociar¨ªa en oto?o entre la CEE y el nuevo Gobierno espa?ol que salga de las elecciones. Su proyecci¨®n ser¨ªa econ¨®mica, con concesiones agr¨ªcolas e industriales por ambas partes, sin olvidar la perspectiva pol¨ªtica de una adhesi¨®n total de Espa?a al Mercado Com¨²n.

Portugal ser¨¢ objeto de una declaraci¨®n pol¨ªtica en la que el Consejo confirmar¨¢ el s¨ª comunitario a la petici¨®n del Gobierno de Lisboa de integrar su pa¨ªs al Mercado Com¨²n.

El Consejo dar¨¢ mandato a la Comisi¨®n Europea para que elabor¨¦ un informe sobre los aspectos jur¨ªdicos, econ¨®micos, pol¨ªticos e institucionales de la candidatura lusitana. La respuesta de la comisi¨®n llegar¨¢, probablemente, antes del fin de a?o. Portugueses y comunitarios empezar¨¢n las verdaderas conversaciones de adhesi¨®n a comienzos de 1978.

Con Grecia la CEE celebrar¨¢ en Luxemburgo una reuni¨®n ministerial, en el cuadro de las negociaciones de adhesi¨®n, que a escala t¨¦cnica contin¨²an el camino iniciado en 1976.

Entretanto los peligros de la ampliaci¨®n son denunciados, entre pasillos, por gobernantes y oposici¨®n en casi todos los pa¨ªses de la CEE.

Las declaraciones de dirigentes franceses contra la entrada de Espa?a en el juego de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n son ya tradicionales. Desde las c¨¢maras agrarias hasta Raymond Barre, pasando por Jacques Ch¨ªrac.

?Qu¨¦ opina la izquierda francesa, que a lo mejor estar¨¢ en el poder en el momento de negociar la entrada de Espa?a? Por el momento se respeta un diplom¨¢tico silencio.

Puede resultar inquietante, sin embargo, la l¨ªnea de algunos art¨ªculos de prensa, como el publicado el s¨¢bado en Le Monde, por el economista Pierre Uri, miembro del grupo de expertos del Partido Socialista, en el que define con gran tacto y sin llamarla por su nombre la necesidad de una Europa a dos velocidades, cara a la ampliaci¨®n.