?xitos y amenazas del militarismo cubano / 1
La intervenci¨®n cubana en Angola sac¨® a relucir un aspecto de la revoluci¨®n castrista que hasta ahora hab¨ªa sido descuidada por los investigadores, coloc¨¢ndolo en un primer plano e ilumin¨¢ndolo al menos parcialmente: el militarismo en un principio a plena luz y luego cada vez m¨¢s oculto por la actividad pol¨ªtica y econ¨®mica. Se sab¨ªa ya del amplio armamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en su mayor parte de procedencia sovi¨¦tica y checoslovaca, y tambi¨¦n se ten¨ªa conocimiento que del poco estructurado Ej¨¦rcito Rebelde se hab¨ªan ido formando con el tiempo unas Fuerzas Armadas convencionales y fuertemente jerarquizadas. La intervenci¨®n africana, que no se limit¨® a lo militar, sino que tambi¨¦n se hizo cargo de aspectos t¨¦cnicos, pol¨ªticos y administrativos, provoc¨® numerosas preguntas sobre la formaci¨®n, el papel pol¨ªtico y la conciencia revolucionaria de las tropas del Caribe. Por otro lado, el observador estaba contemplando c¨®mo en el ¨²ltimo t¨¦rmino, un ej¨¦rcito que hab¨ªa tenido sus or¨ªgenes en la guerrilla, se estaba liando en una empresa antiguerrillera sin soluci¨®n aparente. Este reportaje intenta entrar en las preguntas de c¨®mo se pudo llegar a ello y por qu¨¦ las tropas cubanas en Angola estaban capacitadas para esta intervenci¨®n multifuncional, en otras palabras, iluminar un poco el camino recorrido desde Sierra Maestra hasta ?frica.La improvisaci¨®n rom¨¢ntica
Desde la victoria de Fidel Castro y sus seguidores sobre el dictador Batista, Cuba ha llevado a cabo un proceso de militarizaci¨®n de gran envergadura.Este proceso no fue en ning¨²n modo continuo, caracteriz¨¢ndose las primeras fases de la revoluci¨®n por sus saltos experimentales. Tan s¨®lo con la definitiva consolidaci¨®n de la influencia sovi¨¦tica a finales de los a?os sesenta, comenz¨® la pol¨ªtica a orientarse por planes a largo plazo, cediendo paulatinamente terreno la improvisaci¨®n rom¨¢ntica por el sentido de lo posible y lo pr¨¢ctico. Si se comparan los datos estad¨ªsticos disponibles sobre el n¨²mero y el armamento de las actuales fuerzas armadas con los que se calcula dispon¨ªa en 1959 la guerrilla triunfante, no s¨®lo se obtendr¨¢ una idea del gigantesco esfuerzo efectuado por la peque?a isla del az¨²car, sino que tambi¨¦n se deducir¨¢ la importancia de lo militar en el marco general de la revoluci¨®n.
Tras el catastr¨®fico desembarco del Granma, en el a?o 1956, a Fidel Castro apenas si le hab¨ªan quedado vivos 20 camaradas con los que iniciar la lucha contra Batista. En 1959, las fuerzas del vencedor apenas contaban 2.000 hombres. Hoy Cuba dispone del ej¨¦rcito m¨¢s numeroso y mejor armado de Suram¨¦rica. Entre infanter¨ªa, fuerza a¨¦rea y marina, las Fuerzas Armadas Revolucionarias suman unos 175.000 hombres. El servicio militar es obligatorio para todos los cubanos varones, aunque actualmente no todos son llamados a filas. En total son tres a?os de servicio que tienen que hacerse entre los 17 y los 28 a?os. Posteriormente los soldados y los oficiales formados pasan a la reserva hasta la edad de 50 a?os. La reserva disponible actualmente se cifra en 100.000 hombres, divididos en dos clases, de las que la primera est¨¢ en disposici¨®n de entrar inmediatamente en combate y la segunda en un plazo de 48 horas. Por otro lado, siguen existiendo las milicias populares, de car¨¢cter paramilitar, a las que pertenecen unos 100.000 hombres y mujeres, quienes al menos saben manejar un fusil o una pistola. Si a esto se le a?ade los 10.000 miembros de las tropas de Seguridad de Estado y los 3.000 hombres del cuerpo de protecci¨®n de la frontera, obtenemos como resultado que en un caso de gravedad est¨¢n disponibles unas 400.000 personas.
De la ofensiva a la defensiva
Con la ayuda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica los militares cubanos han ido arm¨¢ndose con material cada vez m¨¢s moderno y de alto rendimiento. As¨ª, por ejemplo, con los MIG-21, cedidos en 1965, Cuba dispuso de los primeros aviones militares supers¨®nicos de Suram¨¦rica; en 1974 habr¨ªa unos 80 de estos aparatos disponibles para el combate. El armamento de las Fuerzas A¨¦reas es el ¨²nico indicio seguro de la pol¨ªtica de intervenci¨®n, que a lo largo de la Revoluci¨®n ha sufrido numerosas modificaciones.
Con el MIG-15 hubiera sido posible bombardear por ejemplo la zona sur de los Estados Unidos (el punto m¨¢s cercano, en Florida, apenas est¨¢ a 150 kil¨®metros de la isla). Con la progresiva institucionalizaci¨®n, as¨ª como con la renuncia a la estrategia de la llamada exportaci¨®n de la revoluci¨®n, se pudo pasar de una estructura ofensiva a otra defensiva. Un factor a tener en cuenta en este proceso es, posiblemente, que Cuba entrara en el dispositivo protector nuclear de la URSS.
La historia y el ¨¦xito del ej¨¦rcito rebelde en la Sierra Maestra es conocida y no necesita ser descrita aqu¨ª. Pero algunos aspectos de la organizaci¨®n de la guerrilla son altamente relevantes para la evoluci¨®n militar y pol¨ªtica despu¨¦s de la victoria. A partir de un aislamiento total, tras ser diezmados por las tropas de Batista en el desembarco, los intr¨¦pidos invasores fueron gan¨¢ndose la confianza de los campesinos marginados, quienes les posibilitaron el sobrevivir en un principio y despu¨¦s el establecimiento de un poder paralelo al Gobierno del pa¨ªs. Los territorios liberados se transformaban, tras arduos esfuerzos iniciales, en territorios cerrados que exig¨ªan no s¨®lo una seguridad sino tambi¨¦n una administraci¨®n, y finalmente aut¨¦nticas estructuras de gobierno. Los hermanos Castro, Camilo Cienfuegos, '?Che? Guevara, y dem¨¢s dirigentes, tuvieron que hacerse cargo de problemas t¨¦cnicos, econ¨®micos y jur¨ªdicos, revel¨¢ndose en esta labor el m¨¦dico argentino Guevara como un aut¨¦ntico genio. En general, se puede decir que la guerrilla, precisamente por haber elegido prudentemente como base de operaciones una zona alejada de las ciudades, tuvo obligadamente que crear un Estado de la nada. Esta fue la gran oportunidad y a la vez la gran obligaci¨®n la piedra angular del ¨¦xito de la revoluci¨®n cubana.
La estructura civil se desarroll¨® en la sierra, con l¨®gica y sin costuras, a partir de la militar. En un principio se cre¨® un taller para la reparaci¨®n de armas y material de guerra. Debido, a que los rebeldes, exceptuando alg¨²n env¨ªo de dinero de c¨ªrculos cubanos emigrados a USA, no recib¨ªan ning¨²n apoyo del exterior, tuvieron incluso que fundir sus propias municiones en el campamento. Tras las primeras victorias sobre los soldados y polic¨ªas de Batista, numerosos campesinos, desempleados y disconformes se enrolaron con la gente de Castro; el continuo crecimiento de la tropa exig¨ªa m¨¢s zapatos y m¨¢s vestimenta. Se improvisaron peque?as f¨¢bricas. Se construyeron tiendas de comestibles. La columna de Guevara construy¨® una peque?a central el¨¦ctrica. Los nuevos reclutas que ni sab¨ªan leer y escribir, ni manejar un arma, tuvieron que recibir formaci¨®n. Los campamentos de entrenamiento se ampliaron para constituir las primeras escuelas rurales. M¨¢s tarde tuvieron que formarse administradores de todo tipo, delegados de las comunidades y otros cargos civiles. Los guerrilleros heridos y tambi¨¦n los pobres campesinos de la zona, necesitaban asistencia m¨¦dica, as¨ª que se construyeron peque?os hospitales. La edificaci¨®n de esta infraestructura costaba dinero con lo que no les qued¨® otro remedio que cobrar impuestos. Quien se resist¨ªa a pagar ten¨ªa que ser advertido y frecuentemente castigado. Hab¨ªa disputas entre la poblaci¨®n, de manera que se necesit¨® la sentencia de un juez. Cuando el ej¨¦rcito rebelde se hizo a principios de enero de 1959 con todo el poder en la isla, ten¨ªa en sus filas toda una serie de t¨¦cnicos, organizadores y funcionarios. El salvaje y heterog¨¦neo grupo de guerrilleros de Fidel se hab¨ªa transformado dentro de lo que cabe, en una unidad civil-militar, polifac¨¦tica y disciplinada. Su comportamiento y su modo de pensar estaba sin embargo impregnado de lo militar y as¨ª fue tambi¨¦n su ej¨¦rcito del poder.
El Estado revolucionario hab¨ªa nacido de la lucha; su estructura y administraci¨®n siguieron esta tendencia que se orientaba hacia la lucha, no s¨®lo en el vocabulario, sino tambi¨¦n en la ideolog¨ªa general. En un mitin al pueblo cubano, Guevara dec¨ªa, en abril de 1959: ?Todav¨ªa estamos en medio de la lucha porque todav¨ªa no hemos alcanzado la victoria definitiva.? Se luchaba contra la resistencia interior contra el caos econ¨®mico, se luchaba, literalmente, en todos los frentes; y los soldados de esta amplia batalla por la revoluci¨®n eran los guerrilleros de Sierra Maestra, los ¨²nicos que formaban la ¨¦lite de Estado. B¨¢sicamente con personal militar, se fund¨®, en mayo de 1959, el durante mucho tiempo casi todopoderoso' Instituto Nacional de Reforma Agraria, del que en los primeros meses salieron casi todas las iniciativas re olucionarias. Militares eran, tambi¨¦n, los responsables del nuevo programa de educaci¨®n y los que estaban a la cabeza de la campa?a de alfabetizaci¨®n del pa¨ªs. Los camaradas de Fidel sustitu¨ªan a los gerentes de las f¨¢bricas, a los directores de los programas de la radio y televisi¨®n, tomaron la direcci¨®n de los sindicatos y de todos los puestos de mando, en general. Unos resultaron brillantes, otros provocaron la confusi¨®n; durante los primeros a?os fueron los causantes de grandes ¨¦xitos en unas colas y de fallos en otras, tales como la econom¨ªa.
Las verdaderas y peligrosas dificultades tuvieron lugar en los primeros meses causadas por el hecho de que ya antes de la entrada en La Habana, el aut¨¦ntico Ej¨¦rcito Rebelde hab¨ªa dejado de existir, En las ¨²ltimas semanas de la guerra, cuando el ¨¦xito de Fidel era pr¨¢cticamente seguro, afluy¨® gente de todas las condiciones hacia la guerrilla, incluso miembros del ej¨¦rcito y de la polic¨ªa de Batista. La fuerza de atracci¨®n de las tropas de Fidel crecieron a¨²n m¨¢s con la ca¨ªda del dictador, de manera que a finales de enero de 1959 el ej¨¦rcito guerrillero sumaba unos 50.000 hombres.
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