El reto de la Federaci¨®n de Vecinos
Militantes del Partido Comunista de Espa?a. Ex miembros de la junta directiva de la Federaci¨®n de Vecinos.Seg¨²n algunos res¨²menes de prensa, el pleno del pasado d¨ªa 13 de noviembre no ha servido para nada, y la pol¨¦mica s¨®lo se centr¨® en si se eleg¨ªa unajunta directiva ese d¨ªa o no, y si tales posturas eran de un partido y tales eran de otro. Independientemente de la capacidad y de los aciertos de los asistentes, este pleno estuvo muy lejos de "ser una reuni¨®n pasajera o banal, porque lo que all¨ª se debati¨® fue una cuesti¨®n de fondo de vital importancia tanto para la Federaci¨®n como para las asociaciones de vecinos y, posiblemente, de vital importancia para el movimiento ciudadano y la participaci¨®n de los mismos en una sociedad democr¨¢tica.
Porque la pol¨¦mica s¨ª tuvo un marco muy concreto, y fue la siguiente: ?cu¨¢l es el papel de las asociaciones de vecinos en la nueva democracia espa?ola? O dicho en otras palabras: ?cu¨¢l debe ser el papel y dimensi¨®n de los movimientos ciudadanos en una sociedad democr¨¢tica?
Problema de fondo
Para ser sinceros, este es un problema de fondo, no exclusivo de los delegados de asociaciones que fueron a dicho pleno, porque esta pol¨¦mica est¨¢ en la prensa, est¨¢ en los partidos pol¨ªticos, est¨¢ en la Administraci¨®n, en la calle y en la mente de muchos ciudadanos.
Pero para poder responder a esto es necesario explicar por qu¨¦ han surgido las asociaciones de vecinos y qu¨¦ papel han jugado en este per¨ªodo anterior. De forma sencilla se puede decir que las asociaciones de vecinos son las respuestas organizadas de los vecinos ante los problemas y necesidades que tiene Madrid, problemas que son m¨²ltiples y pasan desde la falta de viviendas, calles sin asfaltar, puestos escolares, transportes, etc¨¦tera.
Las asociaciones surgieron con fuerza y con gran capacidad de lucha en los barrios perif¨¦ricos y ciudades cercanas a Madrid: Orcasitas. el Pozo, Palomeras, San Blas, Aranjuez, Legan¨¦s, etc¨¦tera. Su papel fue siempre la defensa del vecino y siempre con la presi¨®n de las masas ciudadanas.
Han sido movimientos que consiguieron reivindicaciones concretas: colegios, viviendas. asfaltos, etc¨¦tera, es por ello que eran y son organizaciones necesarias para los vecinos, demostrando su capacidad de lucha y de, respuesta, sobre todo ante una Administraci¨®n local. corrupta e inoperante, que coadyuvaba constantemente con las empresas e inmobiliarias y los depredadores del suelo. Pero, a su vez, las asociaciones y la Federaci¨®n tuvieron que enfrentarse al sistema contra la dictadura y asuinir su papel hist¨®rico -junto con otros movimientos y partidos pol¨ªticos- en clandestinidad; era el de luchar para la consecuci¨®n de la democracia en nuestro pa¨ªs. As¨ª, en este per¨ªodo la Federaci¨®n fue represaliada constantemente, hemos tenido que reunirnos clandestinamente y tener objetivos de defensa de los ciudadanos y consecuci¨®n de la democracia, a veces se ha tenido que asumir papeles pol¨ªticos que correspond¨ªan a otro tipo de organizaciones, pero que ¨¦stas no pod¨ªan realizar. No nos arrepentimos de lo que hicimos porque ello era necesario: pero por esto pagamos un precio: el partidismo, desgaste, desvirtuamiento, cr¨ªtica, etc¨¦tera.
De esta breve historia se desprenden dos aspectos fundamentales: por un lado la importancia de las asociaciones de vecinos y de la propia Federaci¨®n como organizaciones de defensa de los ciudadanos, y de otra parte, que las condiciones en que se desenvuelven hoy las asociaciones son muy diferentes. En nuestro pa¨ªs ya existe una democracia, en la que hay partidos pol¨ªticos con capacidad de alternativa, hay un Parlamento elegido por los ciudadanos y van a existir ayuntamientos democr¨¢ticos elegidos libremente por los ciudadanos. Por todo esto, los objetivos y perspectivas que planteamos hace a?o y medio ya no valen para estos momentos. Objetivos como la democratizaci¨®n de la Administraci¨®n local, la elaboraci¨®n de un programa reivindicativo concreto de contenido social y pol¨ªtico, el pronunciamiento por un apoyo con el movimiento obrero son ya aspectos consegividos o que se van a conseguir. Que tuvieron su importancia en el tiempo -y en los cuales hemos trabajado-, pero que hoy est¨¢n desfasados ante el nuevo marco democr¨¢tico.
La cuesti¨®n que ahora se plantea es el ¨¢mbito de trabajo que corresponde a las asociaciones ante estas nuevas circunstancias. Ya que no basta s¨®lo recordar el pasado, o decir que hay que trabajar, sino saber dar una dimensi¨®n social y pol¨ªtica a un trabajo en una correcta direcci¨®n y no a tontas y a locas.
Es evidente que esto no se puede solucionar simplemente con una elecci¨®n de junta directiva. Caer¨ªamos forzosamente en dos errores partidistas del pasado. Y mal servicio realizar¨ªamos para los ciudadanos de Madrid.
El reto
Por eso ¨¦ste debe ser nuestro reto, el de saber jugar nuestro papel en el momento actual, que no es restrictivo, pero que tiene una nueva dimensi¨®n. ?Y cu¨¢les pueden ser las nuevas perspectivas de las asociaciones de vecinos? Creemos que las asociaciones -organizaciones de base de car¨¢cter pluralistadeben ser independientes de los partidos pol¨ªticos, de la Administraci¨®n, etc¨¦tera. Su papel debe ser reivindicativo, tener una diversidad pol¨ªtica, pero no tratar de constituirse en una alternativa paralela a la Administraci¨®n local (como si fu¨¦ramos un ayuntamiento paralelo), ni tampoco suplantar la actuaci¨®n de los partidos pol¨ªticos.
Es por esto que, en el pleno del d¨ªa 13 se presentaron unas propuestas que pueden servir de orientaci¨®n: ?Las asociaciones de vecinos que est¨¢n arraigadas en los barrios no deben confundirse con la funci¨®n de los partidos pol¨ªticos (que tienen propuestas globales y optan mediante elecciones a la presencia en la direcci¨®n de las instituciones pol¨ªticas). Por ello, las asociaciones de vecinos deben jugar su papel y no pueden ser cajas de resonancia de estos grupos pol¨ªticos.? Y en otro p¨¢rrafo importante para el movimiento ciudadano- madrile?o se dec¨ªa: ? Las asociaciones de vecinos deben de ser organizaciones conicapacidad real de masas, con participaci¨®n efectiva del mayor n¨²mero de vecinos de nuestros barrios, y no como en algunos casos, grupos minoritarios de vanguardias alejados de los ciudadanos.? Y, a su vez, otro que aborda diferentes aspectos que deben de jugar nuestras entidades en el momento actual y en el futuro: ?Las asociaciones de vecinos deben tener capacidad de protesta, pero tambi¨¦n de di¨¢logo y de proposiciones ante la Administraci¨®n local, que nos permita ser interlocutores de nuestros vecinos?, y se plantea, claro, que no s¨®lo sean de protesta, porque ma?ana, ante un alcalde o concejal, podr¨ªamos luchar conjuntamente para presionar en la consecuci¨®n de los objetivos de la ciudad o del barrio, tanto para planificar como para reivindicar al propio Estado los aspectos financieros y concretos necesarios para nuestros vecinos.
Y en esta misma l¨ªnea, el papel de la Federaci¨®n debe coger su aut¨¦ntico sentido de coordinaci¨®n, de cauce de iniciativas, y que est¨¦ en funci¨®n del trabajo de las asociaciones de vecinos, y no como un organismo superestructural, que no responde, al sentido para el que ha sido creado. Es necesario que la Federaci¨®n sea a su vez una organizaci¨®n al servicio de las asociaciones de vecinos y de los ciudadanos que lo precisen, que, a su vez, nuestra Federaci¨®n tenga otra imagen, que sea transparente, que elimine el aspecto y el aire que le queda de clandestino, que tengamos unos estatutos donde se regule todo su funcionamiento y se especifiquen todos sus objetivos, y que todas las asociaciones de vecinos o ciudadanos tengan el derecho de pedirnos explicaciones si no se cumplen estas normas, que previamente hemos decidido entre todas las asociaciones y que las hemos hecho p¨²blicas.
Y que tambi¨¦n, por mandato delas asociaciones, la Federaci¨®n tenga una dimensi¨®n de control junto con otras entidades y partidos cuando la actuaci¨®n de los representantes no se adecuen a los intereses de los ciudadanos, y que conservando su independencia est¨¦n tambi¨¦n presentes en los organismos p¨²blicos en lo que les pueda afectar o corresponder, como, por ejemplo, comisi¨®n de precios, etc¨¦tera.
Este puede ser el camino, no acabado, solamente enunciado, de las perspectivas de las asociaciones y de su Federaci¨®n, que debe ser de forma abierta y decidida a que los ciudadanos participen en la construcci¨®n de la democracia. Este es el reto que hoy tiene planteado nuestro movimiento, reto al que nosotros, junto con otros compa?eros, tanto como vecinos de Madrid como comunistas, estamos dispuestos a asumir.
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