Estudiantes no mereci¨® perder con el Barcelona

Tan igualado fue el partido entre Estudiantes y Barcelona que basta con mirar la estad¨ªstica para ver que los dos equipos acertaron y fallaron lo mismo, y si el triunfo fue para los azulgranas se debi¨® a que anotaron un tiro libre m¨¢s que sus rivales, lo cual no quiere decir que lo merecieran, porque el diezmado equipo colegial, sin Buckley y con Gonzalo s¨®lo tres minutos, plant¨® cara, hizo fallar m¨¢s de lo debido al Barcelona y s¨®lo la suerte final y, por qu¨¦ no decirlo, los propios errores estudiantiles, hicieron que el marcador final se decantara m¨ªnimamente del lado catal¨¢n.Jos¨¦ Ram¨®n Ramos sab¨ªa que no ten¨ªa m¨¢s cera que la que ard¨ªa y por eso con siete hombres disponibles, uno m¨¢s a medias y tres junior para llenar huecos de emergencia plante¨® muy bien el partido con una zona 2-3 que se atragant¨® a las figuras del Barcelona y aunque la t¨¢ctica parec¨ªa propicia para el lucimiento de Flores, Sibilio y Ansa en la media distancia, la verdad es que los Kucharski no consegu¨ªan distanciarse en el marcador m¨¢s que nada debido a su negligencia defensiva (24-25 a los diez minutos). La mayor ventaja lleg¨® en el minuto quince (30-37), pero la entrada en juego de Mariano Garc¨ªa en el sitio de L¨®pez favorecida tambi¨¦n por la sustituci¨®n de Ansa (que se enfad¨® con su entrenador y se sent¨® lejos del banquillo) por Epi Il propici¨® que al descanso se llegara con empate a 45.

En la segunda parte el comienzo estudiantil fue fulgurante, y en s¨®lo minuto y medio el marcador se?alaba un prometedor 51-45, que se fue reduciendo lentamente y se dio la vuelta, coincidiendo con el cambio de t¨¢ctica que orden¨® Ramos a sus hombres, que pasaron a defender individualmente. Esto favoreci¨® la mayor envergadura del equipo catal¨¢n, que aprovech¨® la coyuntura para situarse en 65-72 a los diez minutos. A partir de este momento las personales fueron arrastrando al banco a hombres de uno y otro equipo, y el m¨¢s perjudicado fue el Estudiantes, que vio c¨®mo de sus hombres altos s¨®lo quedaba Cambronero, con cuatro faltas. Aunque se intent¨® la presi¨®n, todos los esfuerzos resultaron bald¨ªos, porque Vicente Gil perdi¨® dos pases largu¨ªsimos que quiso entregar a Iradier y que pudieron cambiar el resultado final. Pero tantas cosas fueron las que pudieron dar el triunfo a los del Ramiro, que es peor enumerarlas. La verdad es que no merecieron perder ante un Barcelona que sigue dando las mismas muestras de siempre: mucho nombre, pero pocas ganas y problemas por donde se busque. As¨ª, dif¨ªcilmente alcanzar¨¢n un campeonato.