Los hotelitos de la Cruz del Rayo se deterioran con sospechosa rapidez
Varios hotelitos de la colonia Cruz del Rayo, el mejor exponente que subsiste en Madrid del urbanismo de los a?os veinte, conocido como de ciudad jard¨ªn, est¨¢n sufriendo desperfectos nocturnos -las familias que a¨²n viven en la colonia los califican de provocados- que pueden llevarles al estado de ruina. El 80% de los chalets de la zona norte de la colonia han sido comprados por Promola, se supone que con intenci¨®n de derruirlos y construir viviendas colectivas. Ocurre, sin embargo, que toda la colonia est¨¢ incluida en el precat¨¢logo de edificios y conjuntos a conservar, lo que imposibilita que puedan demolerse legalmente.
Varios vecinos residentes han presentado ante el Ayuntamiento dos escritos, el primero en diciembre y el segundo hace escasos d¨ªas, denunciando la falta de vigilancia municipal y pidiendo la adopci¨®n de medidas urgentes Seg¨²n los escritos, se ha visto a obreros que declararon pertenecer a Promola, llev¨¢ndose verjas, marcos de ventanas y de puertas Concretamente en uno de los chalets, que hace unos meses se encontraba en perfectas condiciones, aunque deshabitado, han ido apareciendo grandes boquetes en techos y paredes interiores que est¨¢n a punto de forzar su ruina. En otros varios han desaparecido los canalones de desag¨¹e y las puertas y ventanas aparecen abiertas, con lo que resultan muy da?ados por la lluvia y el viento
Una historia accidentada
La colonia Cruz del Rayo permanece en Madrid como una especie de isla apacible rodeada por las torres de la prolongaci¨®n de General Mola. Construida hacia los a?os veinte, se inspir¨® en las ideas urban¨ªsticas de la ¨¦poca, que preconizaban un tipo de ciudad jard¨ªn en laque los elementos naturales y artificiales se complementaran y crearan una habitabilidad agradable. As¨ª, en una colonia relativamente peque?a existen numerosas calles, unas rectas y otras formando arcos, lo que proporciona rincones de gran valor y forman espacios muy adecuados para los juegos de los ni?os o simplemente para pasear. Situada entre la colonia del Viso y la calle de General Mola, su emplazamiento se ha revalorizado considerablemente, aunque las familias que lo habitan actualmente sean en su mayor¨ªa modestas y abunden las personas ancianas y los jubilados.Desde el a?o 1969, en que se aprob¨® por la Gerencia Municipal de Urbanismo un plan parcial que afectaba a la zona norte de la colonia, han sido muchos los intentos de erradicar a los residentes para dejar libre el suelo. La resistencia de los afectados ha ido parando los golpes hasta ahora.
Primero se construy¨® una torre de quince plantas, General Mola 185, denunciada varias veces por ellos en base a que se construy¨® m¨¢s volumen del permitido y en que los planos del proyecto presentaban algunas irregularidades, tanto de fechas como de dise?o. As¨ª, en los planos figura como si la sombra que proyecta la torre se dirigiera en direcci¨®n contraria, cuando en realidad se proyecta sobre los hotelitos, lo que vulnera sus derechos de soleamiento reconocidos legalmente. Ninguna de las denuncias ha sido atendida por ahora.
A continuaci¨®n vino la famosa pol¨¦mica de la ordenanza cuarta, decretada por Juan de Arespacochaga, y que supon¨ªa el dejar fuera de ordenaci¨®n y, por tanto, la desaparici¨®n de este tipo de colonias. El proyecto se retir¨® ante la decidida oposici¨®n de un importante sector de los madrile?os.
El pen¨²ltimo intento de burlar las disposiciones municipales consisti¨® en cambiar el nombre de la calle de G¨®mez Ortega por el de calle de Oria, ya que la primera figura expresamente en el precat¨¢logo citado anteriormente.
Y ahora, el sospechoso proceso de r¨¢pida deteriorizaci¨®n que sufren varios de los hotelitos deshabitados tras su compra por Promola. La primera denuncia presentada en Gerencia por los vecinos se traspapel¨® -un funcionario les dijo que, como hab¨ªan le¨ªdo algo referente a hotelitos, hab¨ªan enviado el escrito a otro departamento-, y la segunda, presentada el 4 de abril, a¨²n no ha tenido tiempo de ser contestada. Los denunciantes han enviado tambi¨¦n un dossier completo al Colegio de Arquitectos de Madrid.
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