Nota de la Consejer¨ªa del Interior del Consejo General Vasco

La Consejer¨ªa del Interior del CGV ha practicado una primera investigaci¨®n de los hechos ocurridos en Arechavaleta y Mondrag¨®n ayer, d¨ªa 16 de noviembre, que han causado la muerte de tres personas y heridas de diversa consideraci¨®n a cuatro.A tal fin, el director del departamento de derechos humanos, Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, se ha desplazado a Mondrag¨®n en la ma?ana de hoy, d¨ªa 16, en donde se ha entrevistado con el alcalde, ha visitado el lugar de los hechos y el centro asistencial en donde todav¨ªa est¨¢n siendo asistidos algunos heridos. Ha conversado, adem¨¢s, con alg¨²n miembro de la prensa y con testigos presenciales, de todo lo cual, as¨ª como de diversas fuentes informativas consultadas por esta Consejer¨ªa, cabe extraer provisionalmente las siguientes conclusiones:

1. Alrededor de las 18 horas del 15 de noviembre, los ocupantes del veh¨ªculo R- 12 B1-3494-J ametrallaron el cuartel de la Guardia Civil de Arechavaleta, d¨¢ndose luego a la fuga en direcci¨®n a Mondrag¨®n.

2. Los agresores se vieron obligados a detener su coche en Mondrag¨®n en la plaza de Udala, como consecuencia de la gran afluencia de veh¨ªculos y de personas en la zona. En este momento, de un coche no oficial que les iba persiguiendo descendieron varios miembros de la Guardia Civil de paisano, con metralletas. Dos de los ocupantes del primer veh¨ªculo salen del mismo, tratando de huir sin llevar armas en la mano, momento en el que reciben los disparos que les causan la muerte. A un tercero, que est¨¢ en el interior, le disparan y le sacan del coche herido.

Con posterioridad, la Guardia Civil extrajo del veh¨ªculo diversas armas.

3. La Guardia Civil dispers¨® a la gente que se encontraba pr¨®xima a los cuerpos ca¨ªdos, llegando, al parecer, en alg¨²n momento, a lanzar alg¨²n disparo al aire sin que causara v¨ªctimas.

4. Alrededor de tres minutos despu¨¦s de los primeros disparos, apareci¨® en las inmediaciones otro veh¨ªculo del que descendieron otros miembros de la Guardia Civil, al parecer de paisano, los cuales, ante la presencia de la gente y de varios hombres armados de metralletas, que eran los primeros miembros de la Guardia Civil, abrieron fuego en direcci¨®n a ¨¦stos causando la muerte a do?a Emilia Larra, quien se encontraba sentada en un banco a unos 150 metros, as¨ª como heridas a tres personas m¨¢s.

5. Finalmente, los heridos fueron llevados al centro m¨¦dico de Mondrag¨®n y la zona fue acordonada por la Guardia Civil hasta que a las veintiuna horas fueron levantados los cad¨¢veres de Jos¨¦ Mar¨ªa Iturrioz Garmendia y de Roberto Aramburu Uribarren ante la presencia del juez.

La Consejer¨ªa del Interior debe hacer, ante estos hechos, las siguientes consideraciones:

1. La irracional l¨®gica de la violencia es la que, explica tanto la agresi¨®n al cuartel de la Guardia Civil como la respuesta que causa la muerte de los agresores. Para juzgar estos hechos como para juzgar las muertes y agresiones que casi cotidianamente nos est¨¢n afectando hemos de situarnos, por nuestra parte, fuera de la l¨®gica de la violencia y dentro, en cambio, de la responsable exigencia de un orden pac¨ªfico. Los que aceptan el definir a nuestra sociedad como sociedad en guerra no pueden, con coherencia, censurar los efectos normales de la misma.

Por el contrario, los que queremos una sociedad en paz y creemos que el pueblo la quiere, hemos de exigir a las fuerzas de orden p¨²blico un exquisito cumplimiento de su funci¨®n de garantizadores del orden por encima de la sensaci¨®n subjetiva de nerviosismo o acoso. Porque la p¨¦rdida de serenidad en esas fuerzas les descalifica para ejercer su propia funci¨®n.

Las muertes de Jos¨¦ Mar¨ªa Iturrioz y de Roberto Aramburu deben ser explicadas, y p¨²blicamente, para ver si ha existido proporcionalidad en los medios utilizados y si no exist¨ªan medios m¨¢s racionales y adecuados para haber procedido a su detenci¨®n.

2. En todo caso, lo que resulta evidentemente inexplicable es la actuaci¨®n posterior de una fuerza p¨²blica que irreflexivamente dispara de forma que causa una muerte y varios heridos en la poblaci¨®n civil. Tal acto debe ser enjuiciado con una gran serenidad, pues obedece a una de estas dos causas: o bien una irresponsable falta de reflexi¨®n, o bien una actitud todav¨ªa m¨¢s peligrosa: la de una fuerza que act¨²a sobre una poblaci¨®n como sociedad enemiga.

Es absolutamente preciso que sobre este punto la investigaci¨®n p¨²blica necesaria sea, adem¨¢s, una investigaci¨®n judicial.