"No podemos juzgar el arte por la ideolog¨ªa de sus autores"
Entrevista con Alfonso Guerra, diputado del PSOE
Alfonso Guerra, diputado del PSOE, que confiesa estar en contradicci¨®n consigo mismo, porque lo suyo es la cultura, aunque tenga que estar metido en presupuestos, present¨® hace algunos d¨ªas el libro-homenaje que los artistas del Partido Socialista dedicaron a Machado. El planteamiento del PSOE respecto a la cultura en general, y en realidad las relaciones entre el arte y el progreso social y la intervenci¨®n de los partidos pol¨ªticos fueron los grandes temas de esta conversaci¨®n que el diputado socialista mantuvo con EL PAIS, y que se polariz¨® en dos nombres importantes utilizados como s¨ªmbolos: Machado, s¨ªmbolo de la pasi¨®n aplicada a la literatura; y Dal¨ª, un poco lo mismo respecto del arte.?No s¨¦ si los socialistas reivindican a Machado como suyo?, dijo a EL PAIS Alfonso Guerra. ?Yo s¨ª, como m¨ªo. Y distingo: no fui a Machado por ser socialista, sino al rev¨¦s. Debo decir que un perfil de Pablo Iglesias hecho por Antonio Machado me empuj¨® emocionalmente al socialismo del PSOE. Porque Machado ha sido una verdadera pasi¨®n para m¨ª. Y le he estudiado no acad¨¦micamente, sino vitalmente, en los textos y en la vida. En 1975, por ejemplo, me fueron prohibidas doce conferencias sobre ¨¦l, y estuve, con el discurso de fondo, en el gran homenaje del centenario en Colliure... Para m¨ª Machado es un hombre que trasciende en mucho la utilizaci¨®n sectaria que se ha hecho de ¨¦l. Y tan sectaria me parece la de los militantes de izquierda en la clandestinidad, que trataban de hacer de Machado un militante pol¨ªtico, como la de los nov¨ªsimos, que le acusan de falta de perfecci¨®n t¨¦cnica en su escritura. Creo que m¨¢s all¨¢ est¨¢ la trascendencia humana del que, al mi modo de ver, fue un desterrado. Con tres heridas vengo / la de la vida / la del amor / la de la muerte, dicen unos versos suyos: pues, bien creo que fue el desterrado en la vida, que fue el deambular desde Sevilla hasta Colliure, por un destierro, en el amor, que siempre sinti¨® como el nost¨¢lgico bien perdido o inencontrable y que le sumi¨® en el destierro por fin de la muerte, primero de Leonor, luego la suya propia, lejos.?
El segundo polo de conversaci¨®n se centra en lo que no ha pasado de ser una an¨¦cdota, aunque significativa: el grupo socialista municipal de Figueras propuso el cambio de nombre de la plaza dedicada a Salvador Dal¨ª, y a su mujer, Gala. No se llev¨® a cabo el cambio por la voluntad de un amplio sector de la gente de Figueras, y el argumento que se jugaba era el de las relaciones del pintor surrealista con el franquismo. Se planteaba en este tema, como problema, la valoraci¨®n de la creaci¨®n art¨ªstica en relaci¨®n con el comportamiento pol¨ªtico de quien la hace, y dijo sobre esto Alfonso Guerra: ?Con todo el respeto que me merecen esos socialistas catalanes, tengo que decir que me parece una prueba de ignorancia de lo que es Alfonso Guerra la historia de la cultura. Hay casos m¨¢s flagrantes que el de Dal¨ª en los que podemos ver las cosas a¨²n m¨¢s claras: por ejemplo, Borges diciendo cosas sobre los militares o lanzando acusaciones a Lorca o a Machado puede pasar por fascista. En cambio, su obra est¨¢ ah¨ª,. y no tiene nada de fascista... A mi modo de ver, la historia de la cultura se ha hecho en la acci¨®n doble de los poderes y la fuerza de creaci¨®n del ser humano. Bien en colectividad, o bien, aunque nos gustar¨ªa rom¨¢nticamente que fuera de otra manera, a nivel individual, que es lo m¨¢s probable, o lo que m¨¢s ha ocurrido. Cierta utilizaci¨®n del marxismo ha inventado esa falsedad no marxista que es la teor¨ªa del reflejo, seg¨²n la cual las manifestaciones art¨ªsticas reflejar¨ªan la infraestructura econ¨®mica... Y ah¨ª est¨¢ el primer error. A mi modo de ver, la criatura art¨ªstica se desprende del autor incluso, es un resultado que adqu¨ªere autonom¨ªa, que pasa a no tener nada que ver a funcionar por su cuenta, aunque luego intervenga ella misma en el proceso de cambio social. Para terminar, dice Alfonso Guerra, ?no creo que la plaza de Gala y Dal¨ª deba cambiar el nombre, no por las cosas reaccionarias que ha dicho, sino porque si est¨¢ ah¨ª es como pintor, como el importante pintor que es. Creo que la obra de arte est¨¢ vac¨ªa de ideolog¨ªa, y que es el lector el que pone la ideolog¨ªa en ella.?
La pol¨ªtica cultural es, al fin, lo que se discute aqu¨ª. Y concretamente, la posibilidad de los partidos de intervenci¨®n en la vida cultural. Sobre este tema, Alfonso Guerra se muestra esc¨¦ptico: ?Plantearse desde un partido pol¨ªtico la actividad cultural o, mejor, lo que se llama la vida cultural de un pa¨ªs es un proceso que lleva a la frustraci¨®n. Un partido es un instrumento de conquista del poder, para, desde el poder, transformar o modelar la sociedad. Claro que tambi¨¦n se puede entender -y ah¨ª viene la frustraci¨®n-, al partido como un modelo de contrasociedad, que, entonces, se debe plantear resolveren vivo, en la pr¨¢ctica, no s¨®lo los problemas de la cultura, sino todos, desde el urbanismo a la sanidad, para entendernos. Como, naturalmente, el partido no es la Administraci¨®n, ni es el poder real, esta segunda concepci¨®n conduce a una especie de autofagia: el partido se convierte en el ente cerrado, en el fin de s¨ª mismo... Y el dilema en este terreno est¨¢ entre ser el animador de cultura o el que se ocupe de zaherir a los poderes p¨²blicos para que la potencien... En el caso espa?ol, la cosa es particularmente patente, con un Ministerio de Cultura reci¨¦n creado, y en el que la cartera la han llevado dos personajes de contracultura, mejor, de anticultura... Como ejemplo de lo que creo que es hoy por hoy el papel cultural de un partido, me parece importante lo que hizo el grupo socialista de Chamart¨ªn: ocurri¨® algo de inter¨¦s yo dir¨ªa que antropol¨®gico: la gente premiada, que no era del PSOE, y hasta alguno militaba en otros partidos, se sorprend¨ªa de recibir un premio del socialista... Pues bien, yo creo que por ah¨ª van las cosas: por el apoyo a la producci¨®n cultural de calidad, venga de donde venga.?
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