Justificaci¨®n municipal a una campa?a electoral
La historia -la larga historia-administrativa del centro comercial de La Vaguada del barrio del Pilar ha concluido: el centro ser¨¢ construido y los vecinos que a¨²n se oponen a ello -una m¨ªnima parte en comparaci¨®n con los que lo hac¨ªan hace tan s¨®lo dos a?os- seguir¨¢n protestando. Normal.El Ayuntamiento, el nuevo Ayuntamiento democr¨¢tico, ha tenido que permitir que el centro se construya. En caso contrario, habr¨ªa tenido que expropiar los terrenos, lo que le hubiera supuesto un desembolso que ayer ya se calculaba oscilante entre los 2.500 y los 4.000 millones de pesetas. Normal.
Hasta aqu¨ª la historia es perfectamente normal. Lo que ya no parece tan normal es que los nuevos mun¨ªcipes salidos de las urnas del 3 de abril anuncien a bombo y platillo, nada m¨¢s hacer su entrada en la Casa de la Villa, que van a suspender temporalmente la licencia de construcci¨®n del centro, aunque poco despu¨¦s se dijera que no era m¨¢s que un aplazamiento temporal del comienzo de las obras.
Normal era tambi¨¦n que los miembros del nuevo Ayuntamiento reclamaran su derecho -y as¨ª lo hicieron- a poder estudiar el tema a fondo. No hab¨ªan participado en la resoluci¨®n tomada por el anterior Ayuntamiento y quer¨ªan poder tomar su propia decisi¨®n.
Pero los propios medios de informaci¨®n ya hab¨ªan pronosticado el final que ayer fue anunciado oficialmente: habida cuenta del coste de una posible expropiaci¨®n -aparte del agravio comparativo, como le llamaba el propio Alonso Puerta- y de la necesidad real de construcci¨®n del centro, ¨¦ste iba a terminar por construirse. ?A qu¨¦, entonces, asegurar en notas no oficiales y oficiales que se iba a suspender la licencia ya concedida, que se iba a proceder a una consulta popular y que se iba a forzar a la empresa promotora a financiar el centro c¨ªvico, responsabilidad municipal?
Pero esos tiros que, en principio, no parec¨ªan tener objetivo fijo, podr¨ªan tenerlo y muy concreto: el PSOE hizo unas promesas electorales de frenar la construcci¨®n del centro comercial, por mucho que el se?or Barrionuevo diga ahora que no. Al llegar al Ayuntamiento, se encuentra con que no puede hacer nada. Soluci¨®n, quedar bien. Se le suelta una nota a la prensa y se demora en tres meses la construcci¨®n. Al final, todo queda como al principio, pero el partido deja su responsabilidad a salvo. ?Hicimos lo que pudimos?, dir¨¢n en la pr¨®xima campa?a electoral.
Y el PCE, que casi se entera por los peri¨®dicos de la decisi¨®n, no tiene m¨¢s remedio que entrar en el juego, pues, de lo contrario, peligrar¨ªa muy seriamente su pacto municipal con el PSOE y, con ¨¦l, el gobierno municipal de esta ciudad durante cuatro a?os.
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