Al Atl¨¦tico actual le falta calidad para ganar
El Atl¨¦tico de Madrid sigue sin ganar en su campo. En el Manzanares gan¨® el l¨ªder Sp¨®rting, y lo mismo que antes hicieron el M¨¢laga y el Espa?ol, el Las Palmas se llev¨® otro punto. El cuadro rojiblanco, aparte de errar t¨¢cticamente en el planteamiento de un partido sopor¨ªfero, mostr¨® una impotencia en su juego, m¨¢s bien debida a su propia falta de calidad para resolver. Y lo m¨¢s triste fue que el equipo canario, con muchos hombres nuevos en sus filas, result¨® una sombra del que pas¨® por Madrid la pasada temporada.El encuentro termin¨® con empate a cero, pero el Atl¨¦tico pudo ganar hasta por tres goles, si se hubiera se?alado el penalti a Bermejo; si un gran tiro suyo desde fuera del ¨¢rea, a los 55 minutos, no hubiese sido rechazado por el larguero, o si veinte m¨¢s tarde un cabezazo de Pereira, tras un c¨®rner sacado por Marcos, no hubiese pegado en la misma cruz derecha, despu¨¦s de tocar P¨¦rez el bal¨®n con la punta de los dedos. Sin embargo, la madera tambi¨¦n interviene en el f¨²tbol, y en este caso hizo justicia, pues el cuadro rojiblanco no mereci¨® ganar por su juego.
El problema del Atl¨¦tico el domingo fue doble: t¨¢ctico y t¨¦cnico. Adem¨¢s de la ausencia injustificada de Rubio en la punta izquierda del ataque, lo que oblig¨® pr¨¢cticamente al equipo a cargar el juego por la derecha, el desastre de ese lado estuvo en las limitaciones de Cap¨®n, libre de hombre a quien marcar y que no lo aprovech¨®. Buena prueba de que Luis se equivoc¨® al no sacar desde el principio a Rubio -por muy discutible que sea su juego- fue que al entrar, a un cuarto de hora del final, se produjeron las ¨²nicas jugadas atl¨¦ticas de cierta entidad en todo el partido. Bermejo, que antes ni hab¨ªa sido extremo izquierdo, porque no lo es, ni centrocampista, al estar perdido -aunque ya avis¨® con su tirazo a la madera- pas¨® a esta ¨²ltima posici¨®n y se arm¨® el equipo. Entonces, ya se olvid¨® hasta ese desastre del lado derecho, donde la falta de calidad de Cap¨®n para sacar provecho de la posici¨®n retrasada de Antonio Jorge arrastr¨® al voluntarioso Marcos. Ni atac¨® el defensa ni dej¨® hacerlo al joven hijo de Marquitos, que ha llegado al primer equipo en el peor momento para que le ayuden. Se tuvo que cambiar de lado en cuanto pudo, pero en medio de tanto desbarajuste se le not¨® m¨¢s su falta de aplomo para regatear un poco menos y pensar un poco m¨¢s.
De cualquier forma, lo m¨¢s triste del partido fue que Las Palmas no demostr¨® ser una maravilla para traer loco a nadie. Antonio Ruiz ha construido un equipo nuevo, pero que solamente promete. Por lo que se vio en el Manzanares, Morete debe echar mucho de menos los lanzamientos de Brindisi, pues Jorge, el eje central ahora, junto a Noly, no se puede comparar al argentino. Sin embargo, el cuadro canario, con Gerardo de centrocampista improvisado, marcador de Leal y Antonio Jorge, otro novel, de falso extremo, tuvo la suficiente calidad t¨¢ctica de cuatro hombres fijos por el medio campo como para mantener los ataques rivales. Con la posici¨®n de Bermejo de quiero y no puedo, Leal y Marcial fueron arrastrados a la vulgaridad y s¨®lo Javi pareci¨® moverse con m¨¢s soltura, aunque para intentar las dif¨ªciles e in¨²tiles penetraciones por el centro. Otro ejemplo de la impotencia rojiblanca estuvo en que ante un contrario discretamente a la defensiva debi¨® mandar al ataque bien pronto a Pereira. Bien es cierto que en el en¨¦simo centro sobre puerta incluso pudo marcar; pero result¨® trist¨ªsimo c¨®mo un Atl¨¦tico, sin jugadores para cabecear, repiti¨® esta jugada una y mil veces. Rub¨¦n Cano, que estuvo muy bien marcado por otro jugador nuevo, Toledo, se cans¨® de saltar in¨²tilmente, como tambi¨¦n lo hizo con el bal¨®n a ras de suelo. Como siempre, solo.
La suerte rojiblanca fue que Las Palmas atac¨® con muy poca convicci¨®n -apenas tir¨® a puerta- y tanto Morete como Echarri -otra novedad-, fueron dos nulidades m¨¢s, a tono con el lamentable encuentro. Si el tosco Arteche cumpli¨® perfectamente ante el delantero argentino, queda casi todo explicado. Que un jugador de tan pobre calidad tenga sitio en el Atl¨¦tico actual y hasta destaque, es incre¨ªble. Pero hay bastantes m¨¢s. La soluci¨®n, errores t¨¢cticos aparte, como no salir con tres delanteros siquiera de entrada, es bien dif¨ªcil cuando los mimbres son tan escasos. El equipo t¨¦cnico, que se ha equivocado tantas veces en los fichajes, es el gran culpable. Veremos c¨®mo resulta la pr¨®xima ?figura?, que est¨¢ al caer.
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