Clima de guerra civil tras el "contagio" de Nicaragua
Tras el derrocamiento de la dictadura militar presidida por el general Carlos Humberto Romero, el pasado d¨ªa 15 de octubre, El Salvador ha vivido en un aut¨¦ntico clima de guerra civil. Pa¨ªs min¨²sculo y superpoblado de Am¨¦rica Central (21.000 kil¨®metros cuadrados y 4.800.000 habitantes, de los que la mitad tiene menos de quince a?os), ha sufrido todas las condiciones para experimentar el ?contagio de Nicaragua?.Gobernado por militares desde 1931, la historia de estos cincuenta a?os es una larga secuencia de represi¨®n, torturas, fraude electoral y golpes de Estado. De econom¨ªa fundamentalmente agr¨ªcola, el 62% de la poblaci¨®n vive del cultivo del caf¨¦, algod¨®n, az¨²car y de la ganader¨ªa, mientras que el 7% de la poblaci¨®n controla casi el 40% de las tierras. La oligarqu¨ªa financiera del pa¨ªs, compuesta por catorce familias, ha encontrado en el Ej¨¦rcito y los grupos parafascistas de la extrema derecha el instrumento para perpetuar su opresi¨®n.
En los ¨²ltimos tiempos, un sector de la Iglesia, imbuido del ?esp¨ªritu de Medell¨ªn?, ha criticado profundamente la situaci¨®n de injusticia del pa¨ªs y ha llegado a justificar el uso de la violencia como medio leg¨ªtimo para el cambio pol¨ªtico.
El golpe de Estado de octubre pasado, encabezado por un sector del Ej¨¦rcito, pareci¨® que iba a proporcionar una soluci¨®n de liberalizaci¨®n pol¨ªtica para el pa¨ªs. La oposici¨®n, extremadamente dividida desde el fracaso electoral de la Uni¨®n Nacional de Oposici¨®n (UNO) en 1977, mostr¨® en principio su apoyo al nuevo Gobierno integrado por militares y civiles. La continuaci¨®n de las represiones de manifestaciones populares hizo que los grupos de extrema izquierda reiniciaran sus actividades guerrilleras, muy intensas desde el verano del pasado a?o.
Desde mayo de 1979, el pa¨ªs no ha conocido un momento de respiro. Las manifestaciones populares, la toma de barrios y pueblos por la guerrilla, las ocupaciones de todo tipo de edificios p¨²blicos se han sucedido sin cesar. El Bloque Popular Revolucionario (BPR), uno de los grupos de extrema izquierda m¨¢s activos, junto con las Ligas Populares 28 de Febrero, ha ensayado sin cesar el asalto de sedes diplom¨¢ticas y la toma de rehenes en la persona de los embajadores. En los ¨²ltimos meses, las embajadas de Francia, Costa Rica, Venezuela y Panam¨¢ fueron ocupadas, el embajador de la Rep¨²blica Surafricana secuestrado y el encargado de negocios suizo asesinado.
La matanza de los ocupantes de la catedral el pasado mes de mayo, con un saldo de diecinueve muertos y cuarenta heridos, fue el desencadenante de una situaci¨®n que, desde entonces, no ha hecho sino empeorar. Cada d¨ªa aporta un nuevo cortejo de cad¨¢veres que aparecen en las calles salvajemente desfigurados, las manifestaciones se cuentan por su balance de decenas de muertos y los enfrentamientos. El Gobierno de la Junta Revolucionaria de Salvaci¨®n Nacional, emparedado entre las acciones revolucionarias y las presiones de la oligarqu¨ªa y de la extrema derecha, se vio obligado a dimitir en los primeros d¨ªas de enero, despu¨¦s de tres meses de ineficacia gubernamental; incluso uno de sus ministros, el de Educaci¨®n, se uni¨® a la guerrilla. La retirada del apoyo por parte de todos los grupos pol¨ªticos de izquierda dej¨® a los militares en una situaci¨®n insostenible. D¨ªas despu¨¦s, miembros del Bloque Popular Revolucionario (BPR), del Partido Comunista, del Frente de Acci¨®n Popular Unificada (FAPU) y de las Ligas Populares 28 de Febrero (LP-28) anunciaron la constituci¨®n de una coordinadora nacional de la izquierda.
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