No hay acuerdo entre Campsa y las refiner¨ªas para la liquidaci¨®n de una presunta deuda de 84.000 millones

El pasado 30 de noviembre finaliz¨® sin acuerdo el plazo fijado por el ministro de Hacienda ante los presidentes de las refiner¨ªas espa?olas; para decidir sobre la cantidad que les adeuda Campsa y la forma de pago. Desde entonces se han sucedido sin ¨¦xito numerosas reuniones entre los representantes del refino de Campsa y de la Delegaci¨®n del Gobierno en la compa?¨ªa del monopolio. En los ¨²ltimos d¨ªas, incluso, parecen haberse endurecido las posturas respectivas. Los dirigentes de las refiner¨ªas exigen que, al menos, se les reconozca la deuda por el Estado, mientras que c¨ªrculos pr¨®ximos al Monopolio de Petr¨®leos consideran ?muy discutible? la cifra demandada de 84.000 millones de pesetas de atrasos.En relaci¨®n con la cantidad adeudada por Campsa a las refiner¨ªas -tanto p¨²blicas como privadas-, medios bien informados pr¨®ximos al monopolio de petr¨®leos han declarado a EL PAIS que ?es un tema muy discutible, derivado de un sistema de valoraci¨®n que ha quedado superado por los profundos cambios operados en la industria del petr¨®leo a escala internacional y que obligan a reconsiderar seriamente en qu¨¦ forma el subsector espa?ol del petr¨®leo debe evolucionar hacia nuevas f¨®rmulas de funcionamiento. Afirmar que el monopolio de petr¨®leos?, a?aden las citadas fuentes, ?adeuda a las refiner¨ªas 84.000 millones de pesetas es algo incierto y probablemente muy superior a lo que despu¨¦s acaba resultando en la realidad?.

Algunos medios oficiales denuncian la ?situaci¨®n obsoleta? en los modos de hacer del sector y predican un ?cambio profundo en la regulaci¨®n del sisterna de aprovisionamientos, que pueda asegurar suministros m¨¢s estables y a un mejor precio, y que establezcan un sistema de fijaci¨®n de precios que premie la buena gesti¨®n y penalice la mala?. Tal cambio deber¨ªa permitir -seg¨²n ellos- reducir sustancialmente las necesidades de financiaci¨®n de los circulantes de las refiner¨ªas, lo que aliviar¨ªa la presi¨®n de estas sociedades sobre los mercados financieros y la eliminaci¨®n de las complejidades innecesarias y controversias a que da lugar hoy la fijaci¨®n de precios de los productos adquiridos por el monopolio de petr¨®leos.

Las refiner¨ªas no pudieron abastecernos en 1.979

El origen de esta dura pol¨¦mica parece residir en la diferencia de criterios sobre la actual f¨®rmula de precios, mediante el cual el mono polio de petr¨®leos calcula los pre cios pagados a las refiner¨ªas por sus entregas de productos. Esta f¨®rmula, que data de 1971, parece haber funcionado bien en a?os de normalidad del mercado, pero ha presentado grandes dificultades al producirse fuertes perturbaciones en el mercado petrolero mundial, especialmente en 1979 y 1980.Las fuentes pr¨®ximas al monopolio aducen, adem¨¢s, que ?se ha roto la disciplina en cuanto al nivel de participaci¨®n de las empresas de refino en la responsabilidad de adquisici¨®n de los crudos necesarios para atender la demanda del mercado interior y en cuanto al correcto cumplimiento de los programas de entrega de los productos al monopolio, de acuerdo con el Prograrna Anual de Combustible?.

La ?reducida dimensi¨®n econ¨®mica de las refiner¨ªas? y su escasa o nula integraci¨®n en los circuitos mundiales del petr¨®leo? son las causas se?aladas por fuentes del Monopolio, que impiden garantizar el suministro de crudo en a?os de crisis. En este sentido, el Ministerio de Comercio tuvo que importar en 1979 cuatro millones de toneladas de crudo del mercado libre, y Campsa compr¨®, en el mismo a?o, un mill¨®n de toneladas de productos petrol¨ªferos terminados para evitar el desabastecimiento del mercado interior. Este recurso apresurado al mercado libre -Espa?a y Suecia fueron los pa¨ªses que m¨¢s recurrieron en 1979 a ¨¦l- ha supuesto un extracoste de 20.000 millones de pesetas m¨¢s.

"S¨ª seguimos sin cobrar, acabaremos por no tener crudo"

Los representantes de las refiner¨ªas, consultadas por EL PAIS, han lamentado la competencia que el Estado les hace en la captaci¨®n de crudos y han desmentido que se produjeran, en alg¨²n momento, problemas de desabastecimiento de crudo. La uni¨®n de las refiner¨ªas privadas dispondr¨ªa de una capacidad de refino superior a los veinte millones de toneladas, lo que supone la mitad del total de Espa?a, y bastar¨ªa -seg¨²n las mismas fuentes- organizar una central de compras en Aserpetrol (Asociaci¨®n de Refiner¨ªas) para salir juntos y con fuerza al mercado mundial. ?Lo importante?, seg¨²n los directivos del refino, ?es conocer la pol¨ªtica de compras de crudos del Estado para saber a qu¨¦ atenernos. Hasta ahora nunca ha faltado suministro?, se?alan las mismas fuentes, ?y no es justo que nos culpen a nosotros de incumplimiento en este sentido. Sin embargo, si seguimos descapitalizando a las empresas de refino, debido a los retrasos de Campsa en el pago de sus deudas, acabaremos, desde luego, por no tener crudo?.La reclamaci¨®n de las refiner¨ªas se reparte en 24.000 millones de pesetas, correspondientes a atrasos de 1979, que ten¨ªan que haber liquidado en agosto pasado, 20.000 millones m¨¢s por el per¨ªodo enero-septiembre de 1980, y 40.000 millones por el llamado ?efecto pist¨®n? (diferencia del precio del crudo entre el momento en que se compra y aqu¨¦l en que se cobra de Campsa, tres meses despu¨¦s).

En cuanto a la f¨®rmula que deber¨¢ utilizarse para fijar los nuevos precios, contin¨²an sin acuerdo las negociaciones. Esta nueva f¨®rmula contemplar¨¢ la revisi¨®n autom¨¢tica de los m¨¢rgenes de refino, del transporte y del coste del producto, adem¨¢s del impuesto correspondiente.

Una de las causas de la ?taca?er¨ªa? de Campsa a la hora de pagar sus deudas reside en la falta de liquidez permanente, que, seg¨²n los dirigentes del refino, padece el monopolio, debido a que el Ministerio de Hacienda suele pasar el rasero fiscal casi a diario.