La campa?a que nos espera

(...) La crisis por la que pasan los comunistas espa?oles no es s¨®lo consecuencia de la peculiar situaci¨®n de nuestro pa¨ªs y de la desilusi¨®n que pueda producir un general regreso de nuestra sociedad al conservadurismo. Tampoco es ajena a la larga y profunda crisis del movimiento comunista internacional. Frente a ella, el ?eurocomunismo? trata de hallar la f¨®rmula m¨¢gica de un comunismo sin sovietismo, de un comunismo revestido de h¨¢bitos democr¨¢ticos. Intento fatal en los pa¨ªses sometidos al control de la URSS, como lo prob¨® Dubcek y lo est¨¢n experimentando polacos y afganos. ( ... ) . Aun as¨ª, muchos ?euros? no se, dan por satisfechos. Sobre todo los que ¨²ltimamente se han visto fascinados por lo que Carrillo denomina el ?s¨ªndrome Mitterrand?, que parece se?alar una posible v¨ªa de acceso a las tareas de gobierno. ?Las formaciones eurocomunistas -denunciaba el tr¨¢nsfuga Ram¨®n Tamames-.no han colmado la ansiedad de renovaci¨®n y democratizaci¨®n?. Frente a esa aspiraci¨®n a un dinamismo evolucionista de los renovadores, los prosovi¨¦ticos se mantienen firmes en la l¨ªnea ortodoxa, convencidos de contar con el apoyo de una masa radicalizada por la prolongaci¨®n de la crisis econ¨®mica. Mientras tanto, el aparato carrillista sostiene el equilibrio interno del partido.(...)