El actual sistema de abastecimiento hace que los productos alimenticios se encarezcan en exceso
La cesta de la compra se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en una de las principales fuentes de gastos de las familias madrile?as. Los consumidores, que han visto, por ejemplo, c¨®mo en los ocho primeros meses de este a?o el cap¨ªtulo alimentaci¨®n sufr¨ªa un aumento del 8% sobre el pasado mes de diciembre, se han convertido as¨ª en los primeros interesados en saber si la entrada en servicio de Mercamadrid va a suponer un beneficio para su bolsillo.Ser¨¢n, sin embargo, los mayoristas de frutas y verduras los primeros afectados por las decisiones que tomen los responsables municipales, ya que las obras de los mercados de frutas y hortalizas y pescados est¨¢n a punto de ser terminadas, por lo que te¨®ricamente podr¨ªan estar en condiciones de ser ocupados a principios del pr¨®ximo a?o.
Mientras se decide lo que se va a hacer con la unidad alimentar¨ªa de Mercamadrid, ya se ha comenzado a hacer c¨¢balas sobre el efecto que tendr¨¢ la inauguraci¨®n de los nuevos mercados en los precios de los productos. En este sentido existen diferentes opiniones, ya que, mientras fuentes municipales apuntan que las condiciones del nuevo mercado permitir¨¢n una mayor comercializaci¨®n, con la consiguiente competencia de precios, los mayoristas argumentan que s¨®lo unos pocos podr¨¢n dedicarse a esta actividad, ante las fuertes tarifas que se quieren cobrar.
Por el contrario, hay muchos que opinan que las fluctuaciones de los precios van a ser similares a las actuales por la dificultad de que var¨ªe sensiblemente un sistema de abastecimiento que por su complejidad ha hecho in¨²tiles los intentos de la Administraci¨®n para controlar todas sus partes.
Una de estas partes o eslabones son los mayoristas o asentadores. En Madrid existen 128 en el mercado de pescados, 332 en el de frutas y hortalizas, 52 en el de patatas, 85 en el de aves, huevos y caza y 212 en el mercado de carne. Por el volumen de comercializaci¨®n destacan los de frutas y pescados, que el pasado a?o vendieron 460 millones y cien millones de kilos, respectivamente, un poco menos de la tercera parte de los productos frescos comercializados en todo Madrid.
Los mayoristas, que pueden ser a comisi¨®n o por cuenta propia, mantienen, sin embargo, que su actividad va cada vez peor y que de seguir as¨ª muchos se retirar¨¢n este mismo a?o, ya que, frente a la creencia popular de que ganan varios millones al a?o, hablan de 100.000 y 150.000 pesetas de ingresos limpios al mes.
"La gente cree que tenemos un Mercedes en la puerta, siete u ocho queridas y el habano en la boca continuamente, y no, sabe que nos levantamos a las cuatro de la ma?ana, trabajamos catorce horas y no ganamos m¨¢s que para vivir", manifest¨® Antonio Bruno, secretario de la Asociaci¨®n de Mayoristas de Pescados. El presidente de esta misma asociaci¨®n, Romualdo Mercado, apoy¨® estas palabras diciendo que el a?o pasado obtuvo unos ingresos mensuales de 120.000 pesetas, "y si este a?o saco lo mismo me retiro".
Ante estas afirmaciones cabe preguntarse c¨®mo se han ganado una fama que ellos mismos reconocen tener. "Pienso que la culpa es de los comerciantes detallistas, que cuando llega una se?ora a comprar y se alarma de los precios dicen que los culpables somos nosotros", opina Manuel Aroca, directivo de la Asociaci¨®n de Mayoristas de Frutas.
Contra estas acusaciones los mayoristas ponen las cuentas encima de la mesa, sacan libros, facturas y tablas de precios. En la actualidad, el 90% de los asentadores que trabajan en los mercados de frutas y pescados trabaja a comisi¨®n, en tanto el resto lo hace por cuenta propia. Los primeros tienen como misi¨®n vender al mejor precio posible las mercanc¨ªas que les env¨ªa un remitente al que designan con el nombre de exportador; los segundos se encargan de traer su propio g¨¦nero tras haberlo comprado en origen.
Comisiones de hasta el 8%
"La comisi¨®n m¨¢xima que podemos cobrar es del 8%, aunque en muy pocas ocasiones llegamos a cobrar este porcentaje; lo normal es que carguemos al remitente entre un 4% y un 6% del producto de la venta. A pesar de que no tenemos intenci¨®n de subir este porcentaje, hace tiempo pedimos a la Administraci¨®n que elevara el tope hasta el 10%, pero nos lo denegaron", manifest¨® Romualdo Mercado, presidente de la Asociaci¨®n de Mayoristas de Pescados. La comisi¨®n cobrada se puede acercar al 7% o al 8% cuando es un remitente ocasional, la partida enviada es muy exigua o el g¨¦nero es muy barato, y seg¨²n los asentadores, puede disminuir hasta desaparecer en caso de que la operaci¨®n de venta haya sido un fracaso. "Se dan casos excepcionales en los, que la diferencia entre lo pagado en el puerto y lo obtenido en el mercado central es de 100.000 pesetas en contra del comprador. Entonces no vamos a cobrar la comisi¨®n, ya que al fin y al cabo el remitente es el que nos da de comer y hay que compartir con ¨¦l la p¨¦rdida sobre todo si existe una relaci¨®n antigua", seg¨²n Romualdo Mercado.
En el mercado de frutas los representantes de la Asociaci¨®n de Mayoristas informaron que cobran normalmente un 8% de comisi¨®n aunque excepcionalmente puede llegar a cobrarse un 10% si es g¨¦nero de precio y calidad y se vende bien.
A cambio de estas comisiones los asentadores de pescados se ocupan de informar a su cliente de las entradas habidas en los puertos de La Coru?a, Vigo, San Sebasti¨¢n, Huelva o C¨¢diz; est¨¢n atentos a los posibles problemas que pueda haber en la frontera que podr¨ªan impedir la entrada de algunas importaciones y se preocupan hasta de los actos sociales. "Por ejemplo, cuando nos enteramos que la boda del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra iba a ser por la ma?ana supimos inmediatamente que ese d¨ªa no se iba a vender pescado, porque nadie iba, a ir a la compra. Lo mismo ocurre cuando hay una nevada o cuando hace tiempo emit¨ªan una novela en la radio", dice el secretario de la asociaci¨®n, Antonio Bruno.
Almacenes frigor¨ªficos
En situaci¨®n parecida se encuentran los de frutas, aunque, a diferencia de los de pescados, no est¨¢n tan sujetos a las inclemencias del tiempo. "La utilizaci¨®n de las c¨¢maras frigor¨ªficas ha sido un gran avance, ya que permite que el usuario tenga una determinada fruta durante todo el a?o", manifest¨® Ignacio Egea, presidente de la Asociaci¨®n de Mayoristas de Frutas.
La ley de la oferta y la demanda sirve para que tanto los asentadores de pescados como los de frutas nieguen la posibilidad de crear precios artificiales. "El pescado es un art¨ªculo perecedero que hay que vender inmediatamente. Una caja que por lo que sea no se vende el mismo d¨ªa en que se recibe, por lo que sea no se vende al d¨ªa siguiente. Los detallistas saben si el pescado es del d¨ªa o no, y aunque algunos guardan el mismo hielo con el que vino para volverlo a utilizar si es necesario, el pescado pierde brillo y hay que venderlo veinte duros m¨¢s barato", inform¨® uno de los asentadores.
Los asentadores de frutas entienden, por su parte, que s¨®lo tres frutas admiten su conservaci¨®n en c¨¢maras frigor¨ªficas -peras, manzanas y naranjas-, y que a nadie se beneficiar¨ªa si estas cantidades almacenadas se volcaran en el mercado. "Los madrile?os comer¨ªan gratis una semana, y los productores, sin dinero. No se puede provocar el precio porque no hay un mayorista.que tenga toda la cosecha de una determinada fruta, sino que somos muchos los que la comercializamos", considera Ignacio Egea. "Un asentador que guardara un producto para un d¨ªa determinado se expondr¨ªa a que ese d¨ªa entraran muchos kilos del mismo producto y bajara el precio", apunta Pablo de la Torre, secretario de la asociaci¨®n.
Las variaciones de precios tendr¨ªan que resultar afectadas, por otra parte, por las fuentes de abastecimiento. Seg¨²n los asentadores, en los mercados centrales hay sensibles diferencias entre los puestos, opini¨®n que no es compartida por los t¨¦cnicos municipales consultados. Seg¨²n ¨¦stos, la diferenela tendr¨ªa que ser superior, ya que apenas se nota si la fruta ha sido enviada por una cooperativa de agricultores, por el mismo asentador o por un exportactor.
Lo mismo pasa en el mercado de pescados, donde seg¨²n estos t¨¦cnicos los precios tendr¨ªan que verse afectados segun comercializara el g¨¦nero un mayorista por cuenta propia, uno a comisi¨®n, un armador que tenga una flota de transportes para autosuministrarse o un asentador-importador de pescado. "Los mayoristas de pescados est¨¢n desapareciendo por la situaci¨®n de la pesca. De seguir esto as¨ª, todos nos veremos obligados a traer el pescado de fuera", manifest¨® el presidente de los mayoristas de pescados.
La pluralidad de tipos dentro de los asentadores se ha producido, principalmente, con objeto de mantener los niveles de comercializaci¨®n. En este sentido, hay que resaltar el descenso sufrido en las ventas del mercado de frutas de Legazpi, ya que frente a los 502 millones de kilos comercializados en 1978 se ha pasado el a?o pasado a los 461 millones de kilos.
No hay que olvidar que esta disminuci¨®n ha coincidido con la legalizaci¨®n de los canales alternativos, que permiten a los detallistas y consumidores comprar en origen, bien de forma individual o agrupados en cooperativas, as¨ª como con la aparici¨®n de los primeros mercadillos autorizados por el Ayuntamiento y con la proliferaci¨®n de las llamadas redes piratas de abastecimiento, que, a diferencia de los dos primeros sistemas, escapan del control de la Administraci¨®n.
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