Limpio, pero confuso

El sorteo, corrio prometi¨® Saporta, fue limpio, pero result¨® confuso por los errores iniciales. El sorteo, como estaba previsto, fue dirigido y bien dirigido. El sorteo, como desea la FIFA, fue productivo, porque, salvo error de omisi¨®n, para la segunda ronda se clasificar¨¢n todos los favoritos.Salvadas las incompatibilidades de los cabezas de serie, la distribuci¨®n de los seis grupos no cre¨® grandes conflictos. Te¨®ricamente, Alemania y Austria lo tienen claro, como Espa?a y Yugoslavia, Brasil y la URSS, Argentina y B¨¦lgica, Inglaterrra y Checoslovaquia y como Italia y Polonia. El papel de los llamados outsiders ha quedado para Per¨², Hungr¨ªa, Francia y Escocia.

Un Mundial debeser un buen negocio y en el acto del sorteo no se echa una rrioneda al aire. Un buen sorteo es aquel que asegura el ¨¦xito econ¨®rnico y el que pone en mano de los grandes las mejores bazas. A la suerte no se le pueden conceder ventajas cuando est¨¢n en el aire tantos millones.

Espa?a no tuvo ni m¨¢s ni menos suerte que otras cabezas de serie. Irlanda del Norte, aun cuando recuperara al m¨ªtico Best, no debe ser un peligro definitivo. Honduras es un acompa?ante simp¨¢tico, pero no debe pasar de ah¨ª. A los yugoslavos de Miljanic se les tom¨® la medida en las ¨²ltimas confrontaciones. Ser¨¢n el ¨²nico escollo. Pero en cualquier caso no son el cierre para la segunda fase.