Los Reyes de Espa?a viajan hoy a una India entre las castas y la tecnolog¨ªa
A ojos del occidental, la India de finales del siglo XX que van a visitar los Reyes se presenta como un pa¨ªs de paradojas y de contrastes.Desde la independencia del Reino Unido, el 15 de agosto de 1947, la naci¨®n ha progresado en muchos campos. La industria ha crecido considerablemente, impulsando una econom¨ªa independiente amordazada hasta entonces por los lazos coloniales. Y la creaci¨®n de una industria de defensa ha contribuido significativamente al fortalecimiento de su emancipaci¨®n pol¨ªtica, propugnada por Jawaharlal Nehru, uno de los tres padres del no alineamiento.
Tras Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la India es el tercer pa¨ªs del mundo en cuanto a n¨²mero de t¨¦cnicos e ingenieros. Sin embargo, a¨²n existen en el pa¨ªs 200.000 pueblos sin electricidad, agua corriente o las m¨ªnimas condiciones sanitarias.
La agricultura india dispone de unos 250 millones de hect¨¢reas cultivables (casi el 11 % del total mundial), de las que 67 millones est¨¢n dedicadas a bosque. Las t¨¦cnicas de cultivo, a¨²n muy primitivas, apenas rentabilizan esa extensi¨®n. No obstante, la India ocupa el primer lugar del mundo en la producci¨®n de cacahuete, t¨¦, ca?a de az¨²car y yute; el segundo, en la de arroz, y el tercero, en tabaco. Su caba?a ganadera de bovino es la m¨¢s importante de la Tierra (casi doscientos millones de cabezas), aunque no pueda valorarse en t¨¦rminos econ¨®micos. El hind¨² venera a la vaca sacada. No la mata ni puede comer su carne, pero la explota. Una vaca garantiza la subsistencia del campesino indio, aunque su producci¨®n de leche roce los in¨ªnimos de cantidad y calidad.
El sisterna econ¨®mico no presenta suficiente homogericidad de estructuras, permitiendo la coexistencia de unos sectores b¨¢sicos primitivos e insuficientes con, por ejemplo, la prueba nuclear del a?o 1974 o los dos sat¨¦lites lanzados al espacio.
A finales del a?o pasado, el Fondo Monetario Internacional concedi¨® a la India un cr¨¦dito de 5.800 millones de d¨®lares, el mayor de toda su historia. Con este dinero el pa¨ªs podr¨¢ hacer frente al d¨¦ficit de su balanza comercial que supera ya los 6.000 millones. El Gobierno apuesta, como motor del despegue econ¨®mico, por el sector energ¨¦tico, propulsor del d¨¦ficit. La naci¨®n est¨¢ empe?ada ahora en la investigaci¨®n de las posibilidades petrol¨ªferas de sus costas, en las que cada d¨ªa aparece un nuevo yacimiento. Considera el Gobierno que en un plazo de cinco a?os producir¨¢n sus pozos tanto petr¨®leo como el que ahora necesitan.
Crecimiento desmesurado de la poblaci¨®n
Pero si hay un tema que preocupa realmente al Gobierno de Indira Gandhi -la actual primera ministra- es el crecimiento desmesurado de la poblaci¨®n. La India cuenta ahora con m¨¢s de 680 m¨ªllones de habitantes, es decir, el doble de los que ten¨ªa en 1947; a este ritmo, vivir¨¢n all¨ª 1.500 millones de almas antes de cincuenta a?os. Seg¨²n un informe reciente del Banco Mundial, incluso superar¨¢ demogr¨¢ficamente a China hacia el a?o 2.115.
Ni transistores gratuitos para quienes aceptaran la ester¨ªlizaci¨®n, ni anticonceptivos de regalo, ni millones y millones gastados en campa?as informativas han dado
La familia india a¨²n tiene m¨¢s de seis hijos, cuando el Gobierno recomienda dos. Este fracaso se debe a la falta de conciencia de una poblaci¨®n sin suficiente formaci¨®n cultural. Aunque el Gobierno ha hecho mucho, a¨²n est¨¢ sin alfabetizar el 64% de la poblaci¨®n (en 1951 el analfabetismo afectaba al 83,4%).
Sin embargo, en esta India de las castas sociales (el sistema a¨²n perdura) ya no hay hambrunas como las que en el pasado mataban a miles y miles de personas. Pero s¨ª queda mucha malnutrici¨®n, correa de transmisi¨®n de enfermedades contagiosas.
La escasez de recursos, el hambre y la insuficiente reactivaci¨®n econ¨®mica propician frecuentes casos de explotaci¨®n en el trabajo. El jornalero indio se ve obligado a aceptar un empleo a veces en condiciones infrahumanas (2.000 pesetas de sueldo mensual por m¨¢s de ocho horas diarias); y a veces tambi¨¦n el drama llega a la infancia. Un reciente informe de la Organizaci¨®n Mundial del Trabajo estima que hay en la India unos diecis¨¦is millones de ni?os trabajadores, que cobran entre veinte y treinta pesetas al d¨ªa por hacer un trabajo de adulto o sin que nadie defienda sus m¨¢s elementales derechos.
Los Reyes de Espa?a viajan en esta ocasi¨®n a una India geopol¨ªticamente pol¨¦mica. Nueva Delhi y Pek¨ªn parecen haber hecho las paces sobre las diferencias fronterizas que originaron la guerra chinoindia en el a?o 1959. Es como si los dos colosos asi¨¢ticos comprendieran que est¨¢n condenados a entenderse.
Con Pakist¨¢n, sin embargo, mantiene la India sus hist¨®ricas diferencias (problema de Cachemira al fondo), situaci¨®n agravada en los ¨²ltimos a?os como consecuencia del rearme paquistan¨ª por Estados Unidos. La psicosis de una nueva guerra (se enfrentaron ya en 1947, 1965 y 1971) ha originado una verdadera carrera de armamentos en el subcontinente asi¨¢tico. As¨ª, por ejemplo, el Ej¨¦rcito indio cuenta con casi 1,1 millones de hombres y con 2.000 tanques. Tras la reciente visita de Indira Gandhi a Francia, la India decidi¨® comprar los aviones de caza Mirage 2000 para equipar mejor a su Ej¨¦rcito del aire, que ya posee los Jaguar brit¨¢nicos o los Mig-23 sovi¨¦ticos.
La primera ministra considera que s¨®lo una defensa fuerte y una econom¨ªa saneada garantizan la independencia de su pa¨ªs. El Gobierno se esfuerza por mantener a la India como l¨ªder del movimiento de pa¨ªses no alineados; pero el tratado de cooperaci¨®n y amistad que este pa¨ªs tiene firmado con la Uni¨®n Sovi¨¦tica le ha hecho perder prestigio en el seno de esta tercera v¨ªa. La India es incluso uno de los pocos pa¨ªses del grupo que considera la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n como un asunto interno.
Espa?a y la India, dos 'desconocidos'
Espa?a reconoci¨® a la India como Estado soberano a ra¨ªz de su independencia en 1947. Pero, como consecuencia del aislamiento internacional que se cern¨ªa sobre el r¨¦gimen de Franco, las relaciones diplom¨¢ticas plenas no se establecieron hasta 1956. Desde entonces, esas relaciones han sido cordiales, pero apenas se han traducido en intercambios. En el ¨¢mbito cultural, ¨¦stos se reducen pr¨¢cticamente a un curso de espa?ol patrocinado en Nueva Delhi por la embajada espa?ola. No existe convenio cultural.
En el aspecto comercial, las relaciones son tambi¨¦n muy escasas, debido fundamentalmente a la gran distancia que separa a los dos pa¨ªses. Las importaciones espa?olas de productos indios en 1981 (contabilizadas hasta octubre) ascend¨ªan a 2.690 millones de pesetas, mientras que las exportaciones alcanzaban los 9.100; es decir, saldo claramente favorable del lado espa?ol.
La visita de Estado que hoy inician los Reyes de Espa?a a la India, exenta de car¨¢cter comercial directo, puede impulsar, sin embargo, este exiguo comercio bilateral, que se presenta prometedor para la industria nacional, fundamentalmente la del sector p¨²blico.
Por ejemplo, la Armada india est¨¢ interesada en la compra de un barco portaeronaves de la empresa nacional Baz¨¢n, similar al que se est¨¢ construyendo en Ferrol para la Marina de guerra espa?ola. El monto de la operaci¨®n se sit¨²a entre los 30.000 y los 50.000 millones de pesetas. Baz¨¢n espera la respuesta del Gobierno indio, que estudia actualmente la oferta.
Otra empresa del sector, Astilleros Espa?oles, mantiene desde hace meses conversaciones con navieras indias que est¨¢n interesadas en la compra de bulcarriers, es decir, barcos de carga a granel. Se trata de una operaci¨®n muy avanzada que contempla la venta de siete unidades por un monto global de 21.000 millones de pesetas. La direcci¨®n de Astilleros Espa?oles espera conocer la decisi¨®n del armador indio durante el pr¨®ximo mes de febrero.
Y tambi¨¦n Construcciones Aeron¨¢uticas, SA (CASA), tiene posibilidad de vender su avi¨®n C-212 al Gobierno de Nueva Delhi, al que urge completar sus necesidades de tercer nivel para sacar del subdesarrollo a determinadas zonas que no cuentan con una red de transportes apropiadas. La operaci¨®n implica la venta de doscientas unidades, lo que supondr¨ªa el mayor contrato de CASA en toda su historia. Compiten como candidatos del C-212 un aparato de la Twin Otter canadiense y un prototipo de la Dornier alemana.
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