Haig parte de Londres sin una soluci¨®n diplom¨¢tica a la vista

El Gobierno brit¨¢nico no hace gala de un "f¨¢cil optimismo" ante el anuncio del secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, ayer al partir de Londres, veinticuatro horas despu¨¦s de lo previsto, de que regresaba a Washington con "nuevas ideas" para solucionar la crisis de las islas Malvinas.

Las dificultades surgidas de Buenos Aires durante la noche anterior, seg¨²n los brit¨¢nicos, plantean una "nueva y seria situaci¨®n". Las mismas fuentes oficiales rechazan sin embargo la idea de que la mediaci¨®n de Haig haya fracasado completamente, pero oficiosamente no se esconde el pesimismo que supone su grave interrupci¨®n.En el aeropuerto de Heathrow, Haig declar¨® que "hemos recibido nuevas ideas" para una soluci¨®n a la invasi¨®n de las islas Malvinas llevada a cabo por los argentinos el 2 de abril. Cu¨¢les son estas ideas es un misterio, pero fuentes oficiales insistieron ayer noche en que no se trata de nuevas ideas brit¨¢nicas, sino que se derivan de las conversaciones telef¨®nicas a lo largo de las ¨²ltimas veinticuatro horas entre Haig y su colega argentino Nicanor Costa M¨¦ndez. "Pienso que la situaci¨®n es cada vez m¨¢s peligrosa", a?adi¨® Haig.

Las consecuencias del aparente fracaso de Haig est¨¢n a¨²n en el aire. Queda la posibilidad de que intervengan de nuevo las Naciones Unidas en la crisis. Pero aumentan tambi¨¦n las probabilidades de un enfrentamiento militar entre Argentina y el Reino Unido que ir¨ªa en contra de todos los intereses norteamericanos.

Haig dio ayer muestras de estar preocupado por la postura que adoptar¨¢ Chile en tal eventualidad. Estados Unidos intentar¨¢n otra vez desesperadamente, una nueva mediaci¨®n, pues su definitivo fracaso pondr¨ªa en peligro toda la red de relaciones pol¨ªticas que ha tejido en Am¨¦rica Latina la Administraci¨®n Reagan.

Para Haig, que mantuvo a lo largo de sus 36 horas en Londres un contacto regular con el presidente Ronald Reagan, "el tiempo se est¨¢ acabando". Mientras la rueda diplom¨¢tica comienza a chirriar, el destacamento naval brit¨¢nico sigue avanzando hacia las islas Malvinas, pr¨®ximo ya a la isla de la Ascensi¨®n, a medio camino entre Londres y Buenos Aires.

Durante la noche, este "general que no descansa" y que retras¨® cuatro veces su partida de Londres, habl¨® con Costa M¨¦ndez y surgieron entonces "nuevas dificultades", que el secretario de Estado norteamericano no precis¨®.

M¨¢s presiones sobre Thatcher

Con las presiones pol¨ªticas aumentando sobre la primera ministra, Margaret Thatcher est¨¢ firmemente dispuesta a lograr que los argentinos evac¨²en las islas antes del comienzo de las negociaciones, y se entiende que la "dama de hierro" se opone a ver la bandera argentina ondear sobre las Malvin s cuando esto ocurra.

Tras una reuni¨®n, la v¨ªspera, de once horas de duraci¨®n, Haig volvi¨® a entrevistarse durante noventa minutos en la ma?ana de ayer con Margaret Thatcher y el titular de Foreign Office, Francis Pym. De vuelta a su hotel, el jefe de la diplomacia estadounidense se puso de nuevo en contacto con Costa M¨¦ndez, y poco despu¨¦s se le uni¨® Pym, oficialmente para despedirse. Esta ¨²ltima conversaci¨®n, que Pym calific¨® de "¨²til", dur¨® m¨¢s de una hora.

Haig regres¨® a Washington para informar a Reagan antes de partir para Buenos Aires, dando as¨ª tiempo, como indic¨®, para que las partes implicadas reflexionen sobre estas "nuevas ideas", que no se sabe ni si existen. El secretario de Estado hizo gala de un optimismo que desde luego no compart¨ªan los brit¨¢nicos. El Reino Unido est¨¢ estudiando la propuesta de Per¨² para una tregua de 72 horas entre Londres y Buenos Aires, mientras se prosiguen las negociaciones, pero la respuesta m¨¢s probable ser¨¢ negativa.

La partida de Haig sin una clara soluci¨®n en el bolsillo sembr¨® un cierto pesimismo entre los funcionarios brit¨¢nicos, que piensan que se est¨¢ estrechando el callej¨®n sin salida de esta crisis.

La propuesta argentina, explicada por Jorge: Herrera Vegas, miembro de 1,a delegaci¨®n en la ONU, pide un cese de las hostilidades en tres frentes: el destacamento naval brit¨¢nico debe detenerse en el oc¨¦ano; el bloqueo militar de las islas, suspenderse; y cancelarse el embargo econ¨®mico a los productos argentinos (por el que el Gobierno brit¨¢nico agradeci¨® ayer el "abrumador apoyo" prestado por parte de los pa¨ªses de la CEE y de los gobiernos de la Commonwealth). Los argentinos se retirar¨ªan entonces, pero las Malvinas no podr¨ªan volver a un statu quo ante, es decir, deber¨ªan pasar bajo soberan¨ªa argentina.