Escandalosa intervenci¨®n de Fernando Arrabal en la Semana Cultural Internacional de la CNT
El escritor convirti¨® un debate sobre teatro en plataforma de sus ideas religiosas
El escritor Fernando Arrabal puso de nuevo ayer de manifiesto, en Barcelona, su condici¨®n de provocador nato y polemista impenitente en el curso de un debate sobre teatro. El acto estaba organizado por la CNT y formaba parte de la Semana Cultural Internacional paralela al sexto congreso de la central anarcosindicalista que se iniciar¨¢ en Barcelona pasado ma?ana. La intervenci¨®n de Arrabal, con escasas referencias al tema del debate -Los autores y la escena-, provoc¨® la indignaci¨®n, cuando no las iras, de la mayor parte del auditorio. El dramaturgo tuvo una agitada intervenci¨®n, con reiteradas referencias a la teolog¨ªa y a la religi¨®n, tema que, como afirm¨® de entrada, "es el que verdaderamente me apasiona".
Acompa?aba a Arrabal en la presidencia del debate el critic¨® teatral de EL PA?S, Joan de Sagarra quien intent¨® a lo largo del mismo que Arrabal centrara su intervenci¨®n en el hecho teatral, cosa que ¨²nicamente logr¨® en contadas ocasiones.El desarrollo del debate fue una continua ceremonia de la confusi¨®n y de la provocaci¨®n. Arrabal pidi¨® al auditorio, una aplastante mayor¨ªa de militantes libertarios, que los anarquistas rezaran para que Espa?a volviera a ser la de Santa Teresa, San Juan de la Cruz y el Quijote y reivindic¨® para los anarquistas "el derecho a que se les aparezca, como a m¨ª, la Virgen Mar¨ªa".
Anarquista a lo divino
Fernando Arrabal, que en el congreso de la CNT de 1979 se autodefini¨® "anarquista a lo divino", manifest¨® al inicio del debate que ni pertenezco a la CNT, ni a la AIT. Yo marcho por mi cuenta y riesgo. Me hubiera gustado participar en congresos comunistas, de Fuerza Nueva o de la UCD. Pere s¨¦ que s¨®lo con vosotros puedo venir a hablar y a escuchar". A continuaci¨®n a?adi¨® "os pido que levant¨¦is vuestros corazones a Dios pidi¨¦ndole mercedes para que Espa?a vuelva a ser la de Santa Teresa de Avila, San Juan de la Cruz y el Quijote".
La intervenci¨®n de Arrabal estuvo cargada de teatralidad, aunque parad¨®jicamente hablara muy poco de teatro. Pidi¨® que la CNT exigiera que Espa?a reanudara las relaciones diplom¨¢ticas y pol¨ªticas con Israel, se?alando que ¨¦ste ser¨ªa "un acto de la CNT- verdaderamente hist¨®rico". El p¨²blico dedic¨® a lo largo del debate toda serie de improperios al escritor, que permaneci¨® impasible tras la mesa, apurando un botell¨ªn de co?¨¢. Cuando un veterano militante cenetista manifest¨® en su intervenci¨®n estar de acuerdo con parte de lo que Arrabal dec¨ªa, ¨¦ste se encaram¨® en su silla y se subi¨® de pies a la mesa de presidencia, sacando su cartera e insistiendo en darle un billete de cien pesetas al citado cenetista. La escena provoc¨® la hilaridad general.
El cr¨ªtico Jo¨¢n de Sagarra, en sus intentos para que se hablara de teatro, insisti¨® en que Arrabal definiera las posibilidades de la acci¨®n teatral en sociedades como la espa?ola, regidas por un gobierno socialista. En este punto Arrabal cit¨® dos conceptos de teatro. El teatro posibilista, p9tenciado por el Estado y sus -funcionarios y el teatro convulsivo y revolucionario. "Los reg¨ªmenes cambian", dijo Arrabal, "pero las putas, los chulos, los polic¨ªas y los funcionarios que rigen el teatro cont¨ªnuan". Como ejemplo de teatro posibilista que barre todo intento de creaci¨®n, cito a "Salvat, nombrado director nacional de teatro en la pausa que el consejo de ministros hizo para firmar la sentencia de muerte contra el anarquista Salvador Puig Antich. Si Tejero repitiera el asalto al Congreso de Diputados, y le saliera bien, este se?or volver¨ªa a ser director general del teatro de la Virgen Mar¨ªa, y no de la misma Virgen Mar¨ªa que a m¨ª se me aparece. El teatro sigue estando entre las manos de las mismas gentes de antes, impidiendo la creaci¨®n. Como ejemplo, las dos ¨²nicas revistas de teatro apoyadas oficialmente est¨¢n en manos de soldados del imperialismo sovi¨¦tico".
Seg¨²n Arrabal, hubo un teatro libre, anarquizante y libertario, en la Edad Media, considerada por el escritor como "la ¨¦poca m¨¢s hermosa, en la que el teatro era una forma de rebelarse contra el poder temporal y religioso". Por otra parte, el teatro convulsivo se asentar¨ªa, a criterio de Arrabal, en tres pilares religiosos, como son el amor, la libertad y la poes¨ªa, y tendr¨ªa un corolario presidido por una m¨¢xima: "mi reino no es de este mundo".
Se refiri¨® a su libro Carta al General Franco para definirlo como el factor que permiti¨® el cambio a la democracia, y a su Carta a los comunistas espa?oles, como instrumento que permiti¨® barrer el comunismo en Espa?a. En este punto cit¨® a V¨¢zquez Montalb¨¢n, seg¨²n Arrabal un agente de la KGB sovi¨¦tica que compr¨® los derechos de edici¨®n de este libro para impedir su divulgaci¨®n, lo cual no fue posible gracias a una edici¨®n clandestina.
El tema preferido de Arrabal, sin embargo, y al que volvi¨® siempre que el debate se lo permit¨ªa, fue el religioso. "Estoy a favor de Dios", dijo, "porque es el que nos da la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. El bien que es la CNT y el mal que es Comisiones Obreras". Igualmente recomend¨®, una y otra vez, seguir a Jes¨²s y a los profetas de Israel, mientras que fue mordaz para con Marx y Althusser. Del primero dijo que copiaba de Jes¨²s y del segundo que s¨®lo dec¨ªa sandeces. De la misma manera rechaz¨® el t¨¦rmino de comunismo libertarlo -"una blasfemia feroz"- aplicado al anarquismo, expresi¨®n que provoc¨® una vez m¨¢s el rechazo de la sala.
Babelia
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