El presidente Reagan felicita a James Bond al cumplir 21 a?os de ficci¨®n con una nueva pel¨ªcula
James Bond ha cumplido veinti¨²n a?os en las pantallas y con tan importante motivo el mism¨ªsimo presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, acept¨® intervenir en un programa de la BBC para hacerle llegar su felicitaci¨®n y su admiraci¨®n. Razones no le faltan: la ¨²ltima pel¨ªcula del agente 007, Octopussy, estrenada ayer en Londres con asistencia de los pr¨ªncipes de Gales, constituye una valiosa aportaci¨®n a su l¨ªnea pol¨ªtica.
Entre impresionantes mujeres, acci¨®n a raudales y efectos especiales que cortan la respiraci¨®n, James Bond, "agente brit¨¢nico con licencia para matar" imparte doctrina contraria al desarme nuclear unilateral y a los movimientos pacifistas,Octopussy es la decimotercera pel¨ªcula de James Bond (la primera fue Doctor No en 1962) y la sexta interpretada por el actor ingl¨¦s Roger Moore. Ha sido rodada en los palacios del maraj¨¢ de Udaipur, en la India, bases militares brit¨¢nicas y en Estados Unidos con un presupuesto que la distribuidora, United Internacional Pictures, no quiere revelar pero que debe haber superado todos los r¨¦cords anteriores.
El director es John Glen, que ya intervino en otras pel¨ªculas de Bond, como Moonraker, On her magesty's secret service o The spy who loved me y que dirigi¨® For your eyes only. En Octopussy, Glen logra incluso superar el enloquecido ritmo de aquellas pel¨ªculas, conservando la peculiar nota de humor que caracteriza toda la serie. Los n¨²meros de fantas¨ªa -persecuci¨®n en aviones, coches, caballos, elefantes y trenes, batallas campales protagonizadas por un regimiento de mujeres esculturales- se suceden en Octopussy sin interrupci¨®n, provocando sustos y carcajadas por su espectacularidad e inverosimilitud.
Como los tiempos cambian y las t¨¦cnicas avanzan una barbaridad, la pel¨ªcula comienza con una escena que se har¨¢ probablemente tan famosa como la de los esqu¨ªes con paraca¨ªdas de The spy who loved me. James Bond convierte su coche en un reactor capaz de burlar un misil teledirigido que el persigue por los cielos. La escena se debe a un piloto norteamericano, Corkey Fornof, que es una de las dos ¨²nicas personas en el mundo que se dedica a acrobacias con aviones a reacci¨®n. El aparatito se llama microturbo TRS-18" y, por lo que se ve, es capaz de toda clase de diabluras.
Propaganda antipacifista
El argumento, si se le puede llamar as¨ª, que enlaza los n¨²meros de fantas¨ªa, es el siguiente: James Bond, que acaba de terminar una misi¨®n en un pa¨ªs latinoamericano, cuyo l¨ªder se parece mucho a Fidel Castro, recibe el encargo de seguir. a una misteriosa mujer, Octopussy, que posee un ej¨¦rcito de muchachas a su servicio -las chicas Bond- y un circo. Octopussy est¨¢ en contacto con un general sovi¨¦tico -que est¨¢ naturalmente loco-, para sacar de Alemania Oriental las joyas del Zar. Al menos eso es lo que ella se cree, porque el general tiene planes m¨¢s diab¨®licos: ha colocado una bomba at¨®mica en un carromato del circo con la intenci¨®n de que estalle en la base norteamericana de Alemania Federal en la que act¨²a a continuaci¨®n. Si la bomba estalla, todo el mundo creer¨¢ que es un accidente y los movimientos pacifisitas presionar¨¢n para lograr el desarme nuclear unilateral. La OTAN, atada de pies y manos, caer¨¢ en poder del Pacto de Varsovia. James Bond desbarata la operaci¨®n.No es extra?o, a la vista de la propaganda antipacifista Oel filme que Reagan, vestido con un impecable esmoking, apareciera en televisi¨®n pocos d¨ªas antes del estreno i?uridial de Octopussy, promocionando descaradamente la pel¨ªcula. Detr¨¢s del presidente de Estados Unidos fueron desfilando, entre otras personalidades, el ex comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, general Alexander Haig, un almirante brit¨¢nico, militares,de distinta graduaci¨¦It¨ª y actores,y actrices populares a ambos lados del Atl¨¢ntico. Reagan se declar¨® perdidamente admirador del agente 007, que lucha -dijo- "por su reina y por su pa¨ªs". "L¨¢stima que no tengamos en nuestro servicio secreto varios agentes como 007", a?adi¨® con toda seriedad un¨ªex director de la CIA.
El ¨¦xito de la pel¨ªcula, aunque no hubiera tenido un lanzamiento tan espectacular, est¨¢ asegurado. Seg¨²n la distribuidora, mil millones de personas han visto en todo el mundo al menos uno de los filmes de la serie.
Los ingredientes de Octopussy son los cl¨¢sicos que han logrado un taquillaje semejante. Recurre de nuevo a Roger Moore, el popular actor brit¨¢nico, hijo de un boby londinense, que interpreta su papel con agilidad, pese a que va a cumplir el pr¨®ximo oto?o 56 a?os. A su lado, la actriz sueca Maud Adams, de 38 a?os, que ha conseguido romper una de las tradiciones de la serie Bond: reaparece por segunda vez en una pel¨ªcula del agente 007. En 1974 interpret¨® a la novia del malo en The man with the golden gun.
El reparto de Octopussy lo completan conocidas glorias como Louis Jourdan, Kabir Bedi (Sandokan) o Suzanne Dando, que interpreta a la jefe de las acr¨®batas del circo y que fue capitana del equipo ol¨ªmpico femenino de Gran Breta?a en los Juegos de Mosc¨².
Las canciones, que son muy importantes en todas las pel¨ªculas de la serie corren a cargo esta vez del c¨¦lebre Tim Rice, creador entre otros espect¨¢culos famosos de Jesucristo Superstar y Evita. La cantante, Rita Coolidge, intentar¨¢ revalidar los ¨¦xitos logrados anteriormente por Shirley Bassey (Golffinger), Tom Jones (Thunderball), Lulu (The man with the golden gun) o el beatle Paul McCartney (Live and let die).
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