M¨²sica ¨¢rabe, el viaje de los sentidos
No es ya nuevo, para definir nuestro presente talante natural, hablar de posmodernidad, transvanguardia (s¨ª se trata de arte) o poscontempor¨¢neo. Todo ello habla de una renovada actitud fin de siglo signada, entre otras cosas, por el personalismo, la acumulaci¨®n de tradiciones y el uso de esa tradici¨®n misma como novedad, cuando la novedad no existe o ya no sorprende. La posmodernidad tiene mucho de alejandrina, y en tal alejandrinismo entra un componente oriental que en Espa?a es ¨¢rabe. Lo isl¨¢mico apetece m¨¢s que nunca, y sin dejar de ser ex¨®tico (lo que no es malo) empieza a verse la posibilidad de integrarlo y de acercarse.La Asociaci¨®n de Amistad Hispano-?rabe (cuyo presidente es Antonio Gala) se ha dado cuenta de esta novedad de mira y est¨¢ desarrollando una callada pero eficaz labor en tal corriente. Acaba de clausurar sus actividades de este curso con urja conferencia-recital sobre La m¨²sica culta ¨¢rabe oriental.
El investigador y m¨²sico Francisco Javier S¨¢nchez Gonz¨¢lez explic¨® -con ejemplos- los ritmos y melod¨ªas b¨¢sicas de la m¨²sica ¨¢rabe, lo que la peculiariza, y se extendi¨® en detalles t¨¦cnicos y en la enumeraci¨®n de sus. instrumentos: la¨²d -"el piano de la m¨²sica ¨¢rabe", lo llam¨®-; la darbuka, una suerte de tambor en forma de copa; el rik, una pandereta m¨¢s refinada, m¨¢s completa, y, el ner, flauta sin boquilla. Luego, acompa?ado del joven Tarik al-Banzi a la, darbuka, interpret¨® ritmos y canciones.
Sonido con sabores
Se trata de un sonido, el que nos llegaba, cargado de sabores. No es la m¨²sica popular folkl¨®rica, ni la andalus¨ª, conservada en Marruecos, que nos devuelve gran parte de nuestra poes¨ªa medieval. Pero era el sonido ¨¢rabe, un tono peculiar, sinuoso, adornado, melifluo, pero no exento de fuerza, que nos invita a aceptar tambi¨¦n el otro lado de lo que somos.
La m¨²sica -y por eso fue significativo el recital- transporta mejor que nada a las sensaciones. Y al sentir el universo de Ibn Arab¨ª, la sensualidad del foco, o simplemente de una piel y una cultura distintas, reforzamos la presente necesidad de apertura, entramos en aguas que sin negarnos nos vivifican, y en puro alejandrinismo, de igual a igual, construirnos una mentalidad y una cultura m¨¢s- ricas, con vivencia de hoy -esta experiencia ¨¢rabe- y sello de futuro.
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