El debate sobre el aborto hace peligrar la coalici¨®n gubernamental portuguesa
El debate sobre la legalizaci¨®n del aborto, que empieza hoy en el Parlamento portugu¨¦s, abre el camino de la primera grave crisis en la coalici¨®n socialista-socialdem¨®crata en que se sustenta el Gobierno de Mario Soares, en el poder desde las elecciones de abril de 1983. Ante el Parlamento se presentan dos propuestas, bastante moderadas en relaci¨®n a las legislaciones actualmente en vigor en los pa¨ªses occidentales y defendidas, una por el partido socialista, y la otra, por el comunista.
El proyecto elaborado por el partido comunista autoriza la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en ciertas condiciones -que incluyen motivos econ¨®micos y psicol¨®gicos-. El Grupo Socialista ha presentado una iniciativa muy restrictiva y pr¨¢cticamente id¨¦ntica a la legislaci¨®n vigente en Espa?a.La propuesta comunista, ya derrotada el a?o pasado por socialdem¨®cratas y democristianos, con abstenci¨®n de la mayor parte de los diputados socialistas, no va a tener mejor suerte esta vez. En cambio, el proyecto socialista tiene todas las probabilidades de ser aprobado, ya que cuenta con los votos socialistas y comunistas.
El viceprimer ministro, Carlos Mota Pinto, l¨ªder de los socialdem¨®cratas en el Gobierno, anticip¨® su regreso de Estados Unidos -donde se encontraba en visita oficial- para poder asistir al debate, y admiti¨® que la cuesti¨®n del aborto pone en peligro la estabilidad del Gobierno. El Partido Social Dem¨®crata (PSD) presion¨® al Grupo Socialista para obtener el aplazamiento de la discusi¨®n, al menos hasta despu¨¦s del Congreso Nacional del PSD, previsto para marzo en Braga, centro religioso de la Iglesia portuguesa.
Los obispos portugueses han organizado una campa?a sin precedentes para movilizar la poblaci¨®n contra una medida que consideran como un atentado contra el derecho a la vida y una violaci¨®n de los "valores cristianos que inspiran la conciencia religiosa y moral del pueblo portugu¨¦s".
Hace semanas que el aborto es tema de todos los sermones de los sacerdotes portugueses, que participan activamente en la distribuci¨®n de octavillas y en la recogida de firmas contra la legalizaci¨®n de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. El cardenal patriarca de Lisboa fue a¨²n m¨¢s lejos el pasado domingo, al hacer un llamamiento a la desobediencia civil y prohibir a los cat¨®licos que voten a los partidos que apoyen la "inicua ley".
"Esta ley", dijo el cardenal Antonio Ribeiro, "obligar¨¢ a todos los ciudadanos de buena voluntad a una actitud firme de desobediencia, por todos los medios permitidos en un Estado democr¨¢tico, que deber¨¢ expresarse en acciones concretas, en el desarrollo de un movimiento de opini¨®n p¨²blica en favor de la abolici¨®n de una ley que legaliza un atentado mortal contra la vida de un ser humano inocente e indefenso".
Al contrario de lo que ocurri¨® en ocasiones anteriores, son esta vez los antiabortistas los que se movilizan, mientras que los sectores favorables a la legalizaci¨®n, tal vez convencidos de su pr¨®xima victoria parlamentaria, mantienen una pasividad casi completa para evitar echar le?a al fuego a la guerra de religi¨®n que pretenden desencadenar los sectores conservadores.
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