Kasparov provoca tablas en apenas 14 jugadas
Puede que algunos aficionados se sientan decepcionados ante el conservadurismo demostrado por Kasparov en la s¨¦ptima partida de su match contra Sinyslov, donde provoc¨® las tablas en menos de una hora de juego y con tan solo 14 movimientos suficientemente conocidos por la teor¨ªa. Otros ver¨¢n as¨ª confirmado lo que era vox populi: este match apenas si tiene inter¨¦s ante la notable superioridad de Kasparov frente a su veterano rival, y m¨¢s llevando la notable ventaja de dos puntos en la marcador (4,5 a 2,5). Si en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Yugoslavia, pa¨ªses donde la televisi¨®n suele dedicar programas especiales a este tipo de encuentros, ahora se limita la informaci¨®n a unos pocos minutos, parece claro que para el aficionado medio el resultado est¨¢ cantado.Pero no es ni tanto ni tan poco. Y hay que reconocer a Kasparov no solo su brillante juego de ataque cuando la ocasi¨®n lo requiere, y que en un joven de 20 a?os como ¨¦l es f¨¢cil de ver, sino tambi¨¦n el m¨¦rito del conservadurismo que normalmente da la veteran¨ªa. ?Para qu¨¦ arriesgar in¨²tilmente? Punto primero: es regla de oro que cuando se lleva ventaja en el marcador deber¨¢ ser el contrario quien intente variar el curso de los acontecimientos. Punto segundo: no se debe menospreciar el juego de Smyslov, que ha logrado llegar a la final del candidato despu¨¦s de derrotar a una serie de cualificados grandes maestros.
Kasparov ya ha tenido ocasi¨®n de comprobar lo peligroso qu¨¦ puede llegar a ser su rival. En la segunda partida, seg¨²n an¨¢lisis realizados en Yugoslavia, Smyslov tuvo una considerable ventaja que por momentos parec¨ªa decisiva. No acert¨® el remate y la fortuna sonri¨® a Kasparov. Es posible que una cierta desmoralizaci¨®n le afectara, perdiendo dos partidas consecutivas. Pero despu¨¦s de pedir tiempo muerto se recarg¨® de moral y en las partidas quinta y sexta, aunque finalizaron en tablas, llev¨® siempre la iniciativa. Fue entonces Kasparov quien solicit¨® dos d¨ªas de tiempo muerto antes de jugar la s¨¦ptima en la que como podremos ver se limit¨® a asegurar las tablas.
En la apertura, un nuevo Gambito de Dama, variante Cambridge Springs (como en la tercera partida), donde Kasparov con blancas forz¨® un temprano cambio de damas que anulaba cualquier expectativa de medio juego. En la jugada 13 ya se estaba en un prefinal, donde Kasparov no tuvo reparos en proponer tablas.
Adem¨¢s de un genio del ataque el joven gran maestro sovi¨¦tico est¨¢ demostrando ser un consumado practicante del conservadurismo, lo que unido a su reciente ingreso en el PCUS, le dan todas las posibilidades de disputar con ¨¦xito el match por el t¨ªtulo mundial a Karpov. As¨ª fue la partida.
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