Barrio de Vegueta
Coraz¨®n olvidado de Las Palmas y el conjunto arquitect¨®nico m¨¢s notable del archipi¨¦lago
Las Palmas de Gran Canaria. Su nombre aparece en todos los folletos tur¨ªsticos que se difunden en Europa. Su puerto es conocido en todo el mundo. Tripulaciones de distintos colores y banderas se mezclan a diario con turistas a la busca del transistor, la blusa made in China o el sol que aplasta la playa de Las Canteras. La zona hotelera y el barrio portuario se funden irremediablemente en el estrecho istmo que une la isla con la isleta. La ciudad se alarga presionada por las ¨¢speras, inh¨®spitas monta?as, crece hacia arriba en sus barrios m¨¢s pobres, se hace ajardinada frente a la playa de las Alcavaneras y viva, rea4 de carne y hueso, en Triana, para ir a morir all¨ª donde naci¨®, en Vegueta, el barrio colonial, uno de los conjuntos arquitect¨®nicos m¨¢s notables de todo el archipi¨¦lago, olvidado de las rutas al uso, casi invisible a la mirada de los turistas.Fue Vegueta en sus or¨ªgenes centro de operaciones del enviado de los Reyes Cat¨®licos Juan Rej¨®n, convertido m¨¢s tarde en la residencia de los conquistadores. Palacios, mansiones, conventos e iglesias se alinean en calles estrechas, forman placitas escondidas en torno a la catedral y su plaza, donde se encuentra el ayuntamiento. El barrio entero es un resumen de la historia de lo que fuera la ciudad desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX. Cada balconada, cada ventana o celos¨ªa es un primor de elaboraci¨®n artesana en madera de pino canario.
Dos museos para un barrio
El Museo Canario, instalado en una casa de la calle del Doctor Chil, es imprescindible para conocer algo del mundo canario prehisp¨¢nico. Hermos¨ªsimas coleccionos de cer¨¢micas. Importantes las salas dedicadas a las momias guanches.
La casa de Col¨®n, construida en el siglo XV, a espaldas de la catedral, alberga una desigual muestra de pintura espa?ola del siglo XVII y una espl¨¦ndida exposici¨®n del papel de las islas en los distintos viajes de Col¨®n, con mapas, maquetas y una evidente intenci¨®n pedag¨®gica.
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