La manifestaci¨®n pujolista

Nos interesan m¨¢s las palabras de concordia que ayer se pronunciaron en el Parlament que el fen¨®meno de una multitudinaria manifestaci¨®n, que sigui¨® al president reci¨¦n investido desde el ¨®rgano legislativo de Catalunya hasta el Palau de la Generalitat. Y conste que al anteponer los discursos, las r¨¦plicas y los usos de la palabra por alusiones, sobre todo en tomo a los motivos de la convocatoria, no minimizamos, ni much¨ªsimo menos, la manifestaci¨®n, que obtuvo una respuesta importante. Pero la concentraci¨®n quedar¨¢ s¨®lo en el recuerdo, mientras que las palabras de concordia y los compromisos de todos los grupos pol¨ªticos de desterrar la intolerancia y de rechazar cualquier intento de divisi¨®n entre los catalanes, contra¨ªdo por todos los grupos pol¨ªticos, constan en acta. Nos parece importante el fen¨®meno de la manifestaci¨®n, m¨¢s que por el n¨²mero de asistentes, por el comportamiento c¨ªvico y responsable de la mayor¨ªa de ellos. S¨®lo los que con sus gritos intemperantes alteraron aquel clima de respeto a los adversarios pol¨ªticos, un¨¢nimemente reclamado en la sesi¨®n del Parlament, no supieron hacer honor al tono civilizado del debate y al hecho de que el candidato, Jordi Pujol, y el principal representante de la oposici¨®n, el socialista Raimon Obiols, se estrecharan la mano despu¨¦s de la confrontaci¨®n verbal, que les oblig¨® a sucesivas intervenciones. ?sta es la pol¨ªtica que Catalunya desea y entiende.Pero ser¨ªa err¨®neo interpretar de nuestras palabras que el debate de investidura tuvo un tono juego floralesco. Las tensiones derivadas de la querella presentada contra Jordi Pujol y otros 24 dirigentes de Banca Catalana estuvieron presentes en todas las intervenciones de ayer, pero en mayor medida cuando hizo uso de la palabra el portavoz socialista, Raimon Obiols, que abord¨® el pol¨¦mico tema en una l¨ªnea de claridad y responsabilidad. Jordi Pujo?, que hab¨ªa ido contestando brevemente las alusiones, generalmente veladas, de otros portavoces, deb¨ªa estar esperando aquel momento cuando a los cinco minutos escasos que Obiols dedic¨® a la cuesti¨®n replic¨® durante m¨¢s de un cuarto de hora. Del discurso de Pujol pueden resultar discutibles quiz¨¢ algunas afirmaciones taxativas, entre ellas la de la intencionalidad pol¨ªtica de la querella. Pero lo que ya no se puede discutir son las descalificaciones del sectarismo, de la apropiaci¨®n que pueda hacerse de la idea de Catalunya y el de todos los que intenten introducir tensiones internas en el seno del pueblo catal¨¢n. Con tales ideas se comprometi¨® Pujol ante el Pleno de la C¨¢mara (...).

31 de mayo