Una indecisa decisi¨®n
La decisi¨®n holandesa de no decidir responde a motivos internos de la pol¨ªtica de los Pa¨ªses Bajos -un precario equilibrio parlamentario en una naci¨®n donde el movimiento pacifista es fuerte- .Se trata ante todo de salvar una pol¨ªtica econ¨®mica y evitar que los euromisiles den al traste con la reducci¨®n de la inflaci¨®n o del d¨¦ficit p¨²blico.La actitud de La Haya, que siempre se autodefini¨® como un caso especial en la OTAN, puede repercutir sobre la posici¨®n de otros pa¨ªses, especialmente la vecina B¨¦lgica, cuyo gobierno no ha tomado a¨²n su decis¨®n final sobre los 48 misiles que le corresponden.
El despliegue de los misiles en B¨¦lgica debe comenzar, seg¨²n los planes de la OTAN en 1985. En Holanda, en 1986. El anuncio de ayer en principio no pone en peligro este plan. Las obras de adaptaci¨®n de la base de Woensdrecht siguen su curso. Y en 1986, como tarde, se celebrar¨¢n las elecciones generales en Holanda.
El Primer Ministro holand¨¦s, Ruud Lubbers, con mano de hierro, est¨¢ intentando sacar al pa¨ªs del marasmo econ¨®mico, y no est¨¢ dispuesto a poner en peligro su pol¨ªtica por unos euromisiles en los que Holanda nunca ha cre¨ªdo del todo. La coalici¨®n democristiana-liberal podr¨ªa no haber aguantado la embestida de un voto parlamentario sobre u?a decisi¨®n clara sobre los cohetes. 14 parlamentarios de la Democracia Cristiana, entre ellos y curiosamente, el ministro de Defensa, Jacob den Ruiter, son contrarios a los misiles. S¨®lo los liberales est¨¢n totalmente a favor del despliegue.
El Gobierno consigue tambi¨¦n evitar que las elecciones europeas, el 14 de junio en Holanda, se conviertan en un refer¨¦ndum popular sobre los eurocohetes. Pero al replantear la cuesti¨®n de los n¨²meros fijados, puede reabrir una discusi¨®n general para repartir de nuevo los 572 -cifra m¨¢gica a la que la OTAN lleg¨® tras dos a?os de debates- entre los 5 pa¨ªses desplegantes. Holanda seguir¨¢ siendo el campo favorito de todo g¨¦nero de presiones. Y mientras quepa una duda sobre la cohesi¨®n de la OTAN en este tema, ser¨¢ m¨¢s dificil lograr que los sovi¨¦ticos vuelvan a negociar seriamente. El movimiento pacifista, apoyado por el Consejo Interiglesias en Holanda, ha conseguido un tanto.
Sin duda, si La Haya ha decidido no decidir es porque los aliados le han metido prisas para que se decidiera. Quiz¨¢s sirva de lecci¨®n para otros casos m¨¢s cercanos.
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