Accidentes militares

El d¨ªa 11 de septiembre de 1981, mi hermano ingresaba en el Hospital Militar G¨®mez Ulla en estado grav¨ªsimo, al recibir un disparo, de un cabo primero, a una distancia de un metro y con orificio de entrada a nivel del labio superior. El resultado cl¨ªnico del incidente se puede resumir as¨ª:Dieciocho d¨ªas en la UVI, cuatro meses con el cuello escayolado en el hospital y una serie de secuelas f¨ªsicas y ps¨ªquicas.

Aquello que durante las primeras horas fue definido por alg¨²n jefe militar, que no hab¨ªa presenciado el accidente, como "cosas que de cuando en cuando ocurren" o ?usted qu¨¦ sabe de pistolas?", fue explicado por mi hermano, mediante una pizarra, pues no pod¨ªa hablar, como una broma de las de "que te apunto".

Hoy, tres a?os m¨¢s tarde, nada se nos ha comunicado oficialmente. Ninguna responsabilidad, ning¨²n tipo de indemnizaci¨®n, nada absolutamente. S¨®lo una escueta comunicaci¨®n estandarizada del Defensor del Pueblo en la que se nos dice que el caso puede ser competencia suya.

Tanto la familia como ¨¦l asumen que hay muchas negligencias que, por desgracia, acaban en resultados tr¨¢gicos, pero lo que no es f¨¢cilmente asumible es que los negligentes no purguen su irresponsabil¨ªdad.

Termino con dos preguntas, cuyas respuestas espero no est¨¦n blowing in the wind. ?Cu¨¢ndo la justicia en este pa¨ªs funcionar¨¢ con fluidez y transparencia? ?Cu¨¢ndo aprenderemos que no desprestigia en s¨ª el hecho de que en una instituci¨®n o cuerpo haya irresponsables, sino m¨¢s bien el hecho de querer ocultar esas irresponsabilidades?-