1985: la financiaci¨®n de las exportaciones
Desde Crist¨®bal Col¨®n hasta las empresas coloniales, desde las armadas venecianas hasta las joint stock companies, las grandes aventuras internacionales -dice el autor- han sido compartidas en distintas formas por las empresas y los Gobiernos. Lo mismo ha sucedido con las tecnolog¨ªas avanzadas que hoy compiten en el mundo. El MITI japon¨¦s tiene su contrapartida en la NASA norteamericana cuando se habla de computadores, y la Atomic Energy Comission no es ajena a la posici¨®n privilegiada de la industria norteamericana en el mundo nuclear.
Es l¨®gico, por ello, que se exploren a la vez por nuestras empresas y nuestro Gobierno las l¨ªneas, los problemas y los condicionantes de los mercados exteriores en donde los ensanchamientos requieren un entendimiento entre el sector p¨²blico y el sector privado. Y es bueno que esto se haga al concluir un ejercicio, el de 1984, en que Espa?a ha dado pasos fundamentales y probablemente irreversibles en la internacionalizaci¨®n de su econom¨ªa.Menor demanda exterior
El Banco Exterior de Espa?a ha sido, sin duda, uno de los protagonistas de este ejercicio, con un aumento del 14% en sus disposiciones de cr¨¦dito a los exportadores, frente a un 3% de aumento en el pasado a?o y con un saldo vivo de cr¨¦dito a la exportaci¨®n que se acerca ya al bill¨®n de pesetas. Este observatorio privilegiado que se deriva de la especializaci¨®n del banco permite en los comienzos del a?o hacer algunas brev¨ªsimas acotaciones sobre ciertos temas:
1. Para el a?o 1985 se prev¨¦n dos situaciones distintas a las de 1984. La primera est¨¢ referida a la demanda externa de nuestros productos, cuya tasa de crecimiento no ser¨¢ tan alta. Esta visi¨®n se apoya, por una parte, en la creencia de que en 1985 el crecimiento del comercio mundial ser¨¢ del orden del 5%, esto es, tres puntos por debajo de la tasa correspondiente a 1984. En segundo lugar, en el a?o 1985 parece indudable que el principal motor de crecimiento para la econom¨ªa espa?ola debe ser el fortalecimiento de la demanda interna, lo que? obviamente, puede restar productos al volumen de ventas exteriores.
Con todo, las previsiones para el sector exterior en 1985 son buenas; nuestras exportaciones pueden crecer en torno a un 8% en t¨¦rminos reales y, por tanto, podemos defender y ampliar nuestra cuota de mercado en el crecimiento del comercio mundial.
2. No parece que en 1985 vaya a cambiar sustancialmente la composici¨®n estructural de nuestras exportaciones. En el a?o 1984, del total de disposiciones de cr¨¦dito a la exportaci¨®n del Banco Exterior de Espa?a, casi un 75% se ha destinado a operaciones a corto plazo, referidas en su mayor¨ªa a bienes de consumo, lo que marca claramente cu¨¢les son las tendencias del mercado situadas fundamentalmente en Europa y Estados Unidos.
La explicaci¨®n es conocida: de una parte, el impulso fundamental procede de la demanda norteamericana. De otra parte, los componentes de riesgos y las pol¨ªticas de estabilizaci¨®n han limitado las exportaciones a las ¨¢reas geogr¨¢ficas que tradicionalmente adquir¨ªan bienes de equipo, plantas industriales y proyectos a largo plazo. La gran novedad de la presencia de nuestro banco en toda el ¨¢rea asi¨¢tica a partir de este a?o forma parte de esta estrategia de ensanchar el campo geogr¨¢fico de actuaci¨®n a las exportaciones espa?olas.
3. Las consideraciones anteriores son muy importantes para valorar los efectos de la notable reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s en cr¨¦ditos a la exportaci¨®n que acaba de producirse hace unos d¨ªas en el llamado consenso OCDE.
El nuevo sistema de consenso que se logr¨® en octubre de 1983 es semiautom¨¢tico. Los intereses m¨ªnimos de los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n var¨ªan peri¨®dicamente en funci¨®n de los del mercado, con unas diferencias negativas que constituyen la subvenci¨®n. La reciente noticia de la reducci¨®n de intereses en el consenso OCDE, a pesar de que supondr¨¢ un menor coste financiero para las exportaciones a largo plazo, no debe significar un factor decisivo para este mercado.
La demanda de bienes de equipo por parte de nuestros clientes tradicionales es relativamente inel¨¢stica a estos movimientos de tipos de inter¨¦s. Sus datos estar¨¢n definidos por las propias pol¨ªticas internas restrictivas y por los factores del riesgo que representan muchos de estos pa¨ªses. En cualquier caso, y con car¨¢cter general, contin¨²a apunt¨¢ndose una evidente tendencia de acercamiento de los tipos de inter¨¦s de cr¨¦dito a la exportaci¨®n a los del mercado en todo el entorno de la OCDE.
4. En relaci¨®n a este punto, hay que recordar que nuestro horizonte de entrada en el Mercado Com¨²n se cuenta ya por meses. No es ning¨²n descubrimiento revelar ahora las implicaciones del derecho derivado de la CEE en lo que se refiere al comercio intracomunitario a medio y largo plazo y el cr¨¦dito a la exportaci¨®n. Y tampoco son ninguna sorpresa las operativas de facto y la variedad de f¨®rmulas utilizadas por los pa¨ªses europeos.
Adaptarse a la CEE
Es evidente la necesidad de producir algunos ajustes para adaptarnos al sistema comunitario en este tipo de financiaciones; es conocida la atenci¨®n con que el Banco Exterior est¨¢ siguiendo todos estos problemas, y es l¨®gica la preocupaci¨®n de Gobierno y empresarios ante todo lo que pueda afectar a un mercado que constituye la mitad de nuestras exportaciones.
A principios del a?o pasado se afirm¨® por el ministro de Econom¨ªa que no ser¨ªa la financiaci¨®n un obst¨¢culo para la ampliaci¨®n de nuestro comercio de exportaci¨®n. La impresionante evoluci¨®n de nuestras ventas exteriores en el a?o 1984 ha sido financiada fluidamente durante todo el ejercicio. Tengo el convencimiento de que en 1985 tampoco ser¨¢ el factor limitativo para el crecimiento de las exportaciones. Nuestro desario es que el apoyo a los exportadores tendremos que hacerlo no s¨®lo con el mecanismo de los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n, sino con la oferta de todo tipo de servicios y asesoramientos financieros, y muy particularmente a trav¨¦s de una presencia efectiva por parte de las entidades financiadoras en los principales mercados de la exportaci¨®n.
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