Hambre en 1985
( ... ) Parece que el hambre de ?frica ha encontrado la compasi¨®n. Y es comprensible que la gente se haya preocupado m¨¢s de c¨®mo recoger fondos que de c¨®mo gastarlos. Pero hay que puntualizar algo entre toda esta generosidad: la respuesta al hambre africana no es una simple cuesti¨®n de tapar el problema con comida.Las operaciones de ayuda en la lucha contra el hambre tienen unos pobres resultados. La ayuda llega demasiado tarde, lo cual hace bajar los precios de los alimentos locales (as¨ª como los incentivos de los agricultores locales para crecer m¨¢s) justo cuando la producci¨®n comienza a recuperarse de la sequ¨ªa. La creciente dependencia de alimentos extranjeros dura ya demasiado tiempo. La rrioral no puede ser m¨¢s deprimente: billones de d¨®lares de ayuda han hecho que cada hambruna sea peor que la anterior. La tragedia no es que ?frica tenga poca ayuda, sino el fracaso en su correcta utilizaci¨®n.
Existe un camino mejor. Parte de la ayuda m¨¢s eficaz -tanto de emergencia como a largo plazoest¨¢ llegando ahora a ?fricia procedente de peque?os organismos y aportaciones de beneficencia. ( ... ) Casi todos sus proyectos son peque?os: apenas llegan a unos cuantos miles de d¨®lares, y, esto es caro en lo que a gastos de personal se refiere, pero mucho niejor a largo plazo. Se evitan m¨¢s muertes pagando la capacitaci¨®n de un m¨¦dico desharrapado o cubriendo los gastos de la organizaci¨®n sanitaria de un pueblo que construyendo un hospital para que todos lo vean. Muchas organizaciones de beneficencia y peque?os organismos de ayuda, como Ifad, trabajan de modo diferente. Empiezan por un pueblo y se preguntan por qu¨¦ la comunidad produce menos alimentos de lo que podr¨ªa. Se obtienen peque?as modificaciones que son vitales. ( ... )
16 de marzo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.