Est¨¦vez y Ramos, dos compositores con voz propia, en el festival de Murcia
La confrontaci¨®n internacional de orquestas j¨®venes que desde hace tres a?os se celebra en Murcia -y que este a?o tuvo efecto la pasada semana- constituye uno de los festivales m¨¢s positivos de cuantos se celebran y, con las ya veteranas semanas de m¨²sica religiosa de Cuenca, el mejor diferenciado.Los ecos del empe?o murciano no han tardado en escucharse, y la Comunidad de Madrid ha reunido un grupo de formaciones juveniles internacionales que en la sala San Pol y en diversos pueblos de la provincia se ganan el aplauso y la admiraci¨®n de todos.
El festival murciano ha coincidido, adem¨¢s, con el reciente encuentro internacional de Cuenca, que tambi¨¦n ha congregado a un gran n¨²mero de concertistas en torno a una serie de estrenos mundiales.
Al profesor Enrique Gonz¨¢lez Semitiel, que con sus colaboradores universitarios ?ngel Luis Pujante, ?ngeles Garc¨ªa, Navarro y Jos¨¦ Mufloz impulsa y dirige el festival murciano, ha dedicado su Vals el compositor Francisco Est¨¦vez (Villa Cisneros, 1945), uno de los dos estrenos espa?oles que tuvo efecto en la capital murciana durante este certamen.
De larga formaci¨®n madrile?a y prolongada y laboriosa residencia en Alemania, Est¨¦vez supone uno de los m¨¢s responsables ejemplos de integraci¨®n est¨¦tico-t¨¦cnica con que contamos en Espa?a. Es un hombre que resulta mucho m¨¢s conocido para los extranjeros, y singularmente para los alemanes, que para sus propios compatriotas.
Electroac¨²stico
Vals, una obra fuertemente estructural, con resonancias a veces del mundo electroac¨²stico -tan practicado por el m¨²sico-, dominado en la precisi¨®n de escritura, el Vaispara orquesta, muy bien tocado por la Orquesta Internacional de J¨®venes bajo la direcci¨®n de Luis Remart¨ªnez, me pareci¨® no s¨®lo interesante, que esto es poco para un artista, como dec¨ªa Markevitch, sino pleno de belleza y, adem¨¢s, de una belleza sui g¨¦neris personalizada en lapasta sonora, en el planteamiento general y en todos los detalles.
Algo m¨¢s joven que Francisco Est¨¦vez, el valenciano Ram¨®n Ramos (Alginete, 1954), tambi¨¦n con larga ejecutoria alemana, centrada en D¨¹sseldorf, como en el caso de Est¨¦vez, ofreci¨® en el festival de Murcia su Rien ne va plus, una organizaci¨®n basada en la combinatoria de ritmos irregulares y sonidos rotos cuya consistencia y color nacen, se transforman y se destruyen de manera incesante y en ocasiones violenta. Del fondo de la orquesta de cuerda se despega la capa sonora de un coral de Bach con funci¨®n estructural y estabilizadora tan evidente como la evocaci¨®n de un viejo orden o de una fuerza permanente. Sutilmente ideada y realizada con precisi¨®n, Rien ne va plus tuvo en el excelente conjunto del Conservatorio de Bruselas, y en su director, Erich Feldbusch, unos int¨¦rpretes de gran categor¨ªa. El ¨¦xito de p¨²blico fue total tanto para Ramos como para Est¨¦vez.
Por primera vez, se ha celebrado dentro del festival un concurso de violinistas dedicado tan s¨®lo a los participantes de las diversas orquestas. El primer premio, de 125.000 pesetas, fue concedido por unanimidad del jurado a Isabelle Bonesire, una muchacha belga de 15 a?os. El segundo galard¨®n -dotado con 100.000 pesetas- recay¨® en la checoslovaca Hana Simeckova, de Praga, nacida hace un cuarto de siglo. Tambi¨¦n en este caso la unanimidad fue tan absoluta como ladel p¨²blico al conocer el fallo.
El Mes¨ªas, de Haendel, por la Orquesta y Coro de Estudiantes de Aquisgr¨¢n, dirigidos por Heinz Pfaff, y la Misa en si menor, de Bach, a cargo de las formaciones de la universidad de Manchester, alcanzarert niveles de ejecuci¨®n e interpretaci¨®n de alta profesionalidad, especialmente en el caso de los instrumentistas y cantores brit¨¢nicos que dirige Keith Elcombe.
El ambiente de todo el festival se calde¨® d¨ªa a d¨ªa, y el concierto de clausura, con entrega de premios y palabras del presidente de la comunidad, Carlos Collado, y del rector de la universidad, Antonio Soler, pudo servir de resumen y, al mismo tiempo, de preludio al pr¨®ximo festival, 1986. Todos los participantes que han vivido los d¨ªas del festival murciano quieren volver, y es previsible que, como hasta ahora, cada edici¨®n del encuentro juvenil supere a la anterior.
Con las actividades de la Joven Orquesta Nacional de Espa?a, las diversas formaciones regionales y encuentros internacionales, como el de Murcia, Madrid, Euskadi, Catalu?a, Cuenca, El Bierzo, puede afirmarse que ha sonado la hora de la juventud para la m¨²sica espa?ola, y este certamen es un ejemplo.
El desaf¨ªo mundial es precisamente el de la alta t¨¦cnica y la temprana formaci¨®n de los int¨¦rpretes, fruto de unas vocaciones apasionadas y de unos conceptos que no quieren saber nada de fronteras. Reto al que deben responder con la mayor urgencia nuestros j¨®venes m¨²sicos y, por supuesto, los centros de ense?anza musical.
Babelia
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