La caravana
En la l¨ªnea de salida no se espera a nadie para dar comienzo a la etapa. Una caravana de m¨¢s de 1.000 veh¨ªculos se introduce, como si se tratara de un gran embudo, en una carretera que est¨¢ cortada, en toda su extensi¨®n, horas antes del paso de los ciclistas. Da lo mismo 50 que 250 kil¨®metros, porque ning¨²n autom¨®vil ajeno a la prueba puede transitar por su recorrido. El ciudadano franc¨¦s acepta de buen grado las molestias.Sentada en la cuneta, ante una mesa port¨¢til y un men¨² de d¨ªa de campo, con el parasol bien colocado, la familia media francesa asiste al paso, primero, de una peque?a caravana publicitaria, luego del Tour femenino; m¨¢s tarde, de un amplio y espectacular desfile de 200 veh¨ªculos publicitarios; a continuaci¨®n, la Prensa, repartida y espaciada en una hilera inacabable; coches de la polic¨ªa, luces intermitentes y, por fin, los ciclistas. Detr¨¢s, todav¨ªa, m¨¢s veh¨ªculos: servicios auxiliares, coches de equipo, servicios m¨¦dicos. As¨ª hasta el coche escoba. Un desfile de una hora.
M¨¢s de 200 veh¨ªculos forman la caravana publicitaria, engalanada espectacularmente. Seguir¨¢n la prueba. kil¨®metro a kil¨®metro, repartiendo gratuitamente folletos publicitarios, gafas, mecheros, bol¨ªgrafos, muestras de productos, papel de fumar, camisetas, pegatinas, juguetes de pl¨¢stico, bolsas, refrescos, hasta el punto de que muchos espectadores de la cuneta se proveen de una cesta para guardar tanto regalo. Es una caravana tan generosa que llega a provocar invasiones de calzada.
El espect¨¢culo
Un motorista circula de pie en una potente moto. S¨®lo en condiciones orogr¨¢ficas muy dif¨ªciles se sienta, pero es uno de los espect¨¢culos que recibe mayores aplausos del p¨²blico. Un grupo de bellas se?oritas conducen una docena de potentes motocicletas, un autob¨²s que simula una computadora, una furgoneta con una enorme cucaracha, otra con un gran caballo que reparte chocolate por la calzada.
La Empresa Nacional de Ferrocarriles Franceses (SCNF) dispone, entre unos veh¨ªculos que guardan la forma del ultramoderno tren TGV, de un ventr¨ªlocuo que habla para el p¨²blico durante varias horas. Hasta la central sindical CGT ha incluido autom¨®viles para su propaganda pol¨ªtica. No es ning¨²n esc¨¢ndalo formar parte del espect¨¢culo del Tour; todo lo contrario.
Cualquier miembro de la expedici¨®n puede guardar su dinero en un banco ambulante o cambiar moneda. Incluso funciona una oficina postal, no s¨®lo para el env¨ªo de correspondencia sino para la recepci¨®n. Basta poner en el sobre Tour de France para que una carta llegue a un destino que cambia de emplazamiento d¨ªa tras d¨ªa. Servicio m¨¦dico, servicio de auxilio mec¨¢nico, abastecimiento de gasolina para los autom¨®viles de los equipos, servicio inform¨¢tico, imprenta, telecomunicaciones.
La etapa termina cuatro horas despu¨¦s de que los ciclistas crucen la l¨ªnea de meta. Entonces, 2.000 personas estar¨¢n alojadas en hoteles y una peque?a red de correos habr¨¢ repartido a directores y personal especial un sobre completo con todos los datos referentes a la jornada transcurrida y a las previsiones del d¨ªa siguiente. A la caravana no le falta ni el parte meteorol¨®gico de las pr¨®ximas 24 horas.
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