El terremoto abre una tregua en las dif¨ªciles relaciones de M¨¦xico con Estados Unidos

El terremoto que asol¨® M¨¦xico el pasado jueves es, para Estados Unidos, algo m¨¢s que un suceso catastr¨®fico, dado que puede tener importantes consecuencias econ¨®micas y pol¨ªticas en las siempre dif¨ªciles relaciones con su vecino del Sur, con el que comparte 3.000 kil¨®metros de frontera y una historia plagada de recelos y malentendidos. El se¨ªsmo es casi un tema nacional para la Prensa norteamericana y la respuesta a este hecho se ha convertido en una de las prioridades pol¨ªticas de la Administraci¨®n de Ronald Reagan. Se ha iniciado una tregua en unas relaciones bilaterales que atravesaban momentos dif¨ªciles ¨²ltimamente.
Washington ha reaccionado al terremoto con gran sensibilidad, algo que normalmente suele faltar en sus relaciones con M¨¦xico, para evitar herir la acusada susceptibilidad nacional de su vecino. La primera reacci¨®n del Gobierno mexicano de no aceptar la ayuda masiva ofrecida inmediatamente por Estados Unidos, que M¨¦xico se hab¨ªa cuidado mucho de no solicitar, refleja la verdad encerrada en la amarga frase atribuida al dictador mexicano Porfirio D¨ªaz: "Pobre M¨¦xico, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos".A pesar de ello, y por primera vez en 21 a?os, M¨¦xico no ha tenido m¨¢s remedio que aceptar finalmente la ayuda norteamericana, basada, seg¨²n explic¨® Reagan, "en el deseo de ser un buen vecino, que es algo b¨¢sico en el car¨¢cter americano y en nuestra pol¨ªtica exterior". M¨¦xico no quiere agradecer favores a nadie, y menos a Estados Unidos, porque cree que siempre le ser¨¢n cobrados con creces. T¨¦cnicos en rescates, equipos de demolici¨®n, gr¨²as y helic¨®pteros para luchar contra el fuego, ya han sido, sin embargo, enviados a Ciudad de M¨¦xico.
El Congreso norteamericano ha dado luz verde a los esfuerzos de la Administraci¨®n, que no s¨®lo ha ofrecido ayuda de emergencia, sino tambi¨¦n para la recuperaci¨®n a largo plazo, y se ha registrado un gran movimiento de solidaridad a trav¨¦s de organizaciones privadas, Reagan ha ofrecido incluso encabezar una movilizaci¨®n mundial para conseguir una ayuda masiva a M¨¦xico. En el terreno de la imagen, la Casa Blanca pens¨® incluso que el presidente o el vicepresidente, George Bush, viajaran a M¨¦xico para mostrar solidaridad. Finalmente se decidi¨® que ser¨ªa m¨¢s prudente que fuera la esposa del primero, Nancy Reagan, quien viajara ayer a la capital mexicana.
Mayor dependencia
El terremoto, cuyas consecuencias econ¨®micas pueden ascender a decenas de miles de millones de d¨®lares y que supera como problema al hambre de Etiop¨ªa, seg¨²n funcionarios de la Administraci¨®n, tendr¨¢ como principales efectos agravar la situaci¨®n econ¨®mica de M¨¦xico y hacerle a¨²n m¨¢s dependiente de Estados Unidos, tanto econ¨®mica como pol¨ªticamente. La factura de la reconstrucci¨®n se sumar¨¢ a la crisis econ¨®mica que padece el pa¨ªs, a la nueva ca¨ªda de los precios del petr¨®leo, agudizando el aplastante problema de la devoluci¨®n de la deuda externa mexicana -96.000 millones de d¨®lares, m¨¢s de 16 billones de pesetas-, la segunda en importancia de Latinoam¨¦rica despu¨¦s de Brasil.La banca privada norteamericana teme que M¨¦xico, agobiado por estos problemas y por la presi¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI), que anunci¨® que suspend¨ªa los cr¨¦ditos a M¨¦xico el mismo d¨ªa del terremoto, suspenda el pago de su deuda. Esto supondr¨ªa, afirm¨® en un editorial The New York Times, "un nuevo choque s¨ªsmico para todo el continente americano", ahogado en 360.000 millones de d¨®lares de deuda.
M¨¦xico, que necesitar¨¢ en los pr¨®ximos 12 meses m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares para evitar una recesi¨®n, ha visto cerrado temporalmente el grifo del Fondo Monetario Internacional, que estima que no ha cumplido con el severo programa de austeridad recetado por este organismo. Esto le impedir¨¢ ingresar a corto plazo m¨¢s de 900 millones de d¨®lares que ten¨ªa previstos. Preocupado por el efecto pol¨ªtico de su decisi¨®n, el FMI se ha declarado dispuesto a reconsiderarla y a estudiar un nuevo paquete de cr¨¦ditos para M¨¦xico.
La Administraci¨®n Reagan, convencida de que el problema de la deuda no ha sido controlado y puede estallar con incalculables consecuencias pol¨ªticas para este continente, se apresur¨® a anunciar el s¨¢bado que est¨¢ preparando un plan para dar un papel m¨¢s importante al Banco Mundial en la ayuda a las naciones deudoras. El secretario de Estado, George Shultz, y el del Tesoro, James Baker, apoyan el plan que consistir¨ªa en reducir el papel del FMI y reforzar la capacidad crediticia del Banco Mundial. Se tratar¨ªa de prestar ayuda a los pa¨ªses deudores que no les obligue, para cumplir con los ajustes decretados por los prestatarios internacionales, a provocar recesiones econ¨®micas con peligrosas consecuencias de desestabilizaci¨®n pol¨ªtica.
Rebeli¨®n de los deudores
Washington teme que se desate en la Asamblea General de las Naciones Unidas una rebeli¨®n de los deudores, encabezada por el nuevo presidente peruano, Alan Garc¨ªa, secundada por Brasil, y que puede ser aprovechada por el presidente cubano, Fidel Castro, cuya presencia en Nueva York no ha sido a¨²n descartada.A pesar de que existe bastante confianza en la estabilidad del peculiar sistema mexicano de partido ¨²nico, se pueden o¨ªr muchas voces que advierten del peligro de la desestabilizaci¨®n del vecino al sur del r¨ªo Grande, causada por sus propios problemas internos y potenciada por un eventual efecto de domin¨® en la crisis centroamericana.
El general Paul Gorman, hasta hace poco jefe del Comando Sur de EE UU en Panam¨¢, advirti¨® recientemente que "dentro de 10 a?os, M¨¦xico ser¨¢ el principal problema de seguridad nacional para Estados Unidos". Millones de mexicanos, su entrada en muchos casos ilegal hace imposible ni siquiera censarlos, viven ya en este pa¨ªs. Cualquier convulsi¨®n pol¨ªtica en M¨¦xico provocar¨ªa una oleada de nuevos inmigrantes, una idea que causa escalofr¨ªos a los responsables de la Administraci¨®n.
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