Ni?o o ni?a, una elecci¨®n posible en el laboratorio
La ingenier¨ªa gen¨¦tica permite escoger el sexo del futuro hijo con una fiabilidad superior al 80%
MARIUS CAROL Fue un cient¨ªfico norteamericano llamado Eriksson quien public¨® hace doce a?os sus primeras experiencias sobre t¨¦cnicas de elecci¨®n de sexo en el laboratorio. El profesor Eriksson, que actualmente trabaja para la firma Genetics, en Sausalito (California), descubri¨® que al efectuar un filtraje de espermatozoides en un medio de cultivo de alb¨²mina especial; se separaban las c¨¦lulas con cromosomas X -que dar¨¢n origen a un beb¨¦ de sexo femenino- de las c¨¦lulas con cromosomas Y -que dar¨¢n un beb¨¦ var¨®n- que quedan en el fondo del recipiente, tras someterlas a la centr¨ªfugaci¨®n. Eriksson lleg¨® a estas conclusiones cuando intentaba mejorar el semen in vitro, aunque espec¨ªficamente buscaba incrementar la movilidad espermatozoica mediante la aplicaci¨®n de distintos preparados.
El doctor Pere Nolasc Barril director del XII Simpos?o sobre Embarazos Inducidos, que se ha celebrado en Barcelona desde el 24 al 26 de este, mes, manifest¨® a este peri¨®dico en un aparte de las sesiones que "los trabajos del profesor Eriksson son de gran inter¨¦s, para aquellas personas cuyos hijos puedan presentar enfermedades hereditarias ligadas al sexo". Sin embargo, el doctor Barri consider¨® que estas pr¨¢cticas, que comportan el uso de la inseminaci¨®n artificial, tiene pocosentido trasladarlas al conjunto de la poblaci¨®n: "En Gran Breta?a este asunto se abord¨® en el llamado informe Wornock y se limit¨® su uso para aquellos casos en donde existe riesgo real de enfermedades hereditarias, como es el caso, de la hemofilia, que la mujer s¨®lo transmite, pero que el var¨®n sufre. As¨ª, cuando se diera el caso de una pareja en que uno de los dos;estuviera afectado por la hemofilia y desearan tener unbeb¨¦, podr¨ªan ¨®ptar por tener una ni?a que no sufrir¨ªa directamente las consecuencias de la enfermedad".
Manipulaciones gen¨¦ticas
El doctor Jos¨¦ Mar¨ªa Dexeus resalt¨® por suparte que, adem¨¢s de la hemofilia, existen otras enfermedades metab¨®licas que afectan espec¨ªficamente a uno de los miembros de la pareja. "La inge nier¨ªa gen¨¦tica", dijo, "permite avanzar en la de sexo, pero tambi¨¦n en otras manipulaciones gen¨¦ticas. Son m¨¢s de 3.000 las enfermedades hereditarias que se pueden corregir con tales manipulaciones, lo que hace necesaria que la comisi¨®n interdisciplinaria que elabora un informe para el Congreso de los Diputados con temple todas las posibilidades qu¨¦ abre el futuro de esta parcela de la ciencia".
La selecci¨®n de sexo se basa en la existencia de dos gametos X e Y en el var¨®n, lo que no ocurre en la mujer que s¨®lo posee el cromosoma X en su ovocito. La uni¨®n XX da lugar a una ni?a y la uni¨®n XY corresponde a un var¨®n., El problema consiste en c¨®mo separar en el laboratorio los gametos, X de los Y del var¨®n en el laboratorio. Aproximadamente hay un 50% de ambos en una eyaculaci¨®n4o que permite que la proporci¨®n de varones y hembras sea constante en la mayor¨ªa de sociedades.
"Las hip¨®tesis de trabajo a partir de las cuales se ensaya la separaci¨®n de los gametos X e Y en el laboratorio son la mayor motilid¨¢d de los Y y el mayor peso de los X", explic¨® el doctor Miguel-Pardo, que dirige uno de los bancos: de, esperma espa?oles. "El menor tama?o del gameto Y hace pensar en su mayor motilidad aunque esto noest¨¢ absolutamente probado. Asimismo, la .diferencia de tama?o hace pensar en el mayor peso o densidad del X, pero hay que pensar que se trata de una diferencia casi rid¨ªculo, de apenas el 2% de la c¨¦lula, lo cual hace que no sew algo excesivamente significativo".
El doctor Pardo se?al¨® que en su banco de esperma realizan pruebas en el laboratorio para conseguir seleccionar los espermas m¨¢s activos en aquellos varones que tienen problemas de infertilidad precisamente por el d¨¦ficit, de movilidad de sus espermatozo¨ªdes. "Nosotros hacemos pasar el semen por gradientes de cierta densidad, aunque preferimos geles sint¨¦ticos como el percol o ficol antes que la alb¨²mina de Eriksson. Los espermatozoides m¨¢s m¨®viles penetran m¨¢s en el percol y que dan abajo de los recipientes. Pero lo cierto es qw los resultados son insuficientes como para poder de ducir la capacidad de producir m¨¢s varones -como sena l¨®gico pensar- con esta t¨¦cnica".
El doctor Jos¨¦ Mar¨ªa Pomerol, ponente del simposio, manifest¨® por su parte que, aunque estas t¨¦cnicas de selecci¨®n de sexo est¨¢n por desarrollar en nuestro pa¨ªs, la base de las mismas esconocida en funci¨®n del incremento de las pr¨¢cticas de inseminaci¨®n intrauterina. "Los embarazos realizados con inseminaciones intrauterianas dan un porcentaje algo m¨¢s alto de ni?os varones. En estas inseminaciones procuramos acertar al m¨¢ximo el momento de la ovulaci¨®n a fin de incrementar las posibilidades de ¨¦xito. Al realizarse esta operaci¨®n dentro del ¨²tero, parece que los espermatozoides con cromosoma Y, que parecen tener ma yormotilidad (velocidad) son los que tienen mayor probabilidad de llegar antes y por esta raz¨®n nos encontrar¨ªamos con este porcentaje algo mayor."
El bicarbonato y el vinagre
Miguel Pardo considera. que quiz¨¢s cabr¨ªa introducir la variable del PH en las pruebas que realizan en su laboratorio para conseguir mayores aciertos en la selecci¨®n de sexo, que en su caso no es el fin de tales pruebas. Curiosamente, el factor del PH vaginal que podr¨ªa tener alguna influencia en materia de elecci¨®n de sexo es algo en lo que el saber popular ha creido desde hace siglos: "Es cierto, antiguamente las mujeres que quer¨ªan tener. ni?as se hac¨ªan lavados vaginales con bicarbonatos, es decir bases, lo que pod¨ªa favorecer la supervivencia de los gametos X y con soluciones de vinagre, es decir de car¨¢cter ¨¢cido, para favorecer el nacimiento de varones.
El doctor Mario Brassesco, tambi¨¦n director de un banco de esperma, se?al¨® que las t¨¦cnicas de Eriksson para selecci¨®n de sexo siguen produciendo literatura cient¨ªfica y que han sido poco desarrolladas en Europa. Considera que algunos equipos cient¨ªficos espa?oles, podr¨ªan desarrollarlas, si decidieran, emprender programas de selecci¨®n de sexo, que hoy por hoy no tienen car¨¢cter prioritario. "Sin embargo, la elecci¨®n de sexo en el laboratorio, que deber¨ªan comportar un coste algo superior al de una inseminaci¨®n artificial normal, puede ser a medio plazo una posibilidad v¨¢lida no s¨®lo para casos de enfermedades ligadas al sexo, porque podr¨ªa solventar otros problemas de orden psicol¨®gico, sobre todo en algunos casos de padres obsesionados en tener un var¨®n o una hembra en funci¨®n del sexo de l¨®s otros hijos".
"Creo" asever¨® el doctor Pardo, "que en el futuro la ingenier¨ªa gen¨¦tica conseguir¨¢ porcentajes m¨¢s altos que los actuales para conseguir la elecci¨®n del sexo, ya que est¨¢ avanzando en gran manera en la separaci¨®n de c¨¦lulas. Hay factores por estudiar como por ejemplo la expresi¨®n antig¨¦nica de la mebrana de las c¨¦lulas X e Y. En el caso del Y, existe en ant¨ªgeno HY que es un elemento en el que se puede trabajar. As¨ª, si se pudiera conseguir anticuerpos monoclonales frente a este ant¨ªgeno HY formar¨ªan columnas en el laboratorio que tendr¨ªan adheridas las c¨¦lulas esperm¨¢ticas que lo tuvieran, mientras que las otras c¨¦lulas pasar¨ªan de largo. Es una idea te¨®rica, pero que podr¨ªa ser una v¨ªa de trabajo"
La loca carrera de 300 millones de espermatozoides
En la loca carrera de los casi 300 millones de espermatozoides que se calcula que entran en cada eyaculaci¨®n hay, igual n¨²mero de gametos X e Y, lo que equivale a decir que, si no hay de por medio alguna enfermedad que desvirt¨²e la estad¨ªstica generalizable, existen siempre las mismas probabilidades de que nazca un var¨®n o una hembra. Lo mismo.puede decirse en los embarazos inducidos. Para una fertilizaci¨®n in vitro, que se recomienda a aquellas mujeres que presentan alguna obstrucci¨®n en las trompas, basta con una muestra de esperma que incluya 100.000 espermatozoides, mientras que en -una inseminaci¨®n artificial-, que permite superar la esterilidad del hombre con esperma de poco motilidad o con semen de un donante, se requieren entre 200.000 y 300.000. En ambos casos no parecen existir diferencias significativas entre los yacimientos de beb¨¦s varones o hembras.
Las cifras de inseminaciones artificiales intrauterinas, t¨¦cnica que se emplea cuando el problema de la infertilidad est¨¢ causado por las barreras. para el paso de esperimatozoides. que crea el moco cervical, parecen apuntar una peque?a despropoci¨®n en favor de los varones, pero los cient¨ªficos no valoran este dato significativamente por cuanto son datos que corresponden a muestras peque?as.
Al menos un par de bancos de semen espa?oles creen que a medio plazo pueden desarrollar programas para selecci¨®n de sexo, seg¨²n pudo recoger este peri¨®dico en, los pasillos del XII Simposio sobre Embarazos Inducidos.
Si bien la t¨¦cnica del laboratorio es sofisticada y comporta el auxilio de la inseminaci¨®n artificial posterior de la mujer, la adopci¨®n de estos programas no deber¨ªa comportar un coste disparatado para aquellos que quisieran acogerse a esta t¨¦cnica; probablemente deber¨ªa rondar las 120.000 pesetas. En Europa las experiencias de Eriksson son conocidas, aunque est¨¢n pr¨¢cticamente por desarrollar, a la espera de que se consiga una mayor fiabilidad y una simplificaci¨®n de la t¨¦cnica.
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