Pilar Mir¨®: "S¨®lo quiero rodar, rodar"
La directora de 'Gary Cooper, que est¨¢s en los cielos' se deja en la Administraci¨®n "la piel y los amigos"
Pilar Mir¨® se propone encerrarse en un despacho, una vez pueda abandonar el suyo en el Ministerio de Cultura, para cambiar de mentalidad y comenzar a escribir el gui¨®n de una pel¨ªcula de amor que le ocupa la cabeza. "S¨®lo quiero rodar, rodar" dice la directora de Gary Cooper, que est¨¢s en los cielos. El ministro de Cultura, Javier Solana, acept¨® ayer su dimisi¨®n como directora general del Instituto, de la Cinematograf¨ªa y Artes Audiovisuales. Representantes del sector coincidieron en lamentar la dimisi¨®n de la impulsora de la ley Mir¨® por su trabajo en apoyo del cine espa?ol.
En los tres a?os que lleva en la Administraci¨®n, Pilar Mir¨® no aprendi¨® a dictar a una secretaria y se escribi¨® sus papeles a mano, con una letra que ya nadie entiende. ?sa podr¨ªa ser una imagen ilustrativa del paso por el Ministerio de Cultura de una mujer a quien no le gustan los pol¨ªticos, dice, y que acept¨® el cargo con el Gobierno socialista por "coherencia personal". "Si durante toda mi vida combat¨ª ciertas cosas, no pude rehuir la posibilidad de intentar modificarlas una vez tuve la oportunidad". Ha dimitido ahora, despu¨¦s de anunciarlo antes del verano, porque est¨¢ impaciente por volver al cine y porque a los objetivos les crecen ramas e intentar cumplirlos todos se vuelve "una labor inacabable'.Laboriosamente -es una de esas personas de hablar escueto que inducen a creer a la gente sin imaginaci¨®n que est¨¢n enfadadas-, termina por definir su gesti¨®n con laconismo: "Creo que la situaci¨®n de la industria cinematogr¨¢fica ha cambiado, y ha cambiado de una manera pr¨¢ctica".
Su principal empe?o fue el fortalecimiento del cine espa?ol y su protecci¨®n en el exterior. Se firm¨® un primer acuerdo entre la industria del cine y Televisi¨®n Espa?ola, del que nacieron obras como La colmena, Los santos inocentes y La plaza del diamante. Se regul¨® la venta del material audiovisual, las salas especiales quedaron reglamentadas y el ordenamiento cinematogr¨¢fico fue incluido en las leyes de Propiedad Intelecual y de Patrimonio Hist¨®rico Art¨ªstico.
Dos proyectos quedaron pendientes: una escuela de cine como aqu¨¦lla en la que fue alumna y profesora, con gran hincapi¨¦ en la pr¨¢ctica, y la efectividad, es decir la mecanizaci¨®n, del control de taquilla en todas las salas.
Esa doble frustraci¨®n cree la directora que "est¨¢ relacionada con los Presupuestos Generales del Estado". "En un programa hay ciertas prioridades", dice y explica que quiz¨¢ falt¨® una disposici¨®n legal que hiciera obligatorio el control mec¨¢nico de la taquilla, pues ya existe una obligaci¨®n te¨®rica.
El cine espa?ol no est¨¢ desarmado ante la inminente entrada de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea, vigente para el cine a partir del 1 de marzo, siempre y cuando, piensa, la industria abandone "todo esp¨ªritu catastrofista". "Hay cierto ambiente de desorientaci¨®n", reconoce quien ha estado en estrecho contacto con el gremio, "pero es el mismo que hay en otros sectores, y parece l¨®gico".
El arma para defender el cine espa?ol a partir de ahora, piensa, es "que a las pel¨ªculas se las dote con los medios indispensables en cada caso". Esto quiere decir con la financiaci¨®n por el Gobierno, las comunidades aut¨®nomas o televisi¨®n. Sabido es, recuerda, que "en Europa las pel¨ªculas no recuperan sus costos, ni siquiera en los mercados de cada pa¨ªs".
La piel y los amigos
Pilar Mir¨® est¨¢ impaciente por empezar cuanto antes" a elaborar su pr¨®xima pel¨ªcula, que -de nuevo, grandes vacilacionesespera sea "una pel¨ªcula de amor". Tambi¨¦n espera recuperar tiempo para leer: bajo el despertador de su mesilla de noche la espera Garc¨ªa M¨¢rquez con El amor en los tiempos del c¨®lera, que tambi¨¦n trata de amor. "S¨ª", dice, "estar¨ªa bien que el amor se pusiera de moda".
Se dir¨ªa que lo necesita, Pilar Mir¨®, amor. Cuando se le pregunta si su despacho oficial le ha supuesto un gran costo personal, si se ha dejado la piel, responde "...y los amigos". Se le pregunta entonces si se ha peleado con muchos y responde: "Con casi todos". Explica: "No puedo hacernada. Asumo mi situaci¨®n. Pero no deber¨ªa repetirse que una persona de la profesi¨®n est¨¦ en un cargo del que depende la profesi¨®n". Y cuando se le recuerde que muchas personas del gremio han dicho apoyarla, no parecer¨¢ muy convencida: la soledad de su despacho a¨²n le suena en los o¨ªdos.
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