La conferencia de Fez
ES DIF?CIL hacer un balance de la conferencia de ministros de Asuntos Exteriores de los pa¨ªses isl¨¢micos que acaba de concluir en Fez. Por un lado, como en reuniones anteriores, ha servido para poner de relieve las serias contradicciones que existen entre las delegaciones participantes. Toman parte pa¨ªses que est¨¢n incluso en guerra entre s¨ª, como Irak e Ir¨¢n; y desde hace cinco a?os una comisi¨®n de conciliaci¨®n isl¨¢mica se esfuerza por buscar una tregua o una soluci¨®n pac¨ªfica a ese conflicto, sin resultado. Quiz¨¢ sea un punto positivo de la reuni¨®n de Fez el que la delegaci¨®n iran¨ª, ausente durante varios a?os, haya vuelto a participar en la conferencia. Otras contradicciones se han manifestado asimismo en los debates: varios pa¨ªses, como Siria, Libia e Ir¨¢n, han pretendido expulsar sin ¨¦xito a la delegaci¨®n de Egipto, ¨²nico pa¨ªs que tiene relaciones diplom¨¢ticas con Israel. Por otra parte, varias delegaciones expresaron sus quejas contra otros pa¨ªses isl¨¢micos: contra Libia, en particular, por jarte de Chad. Una de las razones de ser de la conferencia isl¨¢mica es que, adem¨¢s de las pol¨¦micas p¨²blicas sobre muchas cuestiones, en gran parte sin soluci¨®n, permite conversaciones directas de car¨¢cter secreto.Pero la conferencia de Fez ha sido distinta de las anteriores, y en gran medida gracias al presidente Reagan. Su ataque contra el coronel Gaddaf¨ª ha dado lugar a una toma de posici¨®n com¨²n de todos los participantes para afirmar su solidaridad con Libia. En el inicio, ante el temor de una operaci¨®n militar norteamericana; despu¨¦s, ante la decisi¨®n de bloqueo econ¨®mico. La resoluci¨®n final, a diferencia de un primer texto m¨¢s ambiguo, es expl¨ªcita: condena las medidas de Estados Unidos contra Libia, reafirma la solidaridad con Libia en t¨¦rminos generales, pide a Estados Unidos que suspenda -el boicoteo econ¨®mico e invita a los Estados isl¨¢micos a adoptar medidas que contrarresten las que ha dictado la Administraci¨®n norteamericana. No cabe duda de que la actitud del presidente Reagan durante la crisis ha reforzado la posici¨®n, en el seno de la conferencia, de los sectores radicales y obligado a los moderados a aceptar un texto muy favorable para el coronel Gaddafi. Y cumple recordar que entre los que han aprobado ese texto est¨¢n algunos de los principales aliados que Estados Unidos ha tenido en el mundo ¨¢rabe, y pa¨ªses que, como Egipto, han estado a punto de enfrentarse militarmente con Libia. Pero la pol¨ªtica de Washington, justificando, por un lado, el bombardeo israel¨ª en T¨²nez, y achacando luego a Gaddafi atentados terroristas ha provocado un efecto de solidaridad isl¨¢mica, sin duda contradictorio, ret¨®rico, pero cuyos posibles efectos ser¨ªa ciego ignorar.
A la vez, y es muy significativo, el segundo punto sustancial de acuerdo de la conferencia de Fez ha sido el de Afganist¨¢n, para condenar a la otra superpotencia, a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Este tema no se presentaba en el mismo clima caliente que el de Libia; m¨¢s bien, desde el encuentro Reagan-Gorbachov, diversos signos indican que a la URSS le pesa cada vez m¨¢s la carga de la ocupaci¨®n militar y se muestra m¨¢s interesada en examinar posibles soluciones para la retirada de sus tropas. La conferencia ¨ªsl¨¢mica ha tomado en esta cuesti¨®n una posici¨®n m¨¢s neta que en sus reuniones anteriores, especificando dos puntos sustanciales: el apoyo a la lucha del pueblo afgano por su independencia y por recobrar su posici¨®n de pa¨ªs no alineado, y la exigencia de una retirada "inmediata e incondicional" de las tropas sovi¨¦ticas. Conviene recordar que entre los participantes en la conferencia isl¨¢m¨ªca figuran pa¨ªses aliados de la URSS, como Siria.
Sin duda ser¨ªa exagerado esperar de la conferencia de Fez efectos pol¨ªticos r¨¢pidos. Las resoluciones aprobadas, incluso sobre los dos puntos de coincidencia resumidos m¨¢s arriba, no pasan de ser textos con escasa posibilidad de traducirse en hechos efectivos y de provocar cambios en la escena mundial. Las contradicciones en el seno del mundo isl¨¢mico van a seguir predominando. Es probable incluso que el lugar de proa en que el coronel Gaddafi ha sido colocado estos d¨ªas en la Prensa mundial provoque no pocos disgustos entre Gobiernos presentes en la reuni¨®n que acaba de terminar en Fez.
En todo caso, la conferencia isl¨¢mica, a la que han asistido los ministros de Relaciones Exteriores de 45 pa¨ªses, hecho en s¨ª significativo y que no se puede olvidar, demuestra hasta qu¨¦ punto es imposible abordar los problemas de Oriente Pr¨®ximo, del Mediterr¨¢neo y del terrorismo en t¨¦rminos simplistas. M¨¢xime cuando en la zona opera un estado como el libio, cuyas conexiones con el terrorismo constituyen una sospecha fundada. Felizmente, Europa ha tomado sus distancias, en t¨¦rminos generales, con respecto a esa pol¨ªtica. Es importante y positivo que los ministros de Exteriores de la Comunidad Europea hayan decidido celebrar una reuni¨®n conjunta sobre estos problemas; ser¨ªa l¨®gico que dicha reuni¨®n no se limite a concordar una respuesta ante las demandas de Estados Unidos, sino que se esfuerce por elaborar una pol¨ªtica europea que, teniendo en cuenta los hechos reales, sea capaz de aislar a los elementos extremistas famentadores de la violencia y de contribuir a un proceso pacificador.
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