EE UU cree que la sustituci¨®n de Karmal pretende s¨®lo mejorar la imagen del regimen
La sustituci¨®n por Mosc¨² del l¨ªder comunista de Afganist¨¢n, Babrak Karmal, por el jefe de la polic¨ªa secreta, Najibula, es s¨®lo un movimiento t¨¢ctico destinado a mejorar la imagen del r¨¦gimen prosovi¨¦tico de Kabul, aseguran funcionarios gubernamentales en Washington. "No concedemos excesiva importancia al cambio de l¨ªderes. Sus identidades tienen menos significado que la continuada presencia de 120.000 soldados sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n", afirm¨® un portavoz del Departamento de Estado.
Para Estados Unidos, Gorbachov est¨¢ jugando una doble pol¨ªtica en Afganist¨¢n: consolidar su influencia con un triunfo militar sobre las guerrillas, a la vez que tratar de negociar un acuerdo que le permita retirar su ej¨¦rcito, que ha sufrido unas 30.000 bajas desde que, en 1979, invadi¨® el pa¨ªs."El verdadero objetivo de Mosc¨² sigue siendo la total dominaci¨®n del pueblo afgano. Sus esfuerzos diplom¨¢ticos son., sobre todo, t¨¢cticos, dirigidos a reforzar su posici¨®n militar y pol¨ªtica en Afganist¨¢n y ante los ojos de la opini¨®n p¨²blica mundial", afirm¨® la pasada semana, ante un comit¨¦ del Congreso, el subsecretario de Estado adjunto Robert Peck. La decisi¨®n de reemplazar al oficialmente enfermo Karmal coincide, curiosamente, con la reanudaci¨®n ayer de las negociaciones en Ginebra, auspiciadas por las Naciones Unidas, dirigidas a lograr una soluci¨®n pol¨ªtica al conflicto afgano.
Para Washington, la ca¨ªda de Karmal, algo ya esperado dada su ineficacia en obtener un m¨ªnimo apoyo popular, persigue lograr un r¨¦gimen nacionalista afgano que no aparezca como un Gobierno comunista marioneta de Mosc¨². Washington es esc¨¦ptico ante la probabilidad real de una pr¨®xima retirada sovi¨¦tica, convencido de que, sin las tropas del Ej¨¦rcito Rojo, el Gobierno de Kabul se desintegrar¨ªa y triunfar¨ªa la teor¨ªa de Ronald Reagan de que las guerrillas anticomunistas pueden enfrentarse a Mosc¨² con ¨¦xito en el Tercer Mundo.
Los sovi¨¦ticos est¨¢n tratando de presentar una imagen flexible, pero es dif¨ªcil saber si hay algo m¨¢s detr¨¢s, dijeron fuentes de la Administraci¨®n. La ONU lanza esta semana lo que puede ser un ¨²ltimo intento para negociar, indirectamente, entre l¨ªderes afganos y Pakist¨¢n, una retirada del ej¨¦rcito de ocupaci¨®n sovi¨¦tico simult¨¢nea al apoyo norteamericano a las guerrillas que luchan contra el r¨¦gimen de Kabul. Por primera vez, Mosc¨², a trav¨¦s del Gobierno afgano, ha ofrecido un calendario para la retirada del ej¨¦rcito de la URSS en un per¨ªodo de 12 meses. Mijail Gorbachov admiti¨® en el reciente congreso del partido comunista sovi¨¦tico que Afganist¨¢n es un "punto sensible" para su pa¨ªs, y expres¨® su intenci¨®n de llevar a los soldados a casa "en un futuro pr¨®ximo".
El l¨ªder sovi¨¦tico explic¨® que una soluci¨®n es posible "en cuanto se logre un acuerdo pol¨ªtico que acabe realmente y garantizase que no se reanude la interferencia exterior armada" en Afganist¨¢n. Despu¨¦s de esta declaraci¨®n, la Administraci¨®n Reagan decidi¨® aumentar su implicaci¨®n en la ayuda a las guerrillas antisovi¨¦ticas con el env¨ªo de misiles antia¨¦reos port¨¢tiles Stinger que les permitan defenderse de los helic¨®pteros artillados Hind, principal arma de la URSS en la guerra afgana. Este a?o, Washington est¨¢ dispuesto a ayudar con 500 millones de d¨®lares (unos 70.000 millones de pesetas) a la resistencia antisovi¨¦tica en el marco de la doctrina Reagan, que presta apoyo a los luchadores de la libertad en Afganist¨¢n, Nicaragua, Angola y Camboya.
La pol¨ªtica de Reagan de contenci¨®n activ¨¢ del comunismo en el Tercer Mundo puede dificultar un arreglo en Afganist¨¢n. Washington sigue insistiendo en que este pa¨ªs pobre y monta?oso, importante en la frontera sur del imperio sovi¨¦tico, debe ser aut¨¦nticamente neutral y no alineado y quedebe terminar su especial estatuto de dependencia de la URSS. EE UU teme, sin embargo, que la t¨¢ctica sovi¨¦tica de sugerir una soluci¨®n negociada tiente a Pakist¨¢n a abrir negociaciones directas con el Gobierno de Kabul, reconoci¨¦ndolo de hecho, y a disminuir su apoyo a la resistencia.
El coste de la guerra es tambi¨¦n muy alto para el r¨¦gimen del general Zia Ul Haq. Los sovi¨¦ticos han trasladado, los combates a suelo paquistan¨ª, desde cuyas provincias occidentales operan las guerrillas, y Pakist¨¢n ha recibido millones de refugiados que huyen del conflicto. Islamabad aceptar¨ªa el hecho de que Afganist¨¢n es un pa¨ªs en la zona de influencia de la URSS, pero siempre que no est¨¦, goberna do directamente por los sovi¨¦ticos.
En el terreno militar, los datos que presenta EE UU indican todo menos una retirada del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico. En las ¨²ltimas semanas han aumentado los combates contra las posiciones de las guerrillas, con una importante ofensiva contra la base rebelde de Jawar.
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