Un primer encierro r¨¢pido y sin heridos
MlKEL MUEZ, El primer encierro de los sanfermines 86 se desarroll¨® en la ma?ana de ayer en Pamplona con rapidez y sin heridos de consideraci¨®n. Los seis toros de la ganader¨ªa de Jos¨¦ Murube Escobar volaron sobre los adoquines del recorrido de 820 metros de longitud que separa los corrales del coso taurino en dos minutos y poco m¨¢s de 30 segundos. Al margen de las habituales y aparatosas ca¨ªdas, no hubo ninguna cogida por asta de toro.
Los encierros, que se corren todos los d¨ªas de las fiestas a las ocho de la ma?ana, tienen su antesala en el denominado encierrillo. Este acto consiste en el traslado de la manada desde unos corrales situados en el barrio de La Rotxapea hasta los peque?os corralillos de la cuesta de Santo Domingo. El encierrillo se efect¨²a a las diez de la noche. En un silencio sepulcral, la manada se traslada por un largo recorrido, azuzada por pastores y a oscuras, hasta los corrales donde pasar¨¢ su ?ltima noche.
A las 7.30 se inicia cada d¨ªa la mec¨¢nica propiamente dicha del encierro. Colocado el vallado, la Polic¨ªa Municipal despeja el recorrido de borrachos, mochilas, turistas despistados y mujeres, ya que a estas ¨²ltimas no se les permite correr, aunque algunas logran burlar la vigilancia policial.
Poco antes de las ocho los mozos cantan tres veces una plegar¨ªa a una peque?a imagen de san Ferm¨ªn y se disponen a emprender la carrera. Todos ellos llevan en sus manos un peri¨®dico enrollado que sirve tanto para mantener las distancias como para aliviar los :nervios. Los corredores m¨¢s conocidos se suelen juntar para hacer ejercicios de calentamiento y, tras la carrera, los divinos, como se les denomina en Pamplona, se volver¨¢n a juntar para almorzar conjuntamente.
A las ocho en punto de la ma?ana, un cohete anuncia que las puertas de los corrales; est¨¢n abiertas. El segundo cohete indica que el ¨²ltimo toro de la manada ya est¨¢ en la calle. Cada corredor mide las distancias para realizar su carrera, entrar a tiempo y saber abandonar. Son habituales los empujones, agarrones, ca¨ªdas y peque?os montones. Los ¨²lt¨ªmos metros del recorrido, en las calles de la Estafeta y Callej¨®n, son propicios a carreras m¨¢s prolongadas, pues los astados van ya cansados, lo que facilita situarse en las mismas astas. Los momentos m¨¢s peligrosos se producen cuando alg¨²n toro se queda rezagado, ya que se acent¨²a su instinto defensivo. Desde 1924 y hasta 1980 se han producido 13 muertos en los encierros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.