Antonia Merc¨¦, primera v¨ªctima del 18 de julio
La bailarina muri¨® al conocer la noticia de la sublevaci¨®n militar
Hace 50 a?os, el 18 de julio de 1936, una legendaria bailarina espa?ola cay¨®, como si hubiera sido fulminada por un rayo, al recibir la noticia de la sublevaci¨®n contra la Rep¨²blica del ej¨¦rcito de ?frica. De esta manera, La Argentina se convirti¨® en la primera, indirecta e inesperada, v¨ªctima de la guerra civil espa?ola. ?Qui¨¦n fue esta mujer que lleg¨® a convertirse en un mito viviente, en el que confluyeron las miradas como taladros de aquellos poetas, pintores, escritores y m¨²sicos que limpiaron parcelas del aire de una Espa?a que otros hicieron irrespirable? El enigma de la vida y la muerte de Antonia Merc¨¦ sobrevive, es parte de la herencia ¨ªntima y casi secreta de este tiempo y de este pa¨ªs. En esta p¨¢gina y la que sigue intentamos acercarnos un poco a ¨¦l, como una parte del acercamiento a nosotros mismos.La primera condecoraci¨®n que otorg¨® el Gobierno de la II Rep¨²blica espa?ola fue concedida a Antonia Merc¨¦, La Argentina. En el teatro Espa?ol, el jefe del Gobierno, Manuel Aza?a, impuso la Cruz de Isabel la Cat¨®lica a la bailarina espa?ola, que en Europa llamaban "la Pavlova del baile espa?ol".Antonia Merc¨¦ naci¨® y muri¨® fuera de Espa?a. Francia revel¨® su talento al mundo y la mim¨® sin cesar, le concedi¨® la Legi¨®n de Honor y hoy puede leerse en el vest¨ªbulo de la Sala Pleyel: "En recuerdo de la que aqu¨ª bailara y que fue llama viva y pura armon¨ªa de Espa?a".
Antonia Merc¨¦ y Luque naci¨® en Buenos Aires, en 1890. Sus padres realizaban en Argentina una gira art¨ªstica que durar¨ªa varios a?os. La pareja la formaban Josefa Luque, de familia arist¨®crata cordobesa, y Manuel Merc¨¦, vallisoletano, primer bailar¨ªn y maestro core¨®grafo del teatro Real de Madrid.
Telonera en Apolo
A su vuelta a Espa?a el matrimonio Merc¨¦-Luque se :instal¨® en Madrid en el barrio de Lavapi¨¦s, en la calle del Olmo, donde abri¨® una escuela de danza, al mismo tiempo que dirigi¨® el cuerpo de baile de la ?pera. A los 10 a?os, Antonia entr¨® en el conservatorio, pero puso condiciones: cantar¨ªa y tambi¨¦n bailar¨ªa. Entr¨® a formar parte del cuerpo juvenil de danza del Real, bajo las ¨®rdenes de su padre. Las relaciones profesor-alumna fueron desde un principio tempestuosas. Antonia se rebelaba contra las r¨ªgidas reglas de la antigua escuela, y aunque a?os despu¨¦s admitiera que aquellas lecciones le fueron muy ¨²tiles, el desacuerdo entre padre e hija estuvo siempre latente.
A la muerte de Manuel Merc¨¦, en 1903, Antonia dej¨® el conservatorio y entr¨® de telonera en el teatro Apolo. Antonia Merc¨¦, La Argentina, como la anunciaban en los carteles, era una adolescente que para disimular su ni?ez se pon¨ªa rellenos al bailar La zamacueca en la zarzuela de Los sobrinos del capit¨¢n Grant. Actu¨® en las primeras salas de cinemat¨®grafo, en las que se alternaban las sesiones de cine con n¨²meros de canto y baile. Debut¨® en varios teatros (Romea, Pr¨ªncipe Alfonso, Kursaal), junto a La Fornarina, Pastora Imperio, Mata-Hari, Candelaria Medina... Sus actuaciones atrajeron la atenci¨®n de los intelectuales, con Valle-Incl¨¢n a la cabeza.
En 1906, Antonia Merc¨¦ sali¨® por primera vez de Espa?a para debutar en Portugal. De Lisboa fue a Par¨ªs para actuar en Le Jardin de Paris. Pas¨® al Moulin Rouge, donde estren¨® la revista L'amour en Espagne, de Quinito Valverde. La Argentina vivi¨® los a?os de la anteguerra de 1914 en Par¨ªs y Londres, con giras por Europa. A los 24 a?os era ya la primera figura de la compa?¨ªa Embrujo de Sevilla; ten¨ªa por compa?eros al genial Fayico, Antonio de Bilbao y a Realito. Al estallar la gran guerra, se encontraba en Rusia.
En 1915 lleg¨® la aventura americana, que dur¨® tres a?os, y puso en pr¨¢ctica un viejo sue?o: llevar el baile espa?ol del tablao al escenario con la sola compa?¨ªa de una guitarra o un piano. La gira comenz¨® en Buenos Aires y prosigui¨® por toda Suram¨¦rica. El 10 de febrero de 1916 se present¨® en el teatro Maxine Elliott's, de Nueva York. Su nombre se anunci¨® para el estreno de la ¨®pera Goyescas, del maestro Enrique Granados. La Argentina presenta entonces 11 danzas de lo m¨¢s caracter¨ªstico de la coreograf¨ªa espa?ola, con m¨²sica de Grieg, Massenet, Granados y Valverde. Para su deb¨² en Nueva York, Granados le hab¨ªa escrito la Danza de los ojos verdes, que ser¨ªa la obra p¨®stuma del compositor. De regreso a Espa?a estren¨® Los jardines de Aranjuez, con partituras de Alb¨¦niz, Ravel, Faur¨¦ y Chabrier, con Sert como decorador y figurinista.
En busca de las fuentes
La Argentina fue la primera en rescatar los bailes folcl¨®ricos. Iba a buscarlos a sus fuentes. "El baile popular espa?ol no es una diversi¨®n, sino un arte", dec¨ªa. Cuando decidi¨® reestrenar en Par¨ªs El amor brujo, en 1925, estudi¨® los antiguos ritos gitanos granadinos. La puesta en escena de la obra de Falla marc¨® una fecha definitiva para la coreograf¨ªa espa?ola. El ¨¦xito de La Argentina, con Vicente Escudero como pareja estelar, en Par¨ªs, se repetir¨¢ luego por el mundo entero.
Vicente Escudero ha escrito en sus memorias: "Yo creo que el secreto estaba en ella, y se lo llev¨® a la gloria para siempre, pues hasta el presente nadie ha logrado dar con ¨¦l, ni lo conseguir¨¢".
Un proyecto anhelado por La Argentina fue la formaci¨®n de una compa?¨ªa de ballet espa?ol. La Opera Comique de Par¨ªs fue el escenario del deb¨², en mayo de 1922. El programa lo integraban obras de Alb¨¦niz, Granados, Falla, Turina, Espl¨¢, Halffter y Dur¨¢n. Los ballets Juerga, El contrabandista, Sonatina, El fandango del candil, Triana... ten¨ªan como escen¨®grafos a Bartolozzi y N¨¦stor.
"?Qu¨¦ me sucede?"
Federico Garc¨ªa Lorca le dedic¨® Elogio a Antonia Merc¨¦, La Argentina: "Una bailarina espa?ola, o un cantaor, o un torero, inventan; no resucitan, crean. Crean un arte ¨²nico que desaparece con cada uno y que nadie puede imitar".La ¨²ltima vez que La Argentina actu¨® en Madrid fue el 22 de junio de 1935, en el teatro Espa?ol. Lleg¨® de Par¨ªs para bailar en un festival, Exaltaci¨®n del arte flamenco.
El 8 de marzo de 1936 actu¨® en una gala en la Comedia de Par¨ªs. Dos d¨ªas m¨¢s tarde dio en la ?pera su ¨²ltimo recital. El 5 de junio bail¨® en la Sala Pleyel, acompa?ada por la Orquesta Sinf¨®nica de Par¨ªs, y del 19 al 26 volvi¨® a la ¨®pera con El amor brujo.
Los m¨¦dicos le ordenaron descanso. La Argentina se traslad¨® a su villa de Miraflores, cerca de Bayona, Francia. El 18 de julio asist¨ªa con permiso de su m¨¦dico, en San Sebasti¨¢n, a un festival de danzas vascas que se celebraba en su honor. Al atardecer regres¨® a su casa. Al entrar le comunicaron la noticia de la rebeli¨®n militar del 18 de julio. Instantes despu¨¦s cay¨® fulminada mientras dec¨ªa: "?Qu¨¦ me sucede?".
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