El Madrid perdi¨® su mejor oportunidad en Tel Aviv

Puede que las circunstancias no dejaran lugar para otra cosa, pero el Real Madrid permiti¨® que un partido decisivo se jugara con una moneda al aire. Y se Jugaba en Tel Aviv, as¨ª que pas¨® lo que Pas¨®. Tras esta derrota, el Madrid pierde su mejor oportunidad, despu¨¦s de la de Mil¨¢n, de: enderezar sus aspiraciones. No lo ha perdido todo, porque le quedan a¨²n dos visitas a domicilio (Orthez y Zadar), pero pocas situaciones tan favorables va a tener para arreglar su camino.A pesar de todo ello, el equipo madridista dio sensaci¨®n de tener capacidad suficiente para haber ganado un partido que domin¨® salvo a falta de 14 segundos. Al Maacabi, dadas sus carencias, y la lesi¨®n inicial de Jamchi, no le quedaba otra soluci¨®n que esperar a la ¨²ltima jugada en condiciones; jug¨® como un desahuciado que esperaba el milagro. El Madrid, a pesar de la lesi¨®n de Corbal¨¢n corri¨® un grave riesgo que pag¨® caro.
Y eso que su planteamiento inicial fue bien diferente. Sucedi¨® que perdi¨® ambici¨®n. En su inicio mostr¨® una clara disposici¨®n de ir a resolver el partido cuanto antes, con presi¨®n tras tiro libre conseguido. A los pocos Minutos consigui¨® asustar al rival y, sobre todo, que el p¨²blico adquiriese noci¨®n de que pod¨ªa sufrir con su equipo. Esta predisposici¨®n le permiti¨® alcanzar tres objetivos casi de inmediato: acallar al respetable, colocarse en una incipiente ventaja (13-8) y dejar al Maccabi sin soluciones por las alas. Berkowitz actuaba a cuentagotas y el temible Jamchi se sentaba lesionado al caerle encima Spriggs. No fue lo ¨²nico positivo que hizo el norteamericano.
Pero estas tres ventajas no fueron aprovechadas en su totalidad; como tampoco se aprovech¨® a Spriggs. Con 17-10 a favor, el Madrid desperdici¨® tres ataques y dio lugar a que, perentoriamente, el equipo israel¨ª redujera distancias y encontrara una m¨ªnima soluci¨®n: los tiros exteriores de Magee.
Pudo servir de excusa que la lesi¨®n de Corbal¨¢n se produjera en un momento poco propicio, porque el base quiz¨¢ hubiera podido seleccionar mejor otro momento en que era importante adquirir cierta reserva de tantos. Al joven Ruiz Paz le cay¨® en suerte una responsabilidad tremenda, en una cancha llena de historia, pero no sali¨® mal de ella.
Porque Larry Spriggs era un hombre desaprovechado. En una primera parte de calidad, adem¨¢s de lesionar a Jamchi, super¨® descaradamente a Kornelius. Spriggs anot¨® todos sus tiros libres y provoc¨®, en los 15 primeros minutos, siete personales al contrario, de un total de nueve pitadas al Real Madrid. No se aprovech¨® esta veta. Y en la segunda parte volvi¨® a demostrar que ten¨ªa mucha capacidad en sus manos.
Por tanto, durante la segunda parte, el Madrid no tuvo ning¨²n ¨¦xito por desequilibrar el partido. Segu¨ªa estando bastante claro que el Maacabi demasiado hac¨ªa con mantenerlo igualado. Incluso en circunstancias accidentales como las personales, el equipo madridista estaba en situaci¨®n propicia Romay alcanzaba su cuarta personal, pero este riesgo quedaba compensado con las cuatro personales respectivas de la pareja Magee-Johnson.
Por lo cual, el Madrid perdi¨® en Tel Aviv por d¨¦cima vez. La de ayer era su visita n¨²mero 13 a esta capital. Siempre fue una cancha dif¨ªcil, pero posiblemente nunca el Madrid hab¨ªa contado con una situaci¨®n tan favorable. No tuvo suerte, desde luego, pero tampoco la busc¨® Con una tenacidad encomiable el destino se fue encargando de ir anunciando desde tiempo atr¨¢s que el partido se iba a decidir en la ¨²ltima jugada. En realidad, a falta de 80 segundo hubo algo m¨¢s que una ¨²ltima jugada; hubo cinco posesiones de bal¨®n. Casualmente, tres de ellas estuvieron en manos del Real Madrid. Y ¨¦ste no aprovech¨® ninguna, porque no consigui¨® mover su marcador. De un 80-77 se pas¨® al definitivo 80-81. Tampoco cabe la excusa de que los ¨¢rbitros hubieran jugado descaradamente a favor del equipo local. Lo que pasa es que si se tira una moneda al aire ya se sabe, en Copa de Europa, el resultado.
En otro partido jugado ayer, el Tracer de Mil¨¢n se impuso en su visita al Zadar yugoslavo, 85-78, por lo que iguala en cabeza de la clasificaci¨®n con el Orthez franc¨¦s y el Maccabi. ?ste, sin embargo, ha jugado un partido m¨¢s, por los dos disputados la semana pasada en Bruselas, con el Zalgiris sovi¨¦tico en los que vencieron uno cada equipo.
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