Ambiente 'retro' en el primer restaurante privado moscovita
Sobre un tel¨®n de fondo de incertidumbre, Anatoli Fedorov daba hace unos d¨ªas los ¨²ltimos toques al primer restaurante privado de Mosc¨² (formalmente, un caf¨¦ en r¨¦gimen cooperativo) en una s¨®lida casona de Gonstrucci¨®n antigua en la calle de Kropotkin, 36, no lejos del centro de Prensa del Ministerio de Exteriores.Dotado de una amplia expenencia en el campo de la hosteler¨ªa, Fedorov es miembro de una cooperativa de cinco personas que regentar¨¢ el local experimental autorizado en funci¨®n de una decisi¨®n del Ayuntamiento de Mosc¨².
Kropotkinskaia, 36, tal es el nombre del lugar, ha sido decorado en un estilo que sus organizadores denominan como retro. Hay aqu¨ª varias salas bien iluminadas por la luz de la calle, decoradas con molduras, yesos, papeles pintados e incluso una chimenea de ¨¦poca. Unos obreros vestidos con monos sacan los ¨²ltimos escombros a la calle mientras nos acercamos a hablar con Fedorov.
El restaurante tendr¨¢ una carta limitada, con dos primeros platos, tres o cuatro segundos platos y un par de entremeses que se ir¨¢n alternando y que estar¨¢n preparados con productos que los organizadores prometen frescos y comprados en el mercado.
El local se especializar¨¢ en cocina rusa casera y habr¨¢ aqu¨ª desde empanadillas a sopa de col y kasha (cereales cocidos), que permitir¨¢n comer por el precio de un rubio y medio o dos rubios (entre 330 y 440 pesetas). Los precios, nos dice Fedorov, ser¨¢n algo m¨¢s altos que en los caf¨¦s y en las cantinas estatales, y aumentar¨¢n algo durante la noche. El caf¨¦ estar¨¢ abierto desde la ma?ana y no dispondr¨¢ de bebidas alcoh¨®licas. Se podr¨¢ desayunar en 15 minutos y comer en 40.
Fedorov conf¨ªa en que el local pueda ampliarse en el futuro con un videosal¨®n y llegar a ser una especie de club.
Cada uno de los miembros de la cooperativa, varios de los cuales tienen, al igual que Fedorov, experiencia en el campo de la hosteler¨ªa, realizar¨¢ tareas diversas, y, si es necesario, el personal a¨²rnentar¨¢ o se reducir¨¢.
En una entrevista con el peri¨®dico Moskovski Komsomoletz, Fedorov admit¨ªa la posibilidad de utilizar trabajo auxiliar temporal o por horas.
Con la esp¨¢tula en la mano y una paleta con cemento en la otra, Fedorov contesta nuestras preguntas Con precauci¨®n -insiste en que una entrevista en regla debe organizarse a trav¨¦s del Ayuntamiento-, pero muy educadamente. Sus modales, su confortable foripa de vestir, sus ojos inteligentes y la manera en que se pone ¨¦l mismo a trabajar al tiempo que supervisa el trabajo de los dem¨¢s hacen pensar al interlocutor que se encuentra ante una especie de individuo nuevo para las condiciones actuales sovi¨¦ticas: el peque?o patr¨®n.
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