HB y Barcelona

Lo que sigue es una reacci¨®n espont¨¢nea, y por tanto poco meditada, a las declaraciones que un miembro destacado de Herri Batasuna ha hecho a prop¨®sito del comunicado de ETA, en el que dicha organizaci¨®n manifiesta su grave error. Si meditara m¨¢s es probable que no escribiera, pues, si se acepta que el mensaje es el medio, podr¨ªa pensarse que me sumo a tantos que hablando de Euskadi poco tienen que ver con mi opini¨®n. Pero la espontaneidad no hay por qu¨¦ ahogarla, los medios a disposici¨®n no son muchos y denunciar el silencio -como lo he hecho en otras ocasiones- es denunciar todo silencio.Me pareci¨® un dato importante que HB condenara inmediatamente el atentado de Barcelona. Con ello no insin¨²o que ha hecho bien en callar ante otros. Afirmo simplemente que hay algunos que deben denunciarse rotundamente (como ser¨ªa el caso de la tortura) porque, faltos de toda explicaci¨®n, son reaccionarios y antihumanos. Por otro lado, si se condena a Mendeku, en Portugalete, ?por qu¨¦ no decir lo mismo y mucho m¨¢s respecto a lo de Barcelona? Adem¨¢s, una sana concepci¨®n de la pol¨ªtica no opera con esta l¨®gica: puesto que X ha hecho tal y tal, X es bueno, sino al rev¨¦s: puesto que tal y tal es malo, X es censurable.

M¨¢s a¨²n, en este caso la discusi¨®n no comenzaba a aguarse como ocurri¨® en el triste episodio de Yoyes. Ahora se mostraba la independencia pol¨ªtica de HB, su capacidad para decir que no y su energ¨ªa para que las exigencias, los deseos y los derechos del pueblo vasco no cayeran ni en una dejaci¨®n que supone hacer tabla rasa con el pasado ni en la actitud contrarrevolucionaria que da por buena cualquier cosa.

Por eso me han sorprendido unas declaraciones en las que se sostiene que el comunicado de ETA lo que muestra es la madurez pol¨ªtica de esa organizaci¨®n. Me hubiera gustado que, en consecuencia con el comunicado primero de HB, se dijera que se diera una explicaci¨®n de lo ocurrido, se expusiera la sinraz¨®n de los acontecimientos y se explicitara en qu¨¦ van a consistir las consecuencias que se dice que se desprenden de tal barbaridad. Es posible que todo ello no se pueda hacer inmediatamente, pero lo que s¨ª hay que hacer inmediatamente es exigirlo.

Quien ha hecho tales declaraciones merece mi mayor respeto. Por eso tambi¨¦n escribo estas letras. De la misma manera que me sigue mereciendo el mayor respeto los deseos del pueblo vasco, su sentido de no ir por el camino que le marquen y su capacidad, tantas veces demostrada, de independencia.

Como vasco y simpatizante de esas formas de vida pol¨ªtica que creen m¨¢s en los pueblos que en los Estados, en la libertad para elegir que en la sumisi¨®n obediente, no desisto en pedir reconocimiento para el pueblo vasco en su libre determinaci¨®n, en sus modos de organizarse y en la conservaci¨®n de sus logros culturales. Tanto ahora como ayer.

Pero, nobleza obliga, en el mismo lote va mi cr¨ªtica a una comprensi¨®n incomprensible. Antes que vasco o cualquier cosa uno ha de ser libre y solidario. Con quien hay que estar es con la gente que en Catalu?a ha muerto, est¨¢ herida o ha recibido el golpe terrible de una muerte cercana.- .