Todos contra todos
Centralismo y secesi¨®n, las tentaciones de los pueblos yugoslavos
Mant¨¦n la sonrisa es el nuevo lema de la juventud urbana yugoslava ante la catastr¨®fica situaci¨®n en que se halla el Estado federal, siete a?os despu¨¦s de la muerte del mariscal Tito. Los llamamientos al buen humor est¨¢n m¨¢s que justificados, si bien comienzan a ser in¨²tiles. El deterioro de la econom¨ªa es vertiginoso, con una inflaci¨®n actual del 140%, una deuda exterior cuyas obligaciones devoran la mitad de los ingresos en divisas y el nivel de vida cayendo en picado.
La situaci¨®n ha llegado a un extremo en que abiertamente se cuestiona la viabilidad del Estado plurinacional. La tensi¨®n y las abiertas hostilidades entre las naciones y nacionalidades, rep¨²blicas y provincias aut¨®nomas, religiones y razas que componen la Rep¨²blica Federativa Socialista de Yugoslavia alcanzan ahora una cota en que "algo tiene que pasar", como se?alan en Belgrado diplom¨¢ticos occidentales. Los agravios comparativos, envidias, el ego¨ªsmo econ¨®mico y los nacionalismos, en parte racistas, surgen con virulencia con el hundimiento de la econom¨ªa.Los serbios, minor¨ªa en la provincia aut¨®noma de Kosovo, abandonan en masa esta regi¨®n, intimidados, aseguran, por los albaneses. Tras recientes protestas por supuestas violaciones de mujeres serbias por albaneses, el dirigente comunista de Kosovo, Fadil Hodscha, viejo colaborador de Tito, dice en p¨²blico que la raz¨®n es la escasez de prostitutas serbias en la zona. Hodscha ha sido despojado de sus cargos por ser agente de Albania.
Los albaneses de Kosovo aseguran que Belgrado provoca la nueva crisis para fomentar el chovinismo serbio y minar los derechos de la poblaci¨®n albanesa, mayoritaria en la provincia. El Gobierno federal est¨¢ elaborando un programa para frenar el ¨¦xodo de serbios y montenegrinos de Kosovo que, como la mayor¨ªa de los programas federales, no se espera que tenga ¨¦xito.
El presidente de Yugoslavia, Lazar Mojsov, pidi¨® el 19 de octubre ante el pleno de la Asamblea Federal que el programa "no corra la misma suerte que otros anteriores". Mojsov solicit¨® un esfuerzo en favor de la "unidad, hermandad e igualdad de naciones y nacionalidades" y "una lucha eficaz y sin compromiso" contra "el nacionalismo, que est¨¢ en auge y es la plataforma de las fuerzas contrarrevolucionarias".
"Aqu¨ª nos odiamos"
"Aqu¨ª lo que pasa es que nos odiamos", sentencia un joven estudiante en Zagreb, capital de Croacia, donde se palpa el temor a una ofensiva centralista por parte de Serbia, la rep¨²blica m¨¢s grande y poblada. Tambi¨¦n en Liubiana, capital de Eslovenia, se ve con alarma el "resurgir del esp¨ªritu de la gran Serbia", que les quiere arrebatar a los eslovenos su relativo bienestar y someterlos al dictado centralista de Belgrado.Ejemplo de intereses contrarios es la ley de divisas. Eslovenia ingresa, con el 10% de la poblaci¨®n, un 30%. de todas las ganancias por exportaci¨®n. Una centralizaci¨®n de los ingresos de divisas hace temer a los eslovenos que sus ganancias se vayan para no volver. El Gobierno federal quiere controlar las divisas para su fiscalizaci¨®n eficaz y evitar las inversiones catastr¨®ficas del pasado de las autoridades de las rep¨²blicas. Adem¨¢s, hay dineros que se esfuman. Las autoridades intentan ahora localizar 500 millones de d¨®lares (unos 57.000 millones de pesetas) que desaparecieron en la complicada red administrativa. En las rep¨²blicas se duda, sin embargo, que un poder central desacreditado ejecute un control m¨¢s efectivo.
En Belgrado, capital de Serbia y sede del Gobierno federal, se discute ahora la reforma de la Constituci¨®n de 1974. Con sus amplias concesiones de competencias a las rep¨²blicas y provincias, muchos ven en ella el origen de la situaci¨®n actual. "Yugoslavia ya no es de hecho un Estado federal, sino una confederaci¨®n de Estados", dicen partidarios de la centralizaci¨®n. "Aquella Constituci¨®n fue fruto del idealismo, y ha fracasado. La nueva debe partir del realismo de que Yugoslavia necesita un mercado ¨²nico y una econom¨ªa com¨²n", asegura el experto en derecho constitucional, Nicola Stefanovic, que asesora a la Asamblea.
Fuentes del Gobierno federal dicen que "no hay manera de salir de la crisis con ocho econom¨ªas distintas, ocho mercados y ocho pol¨ªticas diversas y enfrentadas. Hay que ir hacia la unificaci¨®n". No obstante, expresan sus dudas de que esto sea posible, dada la necesidad de consenso.
Croacia y Eslovenia, las dos rep¨²blicas m¨¢s ricas y desarrolladas, de mayor¨ªa cat¨®lica, se consideran centroeuropeas frente a los balc¨¢nicos ortodoxos de Serbia y Macedonia. Y los musulmanes de Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Kosovo van a dar la batalla contra lo que califican de "intento de Serbia por hacerse con la hegemon¨ªa en la federaci¨®n", con el pretexto de aumentar la efectividad del sistema.
En las rep¨²blicas ricas predomina la opini¨®n de que el origen de los males est¨¢ en la falta de una econom¨ªa de mercado y en la escasa productividad, el desorden y el subdesarrollo de las rep¨²blicas del Sur.
La Iglesia ortodoxa serbia, con su herencia bizantina poco dada a la tolerancia, tambi¨¦n fomenta el resurgir del nacionalismo serbio, llama a sus fieles a quedarse en Kosovo, patria ancestral de los serbios, y est¨¢ en extra?a alianza con los sectores del partido comunista, m¨¢s recelosos a una apertura hacia Occidente y m¨¢s tendentes a soluciones panesl¨¢vicas con el patriarcado de Mosc¨² y quiz¨¢ con el Kremlin. Los albaneses, muchos a?orantes de una reunificaci¨®n con Albania, con el ¨ªndice de natalidad m¨¢s alto de Europa, son cada vez m¨¢s y m¨¢s ajenos al Estado federal. El jurista Stefanovic no cree en el peligro secesionista, sobre todo por motivos pol¨ªticos y pr¨¢cticos.
"La experiencia nos demuestra que nuestros intereses comunes son m¨¢s fuertes que nuestras diferencias", asegura. Adem¨¢s, con la creaci¨®n de la federaci¨®n, los pueblos renunciaron al derecho de separaci¨®n, y el Ej¨¦rcito intervendr¨ªa como garante de la integridad territorial. De los 22 millones de habitantes de Yugoslavia, s¨®lo 1,2 millones se declaran yugoslavos. Estos ¨²ltimos pertencen todos ellos a alguna de la veintena de etnias incluidas en el censo, y se declaran yugoslavos como gesto de tolerancia y convivencia entre los pueblos de este Estado, cuya simple existencia es puro malabarismo.
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