Las conciencias arenosas
"Admito las contradicciones del Gobierno; por otra parte, la contradicci¨®n es la flor de la vida". Con estas palabras, pronunciadas a modo de r¨¦plica a las argumentaciones de una persona del p¨²blico, daba por finalizada su intervenci¨®n Miguel ?ngel Moratinos, subdirector general para ?frica del Norte, en las mesas redondas organizadas por dos alumnos de la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n los pasados d¨ªas 3 y 4 de junio, sobre el conflicto del S¨¢hara. El se?or Moratinos estuvo justo en su apreciaci¨®n. No se pod¨ªa hablar m¨¢s que de contradicciones ante la avalancha de datos proporcionados por el mencionado asistente al acto, muchos de los cuales estaban entresacados, casualmente, de un libro prologado y escrito por dos colegas suyos: Fernando Mor¨¢n y Francisco Villar.Si muchos pol¨ªticos poseen unos principios un tanto moldeables y son capaces de asumir sus contradicciones, pensamos que el deber de los medios de comunicaci¨®n es precisamente denunciarlas. En el caso del conflicto saharaui no s¨®lo no se han denunciado las contradicciones, sino que apenas se ha escrito sobre ¨¦l en los ¨²ltimos a?os. S¨ª, la "conspiraci¨®n del silencio" a que alude V¨¢zquez Montalb¨¢n en la contraportada de EL PA?S (16-11-1987) existe. Nosotros somos alumnos que organizaron las mesas redondas y pudimos comprobar consternados el nulo inter¨¦s que despertaron.- Juanjo Ib¨¢?ez y Pepe Ribagorda.
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