lnstalaci¨®n del 'Guernica'

Le expreso mi m¨¢s cordial adhesi¨®n a la posici¨®n editorial de EL PA?S respecto de la instalaci¨®n del Guernica, que ahora pretenden trasladar, desde su actual ubicaci¨®n, algunas autoridades del Ministerio de Cultura.Junto con otras muchas personas, colabor¨¦ en las negociaciones, concluidas en septiembre ce 1981, siendo ministro de Cultura I?igo Cavero, con la vuelta del cuadro de Picasso a Espa?a. Puedo decir que en todo momento tanto a la familia del pintor como al Museo de Arte Moderno de Nueva York les dijimos que era nuestra intenci¨®n cumplir puntualmente la voluntad expresada por ¨¦l. Dado el posible peligro para el cuadro y el prop¨®sito de ciertos medios franceses de solicitar su exhibici¨®n en ese pa¨ªs, aseguramos que ¨¦se ser¨ªa el ¨²ltimo viaje del Guernica. En el cat¨¢logo publicado cuando se inaugur¨® la exposici¨®n en el Cas¨®n del Buen Retiro hay abundantes pruebas de cuanto digo.

El Guernica es del pueblo espa?ol, que lo pag¨® en 1937, pero sus esbozos preparatorios y cuadros relacionados con ¨¦l son sencillamente un regalo de Picasso a Espa?a. Incumplir sus deseos ratificar¨ªa la actitud tradicional del Estado espa?ol respecto de sus glorias art¨ªsticas: hacerles muy poco caso en vida y aprovecharse de ellos una vez desaparecidos. Desde mi punto de vista, en el caso de que se incumpliera la voluntad del pintor, la actitud m¨¢s l¨®gica ser¨ªa trasladar el cuadro a Guernica, como testimonio permanente de un caso de barbarie. Conf¨ªo, sin embargo, en que el buen sentido se imponga y su posici¨®n editorial sea atendida, como debe, por el ministro de Cultura-