Administrar desde menos que la nada
Las iniciativas para racionalizar la burocracia se han tomado hacia el final de la legislatura
En la legislatura que termina, la pol¨ªtica del Gobierno de la Generalitat en materia de administraci¨®n p¨²blica ha mantenido un lento ritmo de adagio para en el ¨²ltimo momento entrar en un casi frenetico allegro molto vivace que ha permitido acabar el concierto no demasiado lejos del fin de la partitura. Formalmente, y una vez pr¨¢cticamente agotada la ¨¦poca de los traspasos, la partitura del programa electoral de Converg¨¨ncia i Uni¨® para las anteriores elecciones al Parlamento de Catalu?a se basaba en la aprobaci¨®n de la ley catalana de la Funci¨®n P¨²blica, promulgada finalmente el 23 de julio de 1985, y en la racionalizaci¨®n iniciada este ¨²ltimo a?o. Los grandes objetivos -eficacia, objetividad, sensibilidad a las demandas sociales y catalanidad- siguen siendo, sin embargo, metas a perseguir en pr¨®ximas legislaturas.
En las elecciones celebradas en el a?o 1984 ya se puso de manifiesto la imposibilidad de crear una Administraci¨®n catalana ex novo, es decir, partiendo de cero y soslayando los vicios hist¨®ricos de las viejas administraciones. De hecho, la funci¨®n p¨²blica de la Generalitat es la suma de los traspasos recibidos desde la Administraci¨®n central, heredando -inevitablemente- muchos de sus vicios.S¨®lo los servicios centrales de cada departamento gubernamental se han creado desde la nada, dado que el ministerio hom¨®logo s¨®lo traspasaba sus servicios perif¨¦ricos.
Maria Lluisa Florensa, directora general de la Funci¨®n P¨²blica del Departamento de Gobernaci¨®n de la Generalitat, admite que Catalu?a ha seguido como modelo de administraci¨®n el cl¨¢sico del Estado espa?ol, forzada por el art¨ªculo 149 de la Constituci¨®n, que deja en manos del poder central las bases de organizaci¨®n de todo el funcionariado para evitar discriminaciones. De hecho, s¨®lo Navarra, especial en muchas cosas, se ha permitido innovar en esta materia amparada por, su singular¨ªsima condici¨®n legal.
Optar por nuevas v¨ªas, dice la directora general de la Funci¨®n P¨²blica, hubiera supuesto hipotecar cualquier actuaci¨®n a la posterior sentencia del Tribunal Constitucional. "Pero no estamos frustrados", asegura Florensa, "porque hemos logrado rejuvenecer y catalanizar en su gran mayor¨ªa al personal transferido, sin traumas ni especiales dificultades".
El fuerte pisot¨®n dado sobre el acelerador desde hace ya unos meses permite exhibir un buen triunfo logrado muy recientemente: el acuerdo-marco para el personal laboral, gracias al cual los 90 convenios colectivos distintos que reg¨ªan las relaciones laborales han quedado reducidos a una treintena.
Con el acuerdo-marco se han racionalizado sensiblemente los mecanismos retributivos y de organizaci¨®n, y en ello coinciden tanto la Generalitat como los sindicatos. Al tiempo, se ha consolidado la jornada partida -se trabajar¨¢ por la ma?ana y por la tarde-, con lo que ello supone de profesionalizaci¨®n y mejor servicio al p¨²blico.
Entre los mejor pagados
Pero la segunda parte de la racionalizaci¨®n, consistente en la creaci¨®n de un cat¨¢logo de categor¨ªas y mecanismos de orden intemo (es decir, un important¨ªsimo manual de instrucciones para el buen funcionamiento de la Administraci¨®n catalana) ha suscitado reticencias entre los sindicatos. El cat¨¢logo elaborado por la Generalitat establece, entre otras cosas, un nivel homog¨¦neo de retribuciones para todos los funcionarios y contratados, sean del servicio que sean.La equiparaci¨®n se ha hecho por arriba, es decir, respetando los salarios m¨¢s altos y subiendo los m¨¢s bajos, lo que en su conjunto representa un importante incremento en el conjunto de los sueldos, cercano al 20% de aumento global. Se trata, seg¨²n Maria Lluisa Florensa, de un paso m¨¢s en la apuesta por la profesionalizaci¨®n y contra el funcionariado mal pagado pero pluriempleado.
Los sindicatos admiten, en rectora general y reconocen que, con las nuevas tablas salariales, los funcionarios catalanes est¨¢n entre los mejor pagados de Espa?a, superados claramente s¨®lo por los vascos. Sin embargo, los sindicatos no se muestran de acuerdo con el conjunto del cat¨¢logo, que, seg¨²n ellos, deja en manos de la Generalitat y sin ning¨²n tipo de control muchas cuestiones profesionales -ingresos, promociones, complementos, etc¨¦tera- de las que, en su opiri¨®n, deber¨ªan ser al menos informados los representantes sindicales.
En el cat¨¢logo se fijan asimismo unas normas para racionalizar las denominadas bufandas, complementos salariales extraordinarios que se abonan a fin de a?o de forma discriminada y que, en la opini¨®n m¨¢s extendida, han servido hasta ahora "para tapas bocas", de ah¨ª el nombre que reciben.
Protestas sindicales
Seg¨²n el proyecto de Cat¨¢logo elaborado, y de acuerdo con la ley catalana de la Funci¨®n P¨²blica, cada departamento presupuestar¨¢ a principio de a?o una cantidad global para el pago de los complementos, que se conceder¨¢n para premiar la productividad, las tareas meritorias o las de especial penosidad, as¨ª como los criterios por las cuales se decidir¨¢ a qui¨¦n se otorgan. La decisi¨®n seguir¨¢ siendo completamente facultativa de los responsables de cada departamento, y ello es criticado por los sindicatos, que intentan participar de alg¨²n modo en el sistema de reparto.Hay coincidencia entre ambas partes, sin embargo, en que cualquier tipo de racionalizaci¨®n resultar¨¢ ¨²til para evitar muchas discriminaciones flagrantes cometidas hasta ahora. Un ejemplo de ellas es que mientras algunos funcionarios de Pol¨ªtica Territorial percib¨ªan bufand¨¢s de hasta 500.000 pesetas netas, en Trabajo nadie cobraba ni una peseta por ese concepto.
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