Un empresario denuncia por estafa a dos testigos de Jehov¨¢
Juan Jos¨¦ Gussoni, propietario de J. J. G. Import: / Export, empresa de M¨®stoles (Madrid) que fabrica las u?as postizas Seducci¨®n, ha presentado denuncia por estafa con agravantes contra Salvador Tarras¨® P¨¦rez y Ces¨¢reo Manera Molina, dirigentes de los Testigos de Jebov¨¢ y responsables de la red de distribuci¨®n del producto. Gussoni les acusa de revender a bajo precio un surtido de casi 100 millones de pesetas que no le han pagado, mientras su empresa se enfrenta a una inminente regulaci¨®n de empleo. Tarras¨® afirma que Gussoni les enga?¨®, lo que les ha obligado a revender para cobrar lo pactado.
Juan Jos¨¦ Gussoni, de 51 a?os, adeuda a. sus Werripleados, muchos de ellos minusv¨¢lidos y mayores de 45 a?os, unos 30 millones de sa.larios de los cuatro ¨²ltimos meses. En el mercado circulan, a 301) pesetas, cajas de u?as que valen 1.495. Gussoni, que ve el futuro de su empresa comprometido, se considera v¨ªctima del timo del nazareno por parte de una red de hermanos de la secta.En abril de 1987, poco despu¨¦s de abrir su f¨¢brica, Juan Jos¨¦ Gussoni acept¨® la oferta de Tarras¨® y Munera de distribuir las u?as Seducci¨®n por el 90','del territorio nacional, ayudados de una red regional y local de hermanos de esa secta. Seg¨²n Gussoni, en noviembre los dos citados le hicieron un pedido de 1,00 millones de pesetas, la oferta m¨¢s importante hasta el momento. Vicla, SA, empresa compuesta por ellos dos, y ambos, individualmente, garantizaban los pagos de la red compuesta por ocho dirigentes regionales y 80 hermanos. Gussoni no sab¨ªa entonces que Vicla, SA no estaba en alta en licencia fiscal desde un a?o antes, ni figuraba inscrita en el Registro Mercantil. "Acept¨¦ la propuesta y firmamos un contrato. Yo he cumplido todo lo pactado; ellos recibieron la mercanc¨ªa y no han pagado ni la primera letra, que venci¨® el 12 de enero", afirma."No sospech¨¦ de ellos de todas formas", dice Gussoni, "hasta que recib¨ª una carta, fechada el 13 de mayo (un d¨ªa despu¨¦s de acabar el contrato en exclusiva con ellos) en la que me propon¨ªan devolverme el g¨¦nero a cambio de una cantidad a discutir y la devoluci¨®n de las letras de cambio. Me di cuenta de que me estaban vendiendo mis propias cajas de u?as", recuerda asombrado. El 11 de junio recibe un telegrama en el que le ofertan la venta del stock por once millones. Esta vez el empresario contesta: "No entendernos oferta. Rogamos aclaraci¨®n. Existencias en su poder no han sido pagadas".
Salvador Tarras¨® niega todas las acusaciones de Gussoni, del que dice que les ha enga?ado, informa Juanjo Garc¨ªa del Moral desde Valencia. Seg¨²n su versi¨®n, el hecho de que Vicla, SA, no est¨¦ registrada se debe a un lapsus de su asesor laboral y fiscal. EL PA?S no pudo localizar durante el fin de semana a Ces¨¢reo Munera, que ha cambiado de domicilio recientemente. Seg¨²n Tarras¨®, que afirm¨® que han tenido que revender mercanc¨ªa por los incumplimientos de Gussoni, ¨¦ste "lleg¨® en noviembre a un acuerdo con varias cadenas de grandes almacenes. Nosotros suministramos el g¨¦nero, por valor de 17 millones de pesetas, pero estas cadenas tienen por norma no pagar a los distribuidores sino a la casa central. Gussoni cobr¨® esos 17 millones nuestros y m¨¢s cantidades de otros distribuidores. Pero no nos pag¨® a nosotros". Tarras¨® acusa tambi¨¦n a Gussoni de no realizar una campa?a publicitaria en televisi¨®n, tal como se comprometi¨®, para apoyar la venta de un pedido posterior de 40 millones, lo que ha influido en que el g¨¦nero no tuviera salida. "Al final le hemos pedido que nos pague s¨®lo nueve millones, para olvidarnos de esta historia, pero tambi¨¦n se ha negado", dice Tarras¨®, seg¨²n el cual Munera vive ahora "cerca de Benic¨¢ssim", en Castell¨®n.
Por su parte, Antonio Rodr¨ªguez, representante en Espa?a de los Testigos de Jehov¨¢, asegura que si Tarras¨® y Munera se han valido de hermanos para crear una red comercial, ello no involucrar¨ªa a la organizaci¨®n. "Gussoni ha le¨ªdo demasiado sobre sectas y ha hecho demasiado caso a Pilar Salarrullana", a?ade. [Pilar Salarrullana es la diputada democristiana que preside la comisi¨®n que investiga las sectas].
El pr¨®ximo paso para J. J. G. ahora es la regulaci¨®n de empleo, en la que est¨¢n de acuerdo la mayor¨ªa de los empleados, mientras CC 00 de M¨®stoles acusa al empresario de "intentar enmara?ar la situaci¨®n" y de fraude en la utilizaci¨®n del dinero de las subvenciones por la contrataci¨®n de minusv¨¢lidos, cosa que Juan Jos¨¦ Gussoni niega indignado.
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