La 'intifada'
Mi diario del rodaje de un documental sobre los palestinos en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania (La intifada, EL PA?S, 11 de septiembre 1988) se limitaba a recoger, d¨ªa tras d¨ªa, los acontecimientos vividos in situ por el equipo de Alquibla. No era mi prop¨®sito tratar un cuadro completo de dicha ocupaci¨®n ni, menos a¨²n, proceder a un an¨¢lisis de la compleja y a menudo contradictoria sociedad establecida desde hace d¨¦cadas en el interior de las fronteras internacionalmente reconocidas del Estado israel¨ª (la llamada l¨ªnea verde del armisticio de 1948).Sobre la ocupaci¨®n, remito a mis lectores Luisa Futoransky, Enrique L¨®pez e Israel Hern¨¢ndez al dossier sobre Palestina publicado en Derechos Humanos, revista de la Asociaci¨®n de Derechos Humanos de Espa?a (n¨²mero 19, junio de 1988), tan poco sospechosa, como yo, de racismo y antisemitismo: en ¨¦l hallar¨¢n expuesta, de forma clara y minuciosa, la violencia y atropellos que yo me limito a consignar como simple testigo.
La denuncia de unos m¨¦todos represivos condenados por la comunidad internacional se transforma m¨¢gicamente en la pluma de mis corresponsables en una sarta de calificativos del tipo de "car¨¢cter racista de la partidaria pluma de Goytisolo", "cruel, c¨ªnico y sistem¨¢tico antisemitismo", etc¨¦tera. El procedimiento es sobado y c¨®modo: eludiendo el problema de fondo, se recurre a falaces argumentos ad hominem.
Convertir mi condena de la ocupaci¨®n militar israel¨ª en un panfleto antisemita como pretenden estos lectores es una falsificaci¨®n flagrante. En lugar de lanzarse a descalificativos sin base alguna, har¨ªan mejor en recorrer como yo durante unos d¨ªas el infierno cotidiano de Gaza y Cisjordania. Las odiosas persecuciones de que ha sido objeto el pueblo jud¨ªo a lo largo de su historia (expulsiones, Inquisici¨®n, pogromos, campos de exterminio) no excusan, no obstante, la pol¨ªtica del Estado israel¨ª en los territorios ocupados ni el tratamiento impuesto a un pueblo inocente, condenado a pagar por los cr¨ªmenes del antisemitismo europeo. Las mismas razones morales que me han impulsado a defender a menudo la memoria de los jud¨ªos y conversos espa?oles v¨ªctimas del Santo Oficio o de los hebreos v¨ªctimas de la barbarie hifieriana me conducen a defender a los palestinos v¨ªctimas de la opresi¨®n e injusticia. Todos los argumentos para relativizar, atenuar o comprender el terror son, efectivamente, indecentes. Pero ello se aplica igualmente a jud¨ªos y no jud¨ªos.
Una ¨²ltima observaci¨®n: ni soy amigo del r¨¦gimen sirio, responsable entre otras muchas cosas de la matanza de millares de palestinos, ni de ninguno de los Gobiernos ¨¢rabes que, cuando ven amenazados sus privilegios, no vacilan en disparar contra sus propios pueblos.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.