Mar¨ªa Zambrano, primer premio Cervantes a una mujer y a una obra de pensamiento

"Si Mar¨ªa Zambrano hubiera callado, algo profundo y esencial nos faltar¨ªa", cit¨® el mexicano Carlos Fuentes, antecesor en el premio, al anunciar la concesi¨®n del Premio Cervantes de 1988 a la malague?a Mar¨ªa Zambrano, primera mujer en obtener el galard¨®n, de gran prestigio institucional, que en su 13? edici¨®n se concede tambi¨¦n por primera vez a una obra de ensayo. Est¨¢ dotado con 10 millones de pesetas. Compitieron con la ensayista otros 35 escritores, y quedaron finalistas los novelistas espa?oles Camilo Jos¨¦ Cela y Rosa Chacel, y el paraguayo Augusto Roa Bastos, autor de Yo el supremo, exiliado en Toulouse.

Cuatro a?os y cuatro d¨ªas despu¨¦s de regresar a Madrid, en lo que vino a simbolizar el fin del viento del exilio, como lo llam¨® ella, Mar¨ªa Zambrano obtuvo ayer el premio Cervantes de literatura, el galard¨®n institucional creado hace trece a?os para recompensar obras en espa?ol de toda una vida, y que desde entonces han ganado Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges y Gonzalo Torrente Ballester, entre otros. Hac¨ªa en Madrid m¨¢s fr¨ªo que el d¨ªa de la llegada de la escritora, pero la tarde era tan luminosa como la que le hizo sentirse "deslumbrada por la luz". "?Volver a Espa?a?", dijo entonces: "Yo nunca me he ido".Malague?a de V¨¦lez, Mar¨ªa Zambrano comienza su exilio de 45 a?os en Chile, donde le sorprendi¨® la guerra civil. Se hab¨ªa criado en Segovia y estudiado en Madrid, como disc¨ªpula de Ortega y Zubiri. En 1937 regresa a Espa?a para seguir el camino de la guerra: Madrid, Valencia, Barcelona. En febrero de 1939 cruza el Pirineo, y el viento del exilio, como ella lo llama, la lleva a Par¨ªs, Nueva York y M¨¦xico. Ense?a en Cuba de 1940 a 1953, y luego en Puerto Rico, como Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Visita Espa?a en 1946, y dos a?os despu¨¦s se separa de su marido, el historiador Alfonso Rodr¨ªguez Aldave. En 1964 se instala en Francia, y en 1978, en Suiza, ¨²ltima etapa de su exilio.

Recogida ayer en su domicilio, la escritora, d¨¦bil de salud a sus 84 a?os, le pregunt¨® al ministro de Cultura, Jorge Sempr¨²n, cuando ¨¦ste la llam¨® para comunicarle la noticia, si cre¨ªa ¨¦l que de verdad merec¨ªa el premio. Luego pidi¨® que la excusaran ante los periodistas que llegaban al portal de su residencia en una de las calles m¨¢s nobles de Madrid, muy cerca del parque del Retiro, a la vuelta de la esquina de las casas de Ram¨®n y Cajal y los Baroja, y tambi¨¦n de Ortega y Gasset, su profesor. Rafael Alberti dijo ayer en Puerto de Santamar¨ªa que Zambrano se encuentra "a la cabeza de la intelectualidad de su tiempo", informa Lourdes Lucio.

Mar¨ªa Zambrano, que dijo en declaraciones a Radio Nacional, aceptar el premio "con humildad y con modestia", indic¨® que ahora trabaja "en lo mismo, porque no tengo m¨¢s que una cantera de trabajo, que es servir con el pensamiento a Dios y al pr¨®jimo". A los periodistas que se reun¨ªan ante su casa dijo: "No puedo hablar. Estoy muy enferma. S¨®lo gracias, gracias, gracias". El mensaje fue reiterado luego por Lydia, la mujer de Isa¨ªas, uno de los dos primos con quien vive. S¨ª le fue franqueado el paso a la poetisa Amalia Iglesias, que le llevaba rosas.

"Mar¨ªa Zambrano es la gran escritora de la raz¨®n po¨¦tica" dijo Carlos Fuentes tras leer el acta oficial con el tono ceremonioso que le da su condici¨®n de diplom¨¢tico y, ahora, dramaturgo. Fuentes presidi¨® un jurado por vanas razones distinto al de ediciones anteriores: era la primera vez que lo presid¨ªa Jorge Sempr¨²n, ministro de Cultura que, a diferencia de su antecesor s¨ª particip¨® en el debate, aunque "con prudencia", seg¨²n otros jurados. Y la mayor presencia de latinoamericanos: el novelista peruano Alfredo Bryce Echenique, por el Instituto de Coopera ci¨®n Iberoamericana; y Pablo Antonio Cuadra, director de la Academia Nicarag¨²ense.

El peso institucional no era peque?o: Sempr¨²n; el director general del Libro (sin voto); el di rector del centro de las Letras Espa?olas, como secretario de actas; y, designado por el director general de Relaciones Culturales, el escritor Alfredo Conde tambi¨¦n consejero de Cultura gallego por el PSOE. Otros jurados eran Rafael Lapesa, director de la Espa?ola; el acad¨¦mico Emilio Alarcos, designado por el consejo de universidades; y la escritora Montserrat Roig, por el director general del Libro.