Denis Richet evita el debate personal sobre la Revoluci¨®n Francesa
Los or¨ªgenes religiosos del terror pol¨ªtico de la Revoluci¨®n Francesa, el compromiso legalista de los Jacobinos y la caracterizaci¨®n de Saint-Just son los temas con los que se clausur¨® ayer el coloquio internacional sobre Alcance y legado de la Revoluci¨®n Francesa, organizado por la Fundaci¨®n Pablo Iglesias, que se ha celebrado estos d¨ªas en Madrid. Denis Richet, Claude. Mazauric y Norman Hampson fueron los historiadores encargados de disertar sobre los temas mencionados en la sesi¨®n considerada como la "m¨¢s pol¨¦mica" de entre las cinco celebradas desde que Michel Vovelle inaugurara el encuentro el pasado jueves. Las palabras, y el tono del discurso, de los tres conferenciantes descalificaron todo pron¨®stico de "acerada controversia" anunciado para la ma?ana de ayer. Richet, de quien se esperaban las mayores acusaciones contra la tradicional interpretaci¨®n, m¨¢s heroicista y jacobina, de la Revoluci¨®n (y contra Vovelle, en particular), manifest¨® de entrada que iba a abstenerse de cualquier pol¨¦mica personalizada y quiso poner en claro que la suya no era ninguna postura partidista ni, mucho menos, representativa de escuela historiogr¨¢fica alguna.
Mientras las primeras intervenciones (jueves por la tarde) de los especialistas invitados se ocuparon de los aspectos m¨¢s generales del acontecimiento -especialmente interesantes fueron Jean-Marie Goulemot, en su an¨¢lisis de los textos ut¨®picos del momento prerrevolucionario, y Jacques Godechot, considerando el car¨¢cter "atl¨¢ntico" de la Revoluci¨®n-, las posteriores sesiones abordaron cuestiones m¨¢s concretas desde puntos de vista m¨¢s limitadores.
Las consecuencias de la peripecia revolucionaria en tierras antillanas, el cambio efectuado en la pol¨ªtica financiera y en la aplicaci¨®n de los-impuestos y las reformas del ej¨¦rcito quedaron poco menos que planteadas como simples lecciones parauniversitarias que respond¨ªan, sin duda, a la demanda del p¨²blico joven que asist¨ªa al coloquio, pero se adaptaron mal a un encuentro que se quer¨ªa de intercambio cultural y un tanto conmemorativo: de la celebraci¨®n del bicentenario de 1789.
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