Cada pa¨ªs tiene el terrorismo que se merece
Euskadi tiene el suyo. De pura cepa. Con denominaci¨®n de origen: Euskadita Askatasuna. Muy propio, muy originario, aunque sus efectos se exporten a las costas del Mediterr¨¢neo, Hipercor, Zaragoza, Madrid... Las ra¨ªces son plenamente aut¨®ctonas. ?Qu¨¦ otra cosa sino mala hierba pod¨ªa crecer en el humus -folclor nacional- donde la urna de votaci¨®n de un ayuntamiento salta de mano en mano entre el p¨²blico y sale volando por la ventana??Por qu¨¦ extra?arse de una campa?a de boicoteo a productos franceses, tapadera propagand¨ªstica del amonal junto al escaparate a la una de la madrugada y pase quien pase a su vera, si se ha visto normal el boicoteo al tendero de la esquina porque no es votante nuestro, no es del alderdi (partido), no es de los nuestros?
?C¨®mo extra?arse de que mucha gente bien pensante, de arraigadas convicciones religiosas justifique que todas las liberaciones nacionales son fruto de las armas si no oye a sus pastores decir que matar es pecado y, al contrario, oye que si hay violencia es porque habr¨¢ alguna injusticia? ?C¨®mo no van a pensar muchos telespectadores que estamos en el Ulster o en L¨ªbano si, por falta de contraste o por af¨¢n de aumentar la audiencia de ETB, reciben un bombardeo de informaci¨®n y opini¨®n centrado en el morbo de la sangre o en los temas que s¨®lo interesan a los violentos? ?Por qu¨¦ extra?arse ante la aparici¨®n del terrorismo de los GAL, de que, si hay asesinos en los dos bandos, haya siempre quienes prefieran a los suyos?
El X aniversario de la Constituci¨®n ha sido un test para verificar c¨®mo est¨¢ el humus pol¨ªtico vasco. Todos nos hemos posicionado. Ah¨ª est¨¢, en las declaraciones de cada partido, la radiograf¨ªa del pa¨ªs en este momento. Con la excepci¨®n de Euskadiko Ezkerra, que por primera vez, desde la izquierda abertzale, da su s¨ª inequ¨ªvoco a la Constituci¨®n, parece que los dem¨¢s partidos nacionalistas, desde una pretendida fidelidad a principios ideol¨®gicos, repiten el mismo discurso fosilizado de aniversarios anteriores.
Y, sin embargo, pienso que no hay inmovilismo, sino involuci¨®n. Nunca tan claramente como este a?o se ha o¨ªdo a los partidos que lideran Arzalluz y Garaikoetxea hablar de la autodeterminaci¨®n -a pesar de que en las Cortes constituyentes votaran en contra- y de la reforma o modificaci¨®n de la Constituci¨®n. ?Por qu¨¦?
Porque el PNV mira a EA. EA mira a HB y HB mira a los milis. Y al final, por p¨¢nico a que ETA hegemonice -ideol¨®gica y, sobre todo, electoralmente- el mundo nacionalista, todos en hilera se vuelven hacia el nacionalismo ultra y antidemocr¨¢tico. Cada quien lo explica luego a su manera, pero con los ojos puestos en el s¨ªmbolo de la rebeli¨®n antisistema, para la que toda demagogia sirve, pues lo suyo es tocar emociones.
?C¨®mo no caer en la tentaci¨®n de la rentabilidad inmediata, agitando banderas de soberan¨ªas originarias y de derechos preexistentes? Como excusa para seguir rechazando una Constituci¨®n espa?ola. Porque es espa?ola, extranjera; y as¨ª se conecta con la intr¨ªnseca xenofobia del nacionalismo que inventara Sabino Arana. Pero tambi¨¦n porque es Constituci¨®n; y as¨ª se conecta con el fuerismo antiliberal, jusnaturista, dispuesto a pasar por el pacto con la Corona, pero no por la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. ?Qu¨¦ sentido puede tener hoy, si no es la demagogia, evocar ret¨®ricamente el pase foral -"se obedece, pero no se cumple"- transcrito al "se acata la Constituci¨®n, pero no se asume", aunque luego se cumple si ello reporta monopolizar todas las instituciones y las arcas que de ella derivan?
Y si para justificar esa ret¨®rica hay que arrimar el ascua a la propia sardina, se interpretan los resultados de aquel refer¨¦ndum del 6 de diciembre de 1978. Pero los datos son objetivos: 480.175 s¨ªes frente a 166.641 noes en la Comunidad Aut¨®noma vasca; 182.241 s¨ªes frente a 40.844 noes en Navarra. Con un 54,5% de abstenci¨®n en la Comunidad Aut¨®noma Vasca y un 33,4% en Navarra. Parece evidente que el s¨ª gan¨® al no por goleada. La abstenci¨®n es abstenci¨®n y no se puede sumar al s¨ª ni al no. La legitimaci¨®n jur¨ªdica de la aprobaci¨®n es incuestionable. No se puede decir que la Constituci¨®n fue rechazada por el pueblo vasco. Su legitimaci¨®n social en aquel momento -justo es decirlo- fue escasa.
Pero creo que tambi¨¦n es justo decir que, desde entonces, sobre todo desde la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa, desde la reacci¨®n ciudadana al intento de golpe del 23-F, desde el rodaje institucional, las repetidas consultas electorales, la comprobaci¨®n de la alternancia en el poder.., el grado de legitimaci¨®n social de la Constituci¨®n ha crecido en Euskadi. Y ello independientemente del mayor o menor ¨ªndice de frustraci¨®n o desencanto porque no se arreglan los problemas concretos. Pero el marco de convivencia democr¨¢tica e incluso el esfuerzo de consenso que supuso son hoy mejor valorados que hace 10 a?os.
Esto es opinable. Y es leg¨ªtimo pensar lo contrario. Pero si se piensa as¨ª, ?por qu¨¦ no decirlo? ?Por qu¨¦ no se asume la responsabilidad de hacer tambi¨¦n pedagog¨ªa? Por la mezquindad y por el miedo. Porque no parece rentable. Se prefiere el oscurant¨ªsmo a la ilustraci¨®n.
El mal llamado problema vasco no es ya el de la legitimaci¨®n del marco jur¨ªdico. Sino el de la renovaci¨®n del nacionalismo. O se acepta a todos los ciudadanos como tales, se respeta su voluntad actual de autogobierno y se mira al futuro en base a un proyecto com¨²n, nacional -no s¨®lo nacionalista-, o seguiremos mereci¨¦ndonos el terrorismo que parimos. Y con ¨¦l, nuestra propia autodestrucci¨®n como pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- EE
- Proteccionismo
- HB
- Opini¨®n
- Boicoteo
- Constituci¨®n Espa?ola
- Nacionalismo
- Pol¨ªtica comercial
- EAJ-PNV
- GAL
- Terrorismo Estado
- Estatutos Autonom¨ªa
- Conflictos comerciales
- Estatutos
- Pa¨ªs Vasco
- Partidos pol¨ªticos
- Parlamento
- Comunidades aut¨®nomas
- ETA
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Grupos terroristas
- Normativa jur¨ªdica
- Ideolog¨ªas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Terrorismo