Turismo espa?ol

Benidorm no acaba de crecer. Las gr¨²as se ponen en marcha para construir m¨¢s torres, cada vez m¨¢s lejos de la playa. En todas las costas espa?olas, las hormigoneras giran incansables para mayor gloria del producto nacional bruto. Pero hay grietas que se dibujan en el cemento de esta prosperidad. Por primera vez desde la invenci¨®n del sol el n¨²mero de turistas extranjeros que visitan Espa?a podr¨ªa bajar en 1989. En Junio y julio la media de ocupaci¨®n hotelera cay¨® un 20% con respecto al pasado a?o, mientras que las entradas de visitantes extranjeros bajaron un 1 % en junio. Estos resultados confirman una disminuci¨®n en el primer trimestre. Para los m¨¢s optimistas el turismo espa?ol ha conocido ya otros descensos. Otros se?alan que las recesiones precedentes del sector han correspondido a coyunturas desagradables de la econom¨ªa internacional. Verdaderamente, todo es relativo, como opinan los funcionarios encargados del sector: no hay descenso del turismo sino estancamiento. La crisis actual corresponde m¨¢s a un aumento de la oferta que a un descenso de la demanda internacional. A Mallorca le gusta repetir que ella sola ofrece tantas plazas hoteleras como toda Grecia. Puede imaginarse el n¨²mero de Mallorcas que podr¨ªan construirse en Grecia, o en Turqu¨ªa, T¨²nez o Marruecos, sin olvidar, con la ayuda de los vuelos charter, la competencia de las zonas verdaderamente ex¨®ticas, como el Caribe o las Seychelles.10 de agosto