Nostalgia y lirismo en la vuelta del poeta Rafael Alberti al Museo del Prado
El artista gaditano disert¨® sobre su larga e intensa relaci¨®n con Vel¨¢zquez
El poeta gaditano Rafael Alberti, de 87 a?os, disert¨® anoche en la sala de conferencias del Museo del Prado sobre lo que ¨¦l llam¨® Algo sobre Vel¨¢zquez y el museo en soledad. Una conferencia llena de im¨¢genes po¨¦ticas, de lirismo y, sobre todo, de recuerdos que le devolv¨ªan a la ¨¦poca en la que ¨¦l intervino muy directamente como responsable del comit¨¦ de salvamento del Museo del Prado que la Segunda Rep¨²blica cre¨® cuando las obras de la pinacoteca m¨¢s grande del mundo estaban en peligro a causa de los bombardeos que ca¨ªan sobre Madrid durante la guerra civil.
A las siete de la tarde una larga cola de gente aguardaba pacientemente que se le diera paso al interior del Museo del Prado a trav¨¦s de su puerta principal, la de Vel¨¢zquez. Los que iban llegando preguntaban por d¨®nde se entraba para asistir a la conferencia de Rafael Alberti y la sorpresa era que esa larga fila esperaba precisamente para eso y no para visitar la exposici¨®n de Vel¨¢zquez como en un principio todo parec¨ªa dar a entender. Curiosamente a esa hora la magna exposici¨®n no planteaba ning¨²n tipo de problema para acceder a ella.Media hora despu¨¦s llegaba Rafael Alberti con una enorme carpeta bajo el brazo. En el interior de ella 11 hojas de tama?o descomunal en las que estaban escritas con letra muy grande (con el fin de facilitar la lectura al poeta) la conferencia que pronunci¨®.
La sala de la pinacoteca estaba llena hasta la bandera, algo que agrad¨® a Alberti cuando le informaron de este hecho nada m¨¢s llegar y plantear su curiosidad sobre este aspecto.
En casa del pintor
Nada m¨¢s iniciar su intervenci¨®n, Alberti se?al¨® que el t¨ªtulo de su conferencia era Algo sobre Vel¨¢zquez y el museo en soledad y no Mi Vel¨¢zquez como hab¨ªan se?alado en los programas a la hora de anunciar su participaci¨®n.Una vez formulada esta puntualizaci¨®n, lo primero que se?al¨® Alberti es que deber¨ªa darle un gran terror hablar en el marco de esa magna exposici¨®n de Vel¨¢zquez: "No hay que olvidar que ¨¦ste es el gran acontecimiento del siglo y sobre todo que lo hago dentro de la casa del propio pintor".
Alberti record¨® sus inicios a la pintura, cuando su t¨ªa abuela Lola afirmaba sin reparos: "ezte ni?o zer¨¢ un Murillo", pero tambi¨¦n se?al¨® que curiosamente nunca a nadie se le ocurri¨® pensar que pudiera ser un Vel¨¢zquez.
Ese Vel¨¢zquez al que tantas referencias hizo en su libro A la pintura, al que no olvid¨® hacer referencia Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez, director del Museo del Prado, cuando anoche introdujo la conferencia de Rafael Alberti, momento en el que afirm¨® que en ese texto al que siempre hac¨ªan referencia los estudiosos y expertos, Alberti consigui¨® convertir en palabras lo que los pintores dejaron sobre los lienzos.
Cuando ya estaba avanzada la conferencia, el poeta gaditano entr¨® de lleno a contar el episodio que ha entrado en la leyenda por el cual Alberti y Mar¨ªa Teresa Le¨®n, como miembros del comit¨¦ de salvamento del Museo del Prado de la Segunda Rep¨²blica espa?ola, en el per¨ªodo de la guerra civil y con un permiso especial del presidente Largo Caballero, retiraron del museo centenares de cuadros. Los dos primeros y a los que Alberti hizo especial referencia fueron el Carlos V en la batalla de M¨¹hlberg, de Tiziano, y Las Meninas, de Vel¨¢zquez, que una larga noche tuvieron que desalojar y llevar a la Alianza de Intelectuales de Madrid y desde all¨ª trasladar a Valencia para su salvaguarda.
Los cuadros antiguos
Tras narrar numerosas an¨¦cdotas, Alberti concluy¨® su intervenci¨®n diciendo: "He tenido en mi vida algunos bellos amores pero el m¨¢s extraordinario es ¨¦ste del Museo del Prado... Ahora a mis muchos a?os pudiera repetiros esta tarde aqu¨ª, como en los toros, tal vez a morir vienes/ a la bella querencia de los cuadros antiguos,/ en el descenso lento de la tarde,/ cuando el museo va a quedarse solo/ y t¨² vas a fijar dentro tu mirada/ las v¨ªvidas figuras que m¨¢s te acompa?aron/ inmortales de nuevo/ para los nuevos ojos que las sigan mirando./ T¨², no, tu ya declinar,/ te doblas dulcemente, tranquilo, atravesado/ como por una espada sin rencor,/ mientras oyes la m¨²sica callada, silenciosa,/ el adi¨®s, el aplauso/ de todas las escenas, retratos y paisajes/ de los cuadros que tanto te quisieron/ y de cerca o distantes siempre te acompa?aron". Al finalizar este poema de su libro Versos sueltos de cada d¨ªa, Alberti recibi¨® una cerrada ovaci¨®n.A continuaci¨®n, y como si de una estrella del mundo del espect¨¢culo se tratara, el poeta Rafael Alberti atrajo, como en todos aquellos actos en lo que interviene, a un numeroso p¨²blico heterog¨¦neo que no s¨®lo se conforma con o¨ªrle o verle. La prueba es que al finalizar sus intervenciones Alberti tiene que dedicar un importante tiempo para atender de manera individual las peticiones de aut¨®grafos, las felicitaciones, las preguntas.
Tambi¨¦n recibi¨® el saludo de personajes como el poeta Marcos Ana, el actor Jos¨¦ Luis Pellicena y el pintor Manuel Rivera, que asistieron al acto.
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